Jóvenes y agotados: Por qué la Generación Z es la más estresada de todas
La inestabilidad, la inseguridad y la agitación constante de los últimos años han dejado ansiosa a la fuerza laboral. Y ahora, en un escenario de mayor inestabilidad y creciente inflación, los trabajadores siguen preocupados – en algunos casos, más que nunca.
Es cierto que la tensión global de la “permacrisis” (concepto referido a la crisis permanente) afecta a todas las edades, pero muchos expertos e investigadores postulan que la Generación Z es el segmento más estresado en el lugar de trabajo en general: dar el gran salto profesional durante los últimos años –con algunos que incluso recién ingresaron comenzaron a trabajar durante la pandemia– los ha puesto en situaciones particularmente difíciles. Según la encuesta de 2023 de Cigna International Health a casi 12.000 trabajadores y trabajadoras de todo el mundo, el 91% de los jóvenes de 18 a 24 años afirma estar estresado, en comparación con el 84% de promedio.
Las investigaciones indican que la Generación Z está emergiendo como el grupo demográfico más estresado en el lugar de trabajo y luchando poderosamente para sobrellevarlo. Los mismos datos muestran que el estrés inmanejable afecta a casi una cuarta parte de los encuestados de la Generación Z (23%) y casi todos (98 %) tienen síntomas de agotamiento.
Si los empleados más jóvenes son los que tienen más problemas para lidiar con las exigencias de la vida profesional, ¿qué está pasando?
UNA SERIE DE EVENTOS DESAFORTUNADOS
Aunque el pánico generalizado de la pandemia de COVID-19 se ha calmado en gran medida, 2023 mantiene a la mayoría de los trabajadores y trabajadoras en situaciones cargadas de ansiedad.
En el lugar de trabajo, después de que muchas personas cosecharon los beneficios de un enfoque más flexible para trabajar, muchos empleadores están cambiando de rumbo y exigiendo un regreso completo a la oficina. A su vez, las dificultades económicas también están agravando monumentalmente los problemas en el lugar de trabajo. Los datos de un informe de 2023 de la empresa de software de recursos humanos Workhuman muestran que la crisis del costo de vida está causando estrés y ansiedad al 84% de los trabajadores del Reino Unido, con tendencias similares en todo el mundo.
“En esencia, el trabajo se encuentra en un momento muy incierto”, explica Eliza Filby, investigadora generacional radicada en Londres, Inglaterra, que asesora a empresas en la gestión y contratación de personas de 20 años.
Sin embargo, si bien estas preocupaciones están extendidas a todas las áreas y edades, la Generación Z parece estar luchando de manera más aguda. Los datos de octubre de 2022 de McKinsey and Company muestran que los empleados de la Generación Z tenían más probabilidades que otros (26% frente a 20%) de informar que su salario no les permitía tener una “buena calidad de vida” en la economía actual.
Estos efectos ya son evidentes: la Generación Z está ahorrando mucho menos dinero y muchos viven justos cada mes. También están luchando más que otras generaciones para alcanzar hitos esenciales, como ser dueños de una vivienda: en Estados Unidos, por ejemplo, alrededor del 34% de los estadounidenses no son dueños de una casa… y no creen poder serlo jamás. Pero estos sentimientos están más extendidos entre los jóvenes (59% de los de 18 a 24 años, frente al 29% de los de 29 a 34 años).
Por si fuera poco, más allá de los factores estresantes a gran escala, los expertos dicen que los jóvenes tienen dificultades con las relaciones interpersonales. “Todavía hay muchos signos de interrogación en torno a la etiqueta de las amistades laborales, la vestimenta de oficina y los límites profesionales”, agrega Filby. Los entornos de trabajo en sí mismos pueden causar estrés y ansiedad a los empleados jóvenes, dice, pero “tener que ir a una oficina, socializar y ser administrado se siente muy extraño para muchos jóvenes. Los aspectos sociales del trabajo siguen siendo intimidantes”.
UN TIEMPO EXTRAORDINARIO
Filby cree que la Generación Z está experimentando un tipo particular de ansiedad debido al clima extraordinario en el que ingresaron al lugar de trabajo.
Muchos de ellos se vieron obligados a terminar sus estudios en entornos de aprendizaje completamente virtuales y aislados durante la pandemia, solo para pasar directamente a una situación económica precaria y condiciones laborales inusuales, con la amenaza –y, a menudo, la realidad– de licencias o cesantía. Y los empleados junior en general, incluso si han tenido algunos años de experiencia laboral, también han sido menos propensos a formar conexiones significativas entre sus colegas y construir relaciones con mentores.
Estas condiciones, en muchos casos, han impedido el desarrollo profesional de la Generación Z, lo que les pesa. De hecho, los datos indican que los trabajadores jóvenes se sienten mal equipados en el lugar de trabajo en general: entre los Millennials, la Generación X y los Boomers, los jóvenes de 18 a 25 años son los que se sienten menos seguros en su trabajo actual de todas las generaciones. De la misma forma, la Generación Z ha manifestado dificultades para desconectarse del trabajo a un ritmo desproporcionadamente más alto que las generaciones anteriores, y están más preocupados que cualquier otro grupo demográfico por la estabilidad de su empleo.
«Creo que la Generación Z está viendo a qué se enfrentaron los millennials cuando se graduaron de la universidad durante la Gran Recesión, lo cual es muy estresante y aumentará sus niveles ya elevados de ansiedad», dice Santor Nishizaki, experto en liderazgo organizacional y autor de Working with Gen Z: A Handbook to Recruit, Retain, and Reimagine the Future Workforce after Covid-19.
POR QUÉ DEBERÍA IMPORTARNOS
A corto plazo, el estrés de la Generación Z está provocando ambivalencia y retraimiento en su vida profesional. Según datos de 2022 de Gallup, son el grupo más desconectado en el trabajo, además de informar más estrés y agotamiento. “Descubrimos que durante la pandemia, una buena parte de la generación Z admitió no esforzarse al máximo en el trabajo, lo cual es un síntoma de agotamiento y otros comportamientos en el lugar de trabajo, como desconexión, comunicación poco clara, falta de apoyo de los gerentes y soledad”, dice. Nishizaki.
A largo plazo, este estrés y agotamiento influirán en el desempeño laboral y el crecimiento profesional, así como también aumentarán la probabilidad de que los trabajadores simplemente renuncien. Ya es una perspectiva tentadora para los trabajadores más jóvenes: en Estados Unidos, por ejemplo, el 61% de los empleados estadounidenses que respondieron a la encuesta de LinkedIn de diciembre de 2022 estaban considerando dejar sus trabajos en 2023, saltando al 72% entre los miembros de la Generación Z, el grupo mayoritario por lejos. A nivel mundial, la investigación de McKinsey mostró que el 77% de los “Gen Z” están buscando un nuevo trabajo – casi el doble de la tasa de otros encuestados.
Para 2025, la Generación Z constituirá el 27% de la fuerza laboral en los países de la OCDE y un tercio de la población mundial. Si la mayoría está demasiado estresada para trabajar, Nishizaki cree que sería «devastador económica y socialmente».
¿QUÉ PODEMOS HACER?
Quitarles la tensión a los trabajadores más jóvenes es un desafío para el que no existe una solución rápida, dicen los expertos, ya que el entorno actual sigue cambiando.
Sin embargo, pase lo que pase fuera de las paredes de la oficina, los líderes pueden comenzar construyendo lo que Nishizaki describe como una cultura de propósito e impacto. “La Generación Z quiere trabajar para una organización que ofrezca flexibilidad, un jefe que sea mentor en lugar de un experto técnico; comunicación frecuente; y claridad sobre cómo su trabajo genera un impacto positivo en el mundo”, explica. Será imposible aliviar las cargas laborales de la Generación Z sin abordar también su salud mental en general, que, al igual que la economía, se mantiene en “permacrisis”.
El problema requiere un enfoque en muchos niveles, pero los empleadores tienen un papel importante que desempeñar. “Las empresas deben reconocer cómo están contribuyendo al estrés de la Generación Z y de qué manera pueden ayudarlas a mantener su salud mental”, dice Filby.
Es posible que la Generación Z también necesite tratar de salir de su zona de confort para reducir su estrés al hablar sobre sus dificultades. Filby dice que están en una posición única para hacer esto: “Los jóvenes están mucho más dispuestos a articular lo que constituye el estrés en el lugar de trabajo”, dice. Sin embargo, esto puede no ser tan sencillo, ya que el estigma de la salud mental todavía tiene un camino por recorrer antes de que sea erradicado por completo, y los trabajadores más jóvenes también tienen la menor influencia en el lugar de trabajo para hablar sobre lo que quieren y necesitan para mejorar su situación, tanto en lo personal como en lo profesional.
Por Equipo Espacio Mutuo
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