La gente suele decir que tus sentimientos están “escritos por toda tu cara”. Esto se debe a que nuestras expresiones faciales son una forma principal de comunicar emociones, ya sea sonriendo y frunciendo el ceño cuando estamos felices o frunciendo el ceño y tensando los labios cuando estamos enojados.

Pero, según una investigación reciente dirigida por Patty Van Cappellen en el Centro Interdisciplinario de Investigación del Comportamiento de la Universidad de Duke, Estados Unidos, nuestras caras no están haciendo todo el trabajo pesado cuando se trata de expresar sentimientos: nuestra postura corporal también juega un papel.

LO QUE DICE TU CUERPO

En un estudio, Van Cappellen y sus colegas estudiaron el papel de la postura corporal en la expresión de emociones de una manera bastante novedosa. 

Le pidieron a un grupo de participantes que colocaran maniquíes en miniatura sin rostro en posturas que representaban para ellos 4 emociones diferentes: dominio, alegría, esperanza y asombro. Algunos de estos sentimientos se han asociado con posturas «expansivas», en las que las personas ocupan más espacio al pararse erguidas, abrir el torso o extender las extremidades lejos del cuerpo, y los investigadores querían ver qué crearían las personas por su cuenta. 

Los asistentes de investigación (que no sabían el propósito del experimento) miraron fotos de los maniquíes que los participantes habían creado y evaluaron las posiciones de la cabeza, las posiciones de los brazos y los grados de expansión, medidos tanto horizontal como verticalmente. Luego, los investigadores compararon estas posiciones con los sentimientos que supuestamente expresaban: de manera similar a investigaciones anteriores, Van Cappellen descubrió que las personas percibían una postura expansiva como representación de dominio. Pero la alegría y el asombro también estaban representados por posturas expansivas, incluso más que el dominio, con la esperanza involucrando la postura menos expansiva del grupo.

“Estamos observando cómo las personas expresan sus emociones positivas en todo su cuerpo, y está claro que la cantidad de espacio que ocupa su cuerpo está presente en otras emociones o estados efectivos más allá del dominio”, dice. “Estamos descubriendo que las emociones positivas también están marcadas por la expansión, especialmente la alegría, que es incluso más expansiva que el dominio”.

Para Van Cappellen, esto sugiere que las emociones están completamente encarnadas, y no solo se comunican en la cara. “Estamos encontrando posiciones de brazos distintivas para cada emoción”, dice ella. Esto significa que “la producción de expresión de las emociones es una experiencia de cuerpo completo”.

SABER “LEER”

Van Cappellen también quería saber si otras personas que veían los maniquíes podían reconocer los sentimientos expresados ​​por diferentes posturas. Para esto, hizo que un nuevo grupo de participantes mirara fotos de maniquíes posados ​​de muchas maneras diferentes, con posiciones de brazos y cabeza que variaban, pero con una expansión constante. Luego, pidió a los participantes que calificaran a los maniquíes sobre qué tan bien expresaban varias cualidades emocionales, como dominio, extroversión, calidez, energía, competencia y sentimientos generales positivos y negativos.

Reflejando los resultados anteriores, los participantes encontraron que las posturas expansivas con los brazos en alto representaban una emoción positiva, como extraversión y calidez, mientras que los brazos en jarras (manos en las caderas, codos afuera) representaban el dominio y la emoción negativa. Esto apoya la idea de que las personas recurren al lenguaje corporal para leer las emociones de los demás. “Constantemente tratamos de saber qué siente la otra persona y de inferir lo que va a hacer, y eso proviene [en parte] de la postura de su cuerpo”, dice Van Cappellen.

LA POSTURA TAMBIÉN TE INFLUENCIA A TI

Estos hallazgos plantean una pregunta interesante: ¿las posturas solo comunican nuestros sentimientos o pueden también cambiar lo que sentimos? Para averiguarlo, Van Cappellen y su equipo realizaron otro estudio.

A las personas se les colocaron sensores para medir su sistema nervioso y su función cardíaca y se les pidió que adoptaran una de 3 poses: manos levantadas y cabeza levantada; manos cruzadas al frente, cabeza mirando hacia abajo; o brazos a los costados y mirando al frente. Para asegurarse de que los participantes no supieran que los investigadores estaban interesados ​​en la postura, se les dijo que el experimento se trataba de respuestas emocionales y fisiológicas que las personas tenían a la música, y escucharon música emocionalmente ambigua (de Enya) mientras sostenían su pose durante 2 minutos.

Posteriormente, los participantes informaron sobre cómo se sintieron al escuchar la música; luego, sus emociones se compararon con los marcadores fisiológicos que se estaban midiendo. Los resultados mostraron que los participantes en una postura con los brazos levantados y la cabeza inclinada hacia arriba experimentaron la música como algo más positivo y tuvieron un sentimiento más positivo en general que los que estaban en otras posturas. “Este estudio muestra que asumir determinadas posturas puede crear o construir una experiencia emocional”, dice Van Cappellen. “Una postura típica de alegría provoca más emociones positivas que otras posturas”.

Van Cappellen no tiene claro por qué sucede esto exactamente. La variabilidad de la frecuencia cardíaca también fue mayor en el grupo que sostenía los brazos por encima de la cabeza, pero esto no parecía estar relacionado con los sentimientos positivos. Podría ser que ella y sus colegas simplemente no midieron las cosas correctas y que la fisiología aún podría desempeñar un papel.

O puede ser que cuando te sostienes de una manera en particular, te trae recuerdos de cómo te sentiste otras veces en esa postura, y eso es lo que provoca los sentimientos. La experta señala cómo las personas a menudo tienden a levantar los brazos y mirar hacia arriba cuando dan gracias en ceremonias religiosas o cuando practican yoga, y esa podría ser una razón por la que experimentan sentimientos positivos.

De cualquier manera, su investigación implica que nuestra postura corporal ayuda a expresar nuestras emociones y también puede ayudarnos a sentir ciertas emociones. Esto podría tener consecuencias, no solo en el laboratorio, sino también en la vida real, donde es útil saber cómo nos sentimos nosotros y otras personas en una situación determinada.

“La expresión de las emociones es lo que permite las relaciones sociales, y estamos demostrando que potencialmente podrías reconfigurarte usando diferentes posturas”, dice ella. “Es fundamental que obtengamos más información sobre cómo se ven estas posturas y qué expresan. De lo contrario, podemos equivocarnos”.

Por Equipo Espacio Mutuo

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