Trabaja duro, pero no tanto: el 85% de productividad es el número mágico según expertos

por | Sep 19, 2023 | Empresas que cambian

¿Lo estás dando todo? Quizá sea demasiado.

Muchos hemos sido criados en la cultura del esfuerzo: trabajar duro y cosechar los resultados. Un paradigma que empresarios y líderes mundiales están llamando a cambiar. “Para rendir al máximo, hay que relajarse un poco” dice en su artículo para WSJ, Rachel Feintzeig.

El deporte es elocuente en ello: correr a máxima velocidad empeora nuestro tiempo final y levantar pesos demasiado pesados tampoco te hará ganar más músculo que si pararas un poco antes. Lo perfecto es enemigo de lo bueno y, en vez de agobiarte por alcanzar el máximo, de pronto deberías considerar un triunfo el mero hecho de conquistar ocho de cada diez objetivos que te hayas propuesto este año. Como ves, ya sea en el deporte o en otra tarea, perseguir el 100% puede dañar tu autoestima y alejarte de tu meta. Según Feintzeig, la clave es dar tu 85%.

LAS VENTAJAS DE HACER MENOS

Más recientemente, los puntos de comparación y las opciones disponibles en nuestras vidas se han disparado. Mientras un contacto de LinkedIn habla sobre su trabajo soñado, tu amiga cocinó la receta perfecta en TikTok, y luego te enteras por Instagram que pareciera que todos están de viaje menos tú. La comparación crónica termina por decirnos lo siguiente: ningún resultado final es lo suficientemente bueno. Incluso buscar, por ejemplo, el mejor paraguas para comprar puede convertirse en una búsqueda agotadora y absorbente.

Prueba hacer un poco menos, dice Feintzeig. Si no alcanzaste a entregar tu informe hoy está bien. Si no leíste tu libro mensual, no ganaste tu partido de fútbol o entregaste un informe con algunas imperfecciones ¿a quién realmente le importa? No dejes que el trabajo se apodere de tu vida. Evalúa todo el tiempo y la paz que recuperarías si no estuvieses todo el tiempo preocupado por lo que no hiciste suficientemente bien

«Hay un montón de cosas intrascendentes que intervienen para llegar al 100%», dice Steve Magness, fisiólogo del ejercicio que entrena a ejecutivos y atletas en materia de rendimiento. Y es que, cuando nos preocupamos demasiado, incluso las cosas más pequeñas pueden generarnos una crisis. La obsesión por el máximo rendimiento es más probable que te aleje de él.

A veces, cuanto más nos esforzamos, peor lo hacemos, lesionándonos o ahogándonos bajo presión. En ese sentido, no debes ser tu propio esclavo: la sensación de que toda tu autoestima depende de esa perfección te hará más daño que beneficios a la larga. 

CONFIANZA, FLEXIBILIDAD Y HUMOR: INGREDIENTES PARA EL ÉXITO

El éxito sin esfuerzo – que tantos de nosotros anhelamos – suele provenir de una confianza relajada, de una flexibilidad ante la incertidumbre y humor frente al error. 

Tomarnos con humor lo que viene después del 85% puede ayudarnos a crecer. Si una tarea es demasiado difícil, los humanos se desmotivan, afirma Bob Wilson, autor del estudio y profesor asociado de psicología y ciencias cognitivas en la Universidad de Arizona. «Si nunca cometes errores, eres preciso al 100%, no puedes aprender de ellos». A fin de cuentas, no avanzas realmente.

¿CUÁNTO ES DEMASIADO ESFUERZO?

Ron Shaich, fundador y ex director ejecutivo de la cadena de restaurantes Panera, se muestra escéptico ante las personas que alcanzan el 100% de los objetivos de ventas previstos. Se pregunta si los objetivos son demasiado bajos. Según el experto: “(Los propósitos) deben ser lo suficientemente ambiciosos como para que no siempre se alcancen”, dice. 

Cuando presidía los informes de resultados trimestrales de Panera, su objetivo era superar las predicciones de venta ocho de cada diez veces. Lo mismo hacía con los grandes objetivos de la empresa.

Shaich, que ahora es inversor, miembro del consejo de administración y autor de un libro de negocios que será prontamente publicado, insiste en que el 80% equivale al éxito y está convencido de que la mayoría de las empresas ni siquiera alcanzan esa cifra. «Todas hablan de lo que van a hacer. Luego no lo hacen», afirma. Alcanza el 80% y, «lo estarás haciendo muy bien».

LA SABIDURÍA DE SABER CUÁNDO PARAR

Hace años, como consultora en Bain, Grace Ueng aprendió la «regla 80-20». “La idea era parar cuando se hubiera completado el 80% de un proyecto”, dice. Esa primera ráfaga de trabajo a menudo contenía la verdadera esencia del proyecto. 

Ahora, Ueng es coach de liderazgo y consultora estratégica, y hace poco empezó a tocar el piano. Practicaba durante horas todos los días y se avergonzaba cuando tocaba para su grupo de música porque no obtenía buenos resultados. Luego empezó a hacer ejercicios más específicos, como abordar pequeños fragmentos de una pieza en lugar de repasarla entera una y otra vez.

Descubrió que con pequeños pasos se avanza mejor. Desafíos del día, pensar la vida como una maratón, no una carrera de 100 metros. No hay necesidad de abarcarlo todo, dar tu cien en todo.

Ueng, antes de una actuación reciente, leyó un libro y fue a la iglesia en lugar de dedicar esas horas extras al piano. Cuando llegó el momento de la actuación, tocó bien y, sobre todo, disfrutó.

«Hay que tener la sabiduría», dice, «de saber cuándo parar».

Por Equipo Espacio Mutuo

Mutual de Seguridad

Compártelo
Compártelo