Cómo ser más carismáticos en el trabajo
Cuando se trata de colegas, siempre hay algunos que atraen más atención que otros. Algunos que realmente vale la pena escuchar; que, al hablar, mantienen a su audiencia cautiva; que cuando piden algo, te generan ganas de ayudar.
Estudios sobre el carisma sugieren que hay 2 dimensiones clave que los investigadores han llamado «afabilidad» e «influencia». La afabilidad refleja lo simpático que es alguien. La influencia se relaciona con la capacidad de liderazgo de las personas y la probabilidad de motivar a otros a hacer algo.
Y el carisma se puede juzgar sin demasiadas vueltas – o lo tienes, o no lo tienes. En investigaciones respecto a los juicios rápidos (“thin slice judgments”, esos que hacemos basados en experiencias muy pequeñas o específicas), los participantes que ven un video de alguien durante un minuto pueden emitir un juicio sobre el carisma de alguien que también predice la probabilidad de que otros lo vean como un líder.
EL PODER DEL CARISMA
Si sientes que no desbordas carisma en el trabajo pero te gustaría ser visto como alguien a quien el resto debería prestarle atención, hay ciertas cosas que puedes hacer para parecer más afable y competente como líder.
Pero antes de continuar, es importante recordar que no es necesario ser carismático para tener éxito en el trabajo: quizás prefieres permanecer en el detrás de escenas, apoyar los esfuerzos en lugar de liderarlos. Puedes tener un impacto significativo en tu organización y ser reconocido por hacer un buen trabajo incluso si no eres el centro de atención. ¡Nunca sientas que tienes que convertirte en alguien que no quieres ser! Ni en el trabajo ni en ninguna otra parte.
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ATRAER LA ATENCIÓN ADECUADA.
Si quieres que los demás te vean como una persona agradable, tienes que relacionarte con los demás de una manera que atraiga a la gente. Los expertos en lenguaje corporal señalan que envías señales sobre tu nivel de calidez y accesibilidad a través de tu forma de hablar y comportarte por ti mismo: cuando te inclinas hacia las personas y las miras a los ojos con expresión de interés, demuestras que eres alguien que quiere interactuar con los demás.
También deseas hablar de manera que proyectes que eres accesible y que tienes confianza en tu capacidad para tener éxito. Habla más de cosas positivas que de negativas. Centra las conversaciones en las posibilidades y no en lo que no se puede hacer. Cuando hables sobre los problemas, utilízalos para explorar cómo hacerlo mejor en el futuro en lugar de repetir las dificultades del pasado.
Involucra a la gente en una conversación en lugar de monologar. Quieres atraer a las personas, así que pregúntales sobre sus intereses. Descubre sus opiniones sobre los temas en los que estás trabajando. Incluso cuando no estés de acuerdo con el enfoque de alguien, encuentra algo positivo que puedas extraer de sus comentarios y aprovecha eso.
El objetivo es participar de manera que la gente quiera volver a trabajar contigo.
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EVITA LA ATENCIÓN NEGATIVA.
Asegúrate de evitar hacer cosas que, en última instancia, generarán atención negativa. Algo de esto implica evitar el lenguaje corporal que te aísla de los demás. No hacer contacto visual, mirar a las personas con los ojos entrecerrados o mirarlas con amargura enviará el mensaje de que no deseas interactuar con ellas. Del mismo modo, hablar sólo de ti mismo, descartar las opiniones de los demás y no pedirles su opinión hará que las personas sientan que no estás interesado en ellos.
A corto plazo, puedes llamar la atención de otras personas quejándote. Hablar sobre lo que va mal en el trabajo puede atraer a una multitud. Pero, si constantemente señalas cosas que son malas, culpas a otras personas por tu falta de éxito o derribas a otras personas exitosas, socavarás tu capacidad de influir en los demás.
La gente quiere seguir a quienes los llevarán a un futuro mejor. Cuando toda tu personalidad proyecta desdén por los demás y frustración por lo que te han hecho, es poco probable que otros te den oportunidades para liderar.
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SERVIR Y LIDERAR.
Una gran parte del elemento de influencia del carisma implica jugar a largo plazo en torno al liderazgo. Los líderes carismáticos no dan órdenes a la gente, sino que involucran a las personas creando un sentido de propósito compartido.
En el centro de este sentido de propósito compartido está la idea de caminar juntos a través de una brecha salvable. Es decir, debes comenzar por encontrar una brecha entre dónde se encuentra ahora tu organización y dónde quieres estar. Si bien esto podría ser una declaración de un problema, debería centrarse en la oportunidad que puede crearse en el trabajo compartido. Describir esta brecha u oportunidad puede animar a un equipo a trabajar.
Evidentemente, hay mucho más que decir sobre este tema. Pero es importante reconocer que volverse más carismático implica una combinación de cambios en las señales de nivel de afabilidad e influencia, así como un trabajo duro para convertirse en el tipo de persona con la experiencia necesaria para liderar a otros con éxito.
Por Equipo Espacio Mutuo
Mutual de Seguridad