Cazadores de mitos: lo cierto y lo falso del teletrabajo
La crisis sanitaria del coronavirus, y la cuarentena que varios países han debido adoptar para controlar su propagación, han impulsado un cambio cultural en la fuerza laboral que ningún adelanto tecnológico había logrado gatillar hasta ahora: la transformación de las empresas al teletrabajo.
A pesar de los avances tecnológicos de las últimas décadas, el trabajo remoto no era una modalidad ampliamente incorporada, sino que era más bien visto como una excentricidad que sólo algunos afortunados podían permitirse. Hoy, sin embargo, el distanciamiento social y el aislamiento provocado por la pandemia del Coronavirus, ha provocado que cada vez más compañías se conviertan al teletrabajo, descubriendo sus muchas ventajas e implicaciones reales.
Si tú aún no estás convencido de la efectividad del trabajo a distancia, te invitamos a enfrentar tus temores: teletrabajadores reales deconstruyen todos los mitos y dudas que puedas tener sobre el trabajo desde casa.
MITO 1: “Trabajar a distancia pone en riesgo la productividad”
¡Falso! Según el profesor y especialista en psicología laboral y bienestar en el trabajo, Manel Fernández, esta confusión se debe a que muchas personas mezclan la idea del teletrabajo con el multitasking, que significa realizar varias tareas a la vez. Esto es una equivocación, puesto que, como indican múltiples testimonios de empleados a la distancia, para que el teletrabajo funcione, es necesario gestionarlo de forma independiente: “Si no estás acostumbrado o no cuentas con una rutina, teletrabajar puede llegar a dañar la productividad”, señala Iván García, quien lleva 16 años trabajando a la distancia en marketing digital, pero añade que, en su caso, él es “mucho más productivo y eficiente, dedico menos horas y saco adelante mucho más trabajo”. La confianza, la responsabilidad y la planificación son indispensables.
Mito 2: “Trabajar desde casa genera más armonía entre la vida laboral y personal”
Si bien es cierto que trabajar desde el hogar permite una mayor comodidad para los profesionales, con comida casera y sin desplazamientos, implica también otros procesos que se deben cuidar. Sin una jornada establecida o una rutina clara, aumenta el riesgo de problemas como la hiperconexión, la prolongación de los horarios y la disponibilidad 24/7. “Me costó años ir tomando buenos hábitos para no estar pendiente del trabajo las 24 horas del día, pero he aprendido a parar a una hora determinada y dedicar tiempo a la familia y al descanso”, comenta Iván García. Con los límites más difuminados, compaginar la vida personal de la laboral es esencial a la hora de teletrabajar.
Mito 3: “Se puede teletrabajar a cualquier hora, desde cualquier lugar”.
Bueno, en teoría sí se puede, pero no sería muy eficiente de tu parte. Los horarios son más flexibles, pero los teletrabajadores profesionales deben amoldar sus preferencias a los objetivos laborales. Esto requiere de mucha disciplina y concentración, construyendo la rutina propia y respetándola, sin distracciones.
Por lo mismo, el lugar de trabajo también es importante: ya sea un pueblo escondido, una playa desierta o una isla en el medio de la nada, debes comprobar que no haya mucho ruido, que tenga buena cobertura, rápida conexión a internet y buenos enchufes para cargar el ordenador. WIFI quizás hay en todas partes, pero si la conexión es mala, la experiencia puede ser realmente frustrante y estresante.
Mito 4: “El teletrabajo te aísla. ¡No hay comunicación con el resto del equipo!”
El principal obstáculo por el cual aún no se normaliza el trabajo a distancia es la creencia (errónea) de que aísla al empleado o empleada, y dificulta la comunicación con los demás integrantes del equipo. Pero, como señala el freelancer Iván Pinto, “que haya menos contacto personal no significa que haya menos comunicación”: hoy existen un sinfín de herramientas digitales que facilitan la comunicación laboral y facilitan el trabajo en equipo entre cientos de personas. Chats, reuniones, videoconferencias y llamadas, lo que necesites – internet te lo ofrece, y sin la necesidad de ser un ingeniero informático o un genio tecnológico.
Mito 5: “Con el teletrabajo, te conviertes en tu propio jefe”.
Ah, el sueño definitivo. Pero cualquiera que trabaje para una empresa desde su casa te podrá aclarar la realidad: no porque dejes de tener presente la figura física de la autoridad, desaparece. El teletrabajo no modifica en absoluto la jerarquía de la compañía ni la cadena de reporte y responsabilidades, a pesar de los beneficios de flexibilidad y autonomía que ofrece. “En la oficina es habitual justificar el trabajo por el mero hecho de estar presente”, comenta Iván García, “pero teletrabajando hay que cumplir unos objetivos, entregar unos proyectos, realizar tareas…”.
De todas formas, e incluso considerando las condiciones excepcionales en el mundo que trae consigo el Coronavirus, y la presión adicional, no menor, de pensar que podrían estar afectados tú y tu familia, también piensa que de toda crisis sale algo bueno, y el teletrabajo es una gran oportunidad para disfrutar de mayor comodidad y libertad en el proceso laboral. En cierta manera, sí eres tu propio jefe – “eres jefe de tu compromiso, tu responsabilidad y tus tiempos” señala el profesor Manel Fernández.
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Por Equipo Espacio Mutuo
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