Contagiar felicidad: cuida de ti para cuidar a otros
¿Quieres escuchar algo triste? El pasado 20 de marzo fue el Día Internacional de la Felicidad. Por supuesto, la fecha pasó desapercibida. Al parecer, el estrés y la preocupación del COVID-19 no tiene a nadie con muchas ganas de celebrar nada.
Pero bueno, ¿quieres escuchar algo alegre? Tu felicidad es la clave para la felicidad de tus amigos, familiares y toda tu comunidad.
Hablar de felicidad en un contexto de crisis como el actual parece cruel e inútil, pero la verdad es que, en momentos difíciles, cultivar un espíritu positivo no sólo te ayudará a ti mismo, sino que también a todos quienes te rodean. “Nuestro regalo al mundo proviene tanto de nuestro ser y nuestra presencia, nuestra sonrisa y nuestro tacto, nuestras posibilidades y misterios, como de las cosas específicas que hacemos”, señala el psicólogo y monje budista Jack Kornfield.
¿Acaso no sientes alivio por descubrir que puedes hacer algo para ayudar? La sensación es poderosa, y es apoyada por la ciencia. Nuestro estado emocional afecta a otros, aunque sólo sea mediante el buen humor o el reconocimiento de que tienes una buena vida.
PUEDES CONTAGIAR FELICIDAD MÁS LEJOS DE LO QUE CREES
Los investigadores Nicholas Christakis y James Fowler descubrieron que, en las redes sociales (las reales, no las tecnológicas), la felicidad puede ser contagiosa en hasta tres grados de separación de la fuente original – es decir, ¡hasta 3 grados de distancia de ti! Esto significa que cuando eres feliz, las personas con quienes conectas tienden a estar más felices, y sus amigos también, y también los amigos de sus amigos. ¿Te das cuenta de tu impacto?
En los colegios, el contagio de felicidad es tan real como el contagio de piojos y resfríos. Un estudio descubrió que el bienestar y la felicidad individual de un escolar al final del semestre dependía, en parte, de la felicidad y la satisfacción de sus compañeros de clase. El mismo fenómeno ocurre en los hogares y en los lugares de trabajo.
¿Cómo? Resulta que nuestros cerebros están bastante sintonizados con las emociones de quienes nos rodean. A través de las “neuronas espejo”, sistemas neurológicos complejos, podemos experimentar nosotros mismos las emociones que sienten los demás. De esta forma, nuestra sonrisa puede hacer sonreír a otros, y nuestra risa puede hacer reír a los demás también. Mientras mantengas algún tipo de contacto con otras personas, ya sea físico o virtual, nuestros buenos sentimientos se propagarán hacia el resto.
CONTAGIA FELICIDAD A TUS RELACIONES
Mantener buenas relaciones con los demás es más importante que nunca, ofreciéndonos la posibilidad de sentir amor, cariño y conexión en estos complicados momentos. Cuidar tu propio bienestar puede ayudar a esas relaciones, además de tener el enojo y la tensión bajo control.
En un experimento, los investigadores descubrieron que inducir la felicidad en parejas románticas individuales, mostrándoles imágenes felices, los hacía sentir mejor acerca de su relación. En otro experimento, personas que expresaron más sentimientos positivos tendieron a tener discusiones maritales más satisfactorias y menos polémicas sobre sus conflictos, lo cual podría ayudar a las parejas a permanecerse juntas por más tiempo.
Estudios de este tipo no faltan. Afortunadamente, los autores Shannon Moore, Ed Diener y Kenneth Tan revisaron exhaustivamente cientos de estudios acerca de este tema, y sugirieron posibles maneras en que buenos sentimientos podrían contribuir a mejores relaciones, en el corto y el largo plazo:
1. Las personas felices sociabilizan más y tienen mayores probabilidades de interactuar con otros.
2. Al conocer gente nueva, las personas felices tienden a hacer conexiones más substanciales, y poseen mayor sentido de comunidad.
3. Las personas felices tienen menos probabilidad de generar conflictos con otros y son mejores para negociar diferencias.
4. La gente feliz es más amable y cooperativa con los demás.
5. Las personas encuentran gratificante pasar tiempo con otras personas felices.
Esto sugiere que existe algún tipo de relación recíproca entre el bienestar y los lazos sociales, lo que fortalece a ambos. Eso no sólo es bueno para ti, sino también para cada persona con la que conectas.
MÁS FELICIDAD, MÁS SALUD
La felicidad parece tener efectos positivos en salud y longevidad, y eso ya es un hecho bastante conocido. Los estudios han encontrado que las personas más felices tienden a tener un sistema inmunológico más fuerte, mantienen mejor su peso y hasta tienen un mejor dormir, lo que a su vez puede conducir a una mejor salud.
Pero ¿podría nuestro bienestar afectar la salud de quienes nos rodean también? Al menos algunas investigaciones sugieren que sí. Estudios han encontrado que cuando somos más felices, nuestros cónyuges tienen mejor salud y mayor longevidad, aunque las razones exactas aún no están claras. Podría ser que los cónyuges más felices tienen más energía para ayudar y apoyar a las parejas enfermas, como plantea la investigadora Olga Stavrova. Pero también podría ser que un cónyuge alegre hace que su pareja se sienta más feliz o menos estresada, y eso es lo que indirectamente los hace más saludables.
TODOS PODEMOS CUIDAR DE LOS DEMÁS
Por ahora, todos necesitamos contribuir y hacer lo correcto para proteger a la sociedad en general. Afortunadamente, cuidar nuestro propio bienestar puede brindarnos los recursos emocionales que necesitamos para ayudar a quienes nos rodean a lidiar con el Coronavirus.
Como descubrió este estudio, es más probable que las personas más felices se preocupen por los problemas del mundo y tomen medidas para aliviar el sufrimiento, tal vez porque tienen más autoeficacia personal y energía para hacerlo. Otro estudio en Alemania descubrió que las personas más felices tienden a ser ciudadanos más involucrados: votan en las elecciones políticas, se ofrecen como voluntarios y participan en actividades comunitarias, más que personas menos felices, posiblemente porque son optimistas y confían más en los demás. Y, finalmente, otro estudio en América Latina descubrió que las personas más felices tendían a votar más, y que la felicidad era probablemente la causa, no el efecto, de votar.
TU FELICIDAD PUEDE SALVAR AL MUNDO
Por supuesto, decir que tu bienestar ayuda a los demás no tiene la intención de presionarte para ser feliz todo el tiempo, lo cual es prácticamente imposible, más aún en el contexto actual. Es bueno recordar que todas las emociones pueden ser útiles bajo ciertas circunstancias, incluidas las negativas, como cuando el miedo nos impide tomar riesgos innecesarios o la tristeza ayuda a señalar a los demás que necesitamos consuelo. Tampoco significa que simplemente debamos poner una cara feliz cuando no nos sentimos felices. Aceptar nuestras emociones negativas es realmente útil para nuestro bienestar, mientras que reprimirlas generalmente no lo es.
Pero estos hallazgos sugieren que cuidar nuestro bienestar no tiene por qué ser una búsqueda totalmente egoísta, y menos ahora. Todos podemos intentar hacerlo como individuos, practicando las claves para un bienestar más sostenido, como la gratitud, la atención plena, el asombro y la compasión, y tratar de construir sociedades que promuevan el bienestar. Y puedes hacerlo con la seguridad de que, al nutrir tu bienestar, estarás ayudando a quienes te rodean a enfrentar mejor cualquier obstáculo, sea el Coronavirus o cualquier otro temor.
Por Equipo Espacio Mutuo
Mutual de Seguridad