Directrices para una mejor salud mental en los trabajadores/as
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Contenido de expertos en colaboración con Espacio Mutuo
Las condiciones de trabajo pueden suponer un peligro para nuestra salud, y en particular respecto de la salud psíquica de los trabajadores, siendo los riesgos más comunes la excesiva demanda de las labores, el control que podemos tener sobre ellas, la seguridad en el empleo, las relaciones personales en el trabajo, entre otros.
A estas preocupaciones habituales, se suman en tiempos de Coronavirus el miedo a posibles contagios por Covid-19, a las medidas que adopten los empleadores para hacer frente a la crisis, las nuevas modalidades mediante el teletrabajo y el aumento en el empleo de tecnologías de comunicación, lo que por lo general trae aparejado tensiones sobre la distribución del tiempo de trabajo, muchas veces incluyendo trabajo nocturno o en horarios difícilmente compatibles con las necesidades familiares y sociales, cuestiones que afectan aun más la salud mental de los trabajadores.
En este sentido, el pasado lunes 11 de mayo la Superintendencia de Seguridad Social (SUSESO) en el contexto de la crisis sanitaria, publicó un protocolo denominado “Directrices para una mejor salud mental en los trabajadores/as“.
En este documento, la SUSESO se ocupa de la relación entre estos dos aspectos fundamentales de nuestras vidas, como lo son la salud mental y el trabajo. Para su elaboración, se tomó como antecedente lo establecido por el Ministerio de Salud, así como por la propia SUSESO y por las Mutualidades de Empleadores que administran el Seguro de Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales y el Instituto de Seguridad Laboral.
El foco principal de este documento es orientar el diálogo entre trabajadores y empleadores sobre las medidas que se adopten para enfrentar la pandemia y evitar que éstas generen un impacto en la salud mental de los primeros.
Las directrices del documento abordan las siguientes temáticas:
Temor al contagio: reconocer esta como una condición real y normal, lo que debe ir acompañado de formas de mitigarla con el objeto de disminuir dichos temores.
Información clara y a tiempo: la importancia que debe darse a la información que se suministra a los trabajadores y a la confianza en la misma.
Compromiso de la alta gerencia/autoridad y jefatura con la salud de todos/as: la importancia que los altos cargos muestren que se está haciendo todo lo necesario para resguardar la salud de los trabajadores/as y que existe una preocupación a nivel gerencial por esto.
Canales de comunicación bilateral: disponer de canales de comunicación bilaterales con los trabajadores/as.
Gestión participativa del riesgo: la participación de los trabajadores y trabajadoras en el diseño de las medidas de seguridad y de las normas al interior de cada recinto.
A lo anterior se suma la medida anunciada por el Gobierno, relativa a llevar a cabo un programa especial de acompañamiento denominado “SaludableMente”, que “fortalecerá la oferta pública y privada de salud mental del país e incluirá una plataforma digital de consulta, apoyo y recomendaciones en esta materia”.
Por su parte, la Organización Internacional del Trabajo, elaboró una Guía que contiene recomendaciones prácticas y estrategias en materias de salud mental y seguridad para la prevención de la propagación del Covid-19 en el lugar de trabajo, enfocada principalmente en el retorno al trabajo una vez que se reanuden gradualmente las actividades en todo el mundo.
La guía contiene varias recomendaciones a implementar por las empresas relativas a las medidas de higiene y seguridad que protejan la salud de sus trabajadores/as, y asimismo, se hace cargo de esta importante temática, indicando factores que pueden contribuir al aumento del estrés y la ansiedad en esta época de pandemia, y qué medidas pueden adoptar los empleadores con sus trabajadores/as para poder contribuir de la mejor forma a calmar estas tensiones emocionales y físicas.
En este sentido, la guía recomienda:
1. Entablar regularmente una comunicación clara y precisa con los trabajadores/as.
2. Tranquilizar a los trabajadores/as sobre las medidas adoptadas por la empresa para responder a la pandemia.
3. Cerciorarse de que los trabajadores/as sepan con quién contactar en caso de que necesiten apoyo o se sientan abrumados.
4. Alentar a los trabajadores/as a racionalizar el uso de la información.
5. Crear una cultura de liderazgo compasivo.
6. Recordar a los trabajadores/as el contenido del programa de asistencia a los empleados si la organización dispone de uno.
7. Indicar a los trabajadores/as –si no existiera ese tipo de programa– las fuentes de información y asesoramiento en materia de salud mental y bienestar.
8. Ajustar el apoyo a las necesidades de los trabajadores/as, entendiendo que todas las personas reaccionan diferente a las situaciones de estrés que se les presenten. Comprender cómo se sienten los trabajadores/as y cuáles son los factores que realmente influyen en su bienestar, es clave para este apoyo.
9. Asimismo, es necesario diferenciar las necesidades de aquéllos trabajadores/as que se encuentran en modalidad de teletrabajo, los que han continuado ejerciendo funciones presenciales, y aquéllos que han sido despedidos temporalmente.