8 razones por las que estarás feliz de volver a la oficina, aunque cueste admitirlo
Está bien, este es un círculo de confianza – puedes confesar tranquilamente, sin culpas ni vergüenza: ya no aguantas el teletrabajo y estás cada vez más ansioso por volver a la oficina.
Aunque quizás te sorprenda, lo entendemos. Después de tantos meses en cuarentena, muchas personas han descubierto que realmente extrañan sus lugares de trabajo – o al menos algunos de sus aspectos – incluso algunos que jamás pensaron que echarían de menos.
No te preocupes: tu nostalgia tiene una explicación más sencilla de lo que crees.
EL FACTOR SOCIAL
El aislamiento prolongado nos ha afectado de maneras que aún estamos descubriendo. Tu repentina añoranza del trabajo en la oficina se explica de esa forma: incluso aunque no haya sido perfecto, el trabajo es una actividad fundamentalmente social y, sin importar tu personalidad o carácter, lo más probable es que extrañes trabajar con otros -en persona, claro- con objetivos comunes y en un esfuerzo colectivo.
Una nueva investigación de Qualtrics indicó los desafíos de salud mental que se enfrentan alrededor de todo el mundo debido al virus. El estudio encuestó a 2.700 personas en Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Alemania, Singapur, Australia y Nueva Zelanda, y provenientes de una gran variedad de industrias, desde servicios de alimentos y venta minorista hasta manufactura, tecnología, educación, atención médica y gobierno. La investigación entrevistó a personas que trabajaban desde la oficina, aquellos que son nuevos en el trabajo a distancia, otros que siempre han trabajado en forma remota y más.
Con un 75% de los encuestados expresando sentirse más aislados socialmente que antes de que comenzara la pandemia, el principal quiebre derivado del teletrabjo resultó ser la soledad. Las razones son fáciles de adivinar: las personas pasan la mayor parte del tiempo en sus casas; casi no tienen interacciones presenciales con otros; y ya no cuentan con las experiencias sociales típicas a las que estaban acostumbradas.
Sorpresivamente, el estudio evidenció que cuanto más tiempo trabajan las personas desde sus casas, más estrés mental experimentan. Las cifras fueron contundentes: tras 2 o más semanas trabajando desde casa, las personas tienen un 50% más de probabilidades de sentir tristeza o fatiga crónica.
Con el paso del tiempo en cuarentena, muchas empresas y sus colaboradores descubrieron en el trabajo remoto una nueva modalidad que no habían explorado, y que es probable sigan utilizando al menos en combinación con el trabajo presencial. En función de los rubros a los que pertenecen, las empresas ya están evaluando escenarios posibles, ofreciendo de manera voluntaria a sus colaboradores la posibilidad de optar por uno u otro formato o una modalidad mixta. Y en el contexto de un retorno seguro al trabajo, lo cierto es que esta apertura a modelos más flexibles facilitará poner en práctica las medidas del distanciamiento social que seguirán siendo necesarias.
Sin embargo, si eres de aquellos que están experimentando la nostalgia del trabajo presencial, aquí te presentamos algunas de las causas que explican por qué echas de menos la oficina.
LAS 8 CAUSAS DE LA NOSTALGIA
Lo hallazgos del estudio muestran que hay ciertos aspectos del trabajo en la oficina que las personas tienden a extrañar tras un tiempo – aspectos que no se pueden reemplazar con el trabajo remoto.
Tracy Brower, socióloga con más de 2 décadas dedicadas al estudio de la vida laboral, definió para Forbes los 8 elementos que generarían este insospechado anhelo de volver al trabajo.
1. Contacto social sin esfuerzo
Como humanos, estamos hechos para conectarnos y ser parte de una comunidad, y la oficina brinda un cierto sentido de unión de forma relativamente automática. Te encuentras con alguien en el estacionamiento y entran juntos al edificio, saludas a la recepcionista cuando entras al edificio y le sonríes a alguien mientras ambos cuelgan sus abrigos. Son estas las conexiones que se dan sin esfuerzo y que son posibles en la oficina, incluso con personas que no conoces bien. En conjunto, estos pequeños contactos refuerzan el sentimiento de camaradería y trabajo en equipo.
2. Salas de reuniones que potencian la memoria
El entorno físico nos ayuda a recordar temas, conversaciones y decisiones importantes. Las características espaciales tienden a unirse con conceptos en nuestros recuerdos; eso explica por qué a veces recuerdas ciertas ideas del equipo gracias a la sala de conferencias en que se realizó la reunión, o al recordar el debate que se dio en su momento. Las conversaciones se ejecutan entre todos, y los aspectos particulares de cada una de las discusiones de la jornada se hacen cada vez más difíciles de discernir. La oficina ofrece variedad, y proporciona lugares para que los recuerdos se consoliden.
3. Pizarras blancas para Co-crear
Si bien los muros virtuales que acompañan las videollamdas funcionan bien, no hay nada como reunirse con otros alrededor de una pizarra en blanco, armados con marcadores de todos los colores y notas adhesivas. Estar juntos y realmente esforzarse para desarrollar nuevas ideas es energizante y fortalecedor.
4. Caminatas entre reunión y reunión
Las oficinas entregan una oportunidad que quizás no valorábamos tanto antes de la pandemia: el movimiento a través del pasillo, salas o el edificio completo. Este movimiento es bueno para la salud, ya que te permite aumentar el conteo de pasos diarios, y también proporciona una gran ventana de tiempo para distraerse y reflexionar. En lugar de simplemente desconectarse de una videollamada e iniciar sesión en la siguiente, la oficina te da un descanso y un espacio de tiempo suficiente para analizar los temas de la reunión pasada, y prepararse para la siguiente.
5. Acceso a líderes y compañeros de trabajo
Un beneficio de la oficina es la capacidad de conectarse con los miembros más distantes de tu red de contactos. En tu lugar de trabajo, es más probable que te encuentres con un ejecutivo en el café del lugar, lo cual te permite conectar, hacer preguntas y permanecer su radar. También es más probable que te encuentres con aquel colega con el que trabajaste hace unos años, intercambies ideas o simplemente compartan un breve vistazo a sus biografías más recientes. Si bien es posible que estas no sean personas con las que te comunicarías intencionalmente, estar juntos en la oficina te mantiene conectado con tu red más distante, pero valiosa de todas formas.
6. Distancia de casa
El hogar y el trabajo tienen sus propios desafíos, y cuando trabajas desde casa, se hace más probable que dichos desafíos se mezclen… Y es posible que no puedas escapar de ninguno. Ir a la oficina te ayuda a dejar ciertas cosas en casa, estableciendo límites más claros entre una y otra actividad. Quizás tienes 6 cargas de ropa que necesiten doblarse o quizás estés en medio de una discusión con tu pareja, pero sea como sea, siempre puedes contar con un pequeño y saludable descanso en la oficina, durante tu jornada laboral.
7. Límites basados en el viaje
Una de las cosas que la gente informa sobre trabajar desde casa (ya sea que siempre lo hayan hecho o si es un requisito que se debe a la pandemia) es que tienen problemas para separarse del trabajo, porque siempre está ahí. Entrar en una oficina y después volver a casa también ayuda a reforzar un límite entre ambos entornos. Claro, al llegar a casa desde la oficina puedes continuar trabajando, pero mentalmente es más fácil establecer un límite y mantenerlo.
La otra gran cosa acerca de un viaje diario es la oportunidad de “calentar” al comienzo del día o de “refrescarse” al final. Incluso si el viaje es corto, puedes anticipar el día y concentrarse en el juego. Y, al final del día, puedes reflexionar y descomprimirte antes de volver a tu vida hogareña.
8. El poder de la rutina
Las rutinas crean ritmos para tu día que pueden ayudarte a hacer las cosas. Tener un lugar físico para salir de la casa refuerza esta rutina. Si bien puedes comenzar tu día de trabajo en la “oficina de casa” o en la mesa de la cocina cada mañana aproximadamente a la misma hora, es posible que no tengas la disciplina suficiente para comenzar a una hora determinada, todos los días de la semana, por meses. Llegar a un lugar de trabajo en un momento determinado establece una estructura y normalidad muy necesarias para tu jornada.
Antes de la pandemia, es posible que hayas dado tu oficina por sentada. Sin embargo, como dicen algunos, “la ausencia hace que el cariño crezca”. Frente a un aumento del aislamiento social, la tristeza crónica y la fatiga que algunos experimentan, los nuevos datos proporcionados por esta investigación, sugieren que muchos experimentarán beneficios concretos con el regreso al trabajo presencial.
Aunque por ahora quedarnos en casa es la mejor contribución que podemos hacer para ayudar a superar el virus, no cabe duda que en el futuro cercano viviremos el trabajo bajo nuevas reglas que lo harán posible. ¡Y muchos celebraremos el regreso a la oficina!
Por Equipo Espacio Mutuo
Mutual de Seguridad