Ya hemos señalado que la transformación digital no es opcional, es obligatoria, y tampoco es el futuro, sino el presente. Dicho lo anterior, dista mucho de ser un proceso simple y en donde se puede aplicar un recetario único y rígido. La incorporación de la tecnología y la innovación digital no están exentas de dificultades y dado que es una prioridad para las empresas que quieren seguir siendo competitivas en sus mercados se hace fundamental identificar algunos de los principales obstáculos con los que se encuentran quienes se proponen esta tarea. 

Uno de los grandes obstáculos con los que se encuentran las empresas, sobre todo las medianas y las pequeñas, tiene relación con la falta de presupuestos y herramientas. Muchas veces no se le otorga la importancia que tiene y por eso no se le considera un presupuesto acorde a las necesidades. Y hay que invertir, este es un hecho que se debe aceptar desde un principio. 

Lo anterior está muy relacionado con otro obstáculo con el que se encuentran las empresas que se quieren transformar y tiene que ver con la falta de una visión integral. No sirve invertir en equipos de última generación si sólo los vamos a usar para utilizar el correo electrónico. Si se va a dar este paso tiene que ser de forma decidida en donde prevalezcan objetivos de mediano y largo plazo y en donde se estén buscando permanentemente oportunidades de mejora e innovación en todas las áreas de la empresa. 

Otro obstáculo relacionado con la falta de compromiso de la empresa con esta meta tiene que ver con la ausencia de asignación de responsabilidades. No crear un equipo exclusivamente ocupado de esta materia puede significar un obstáculo significativo para quienes no quieran perder competitividad en sus mercados. Por lo tanto, si bien este es un proceso que los involucra a todos, debe tener un responsable y un encargado de liderar el proceso. 

Finalmente, los dos últimos obstáculos que queremos mencionar tienen que ver con la cultura de la empresa. El primero está relacionado con la gestión del talento y se refiera a la falta de capacitación de los profesionales de la empresa en este ámbito. El aprendizaje debe ser constante y se le deben destinar recursos y tiempo. La relación entre herramientas y oportunidades es proporcional, de modo que mientras más herramientas tenga mi equipo de trabajo más oportunidades de mejora seremos capaces de identificar e implementar.

Por último, una mentalidad rígida que se traduce en aversión al cambio es el problema más recurrente para quienes quieren transformar digitalmente sus empresas. Nadie quiere salir voluntariamente de su zona de confort. Pero volvemos a la afirmación con la que iniciamos la nota, la transformación digital no es una opción, es un hecho y una obligación.