Los líderes divertidos inspiran admiración: descubre cómo usar tu sentido del humor (sin necesidad de volverte comediante)
Aceptémoslo: a veces, trabajar es una hazaña seria. Ya sea que intentemos resolver grandes problemas o generar cuantiosas ganancias, los chistes y las carcajadas a menudo parecen estar fuera de lugar. Y, sin embargo, para nuestra sorpresa – esa ligereza puede ser la clave para lograr todos esos “serios” objetivos.
ESTAS ESTADÍSTICAS NO SON PARA LA RISA
Los números no mienten: investigaciones muestran que los líderes con cierto sentido del humor son vistos un 27% más motivadores y admirados que aquellos que no bromean. Sus empleados están un 15% más comprometidos y sus equipos tienen más del doble de probabilidades de resolver un desafío de creatividad, lo cual puede traducirse en un mejor desempeño.
Los estudios incluso muestran que algo tan simple como agregar una línea alegre al final de un argumento de venta – algo así como «mi oferta final es X e incluso arrojaré a mi rana de mascota»- puede aumentar en un 18% la disposición de los clientes a pagar. Sí, leíste bien – un mal “chiste de papá” literalmente puede aumentar tus probabilidades de que te paguen.
LA QUÍMICA DE LA RISA
¿Pero cómo el humor puede ser tan poderoso? Pues, parte de la explicación es que la risa compartida acelera un sentimiento de cercanía y confianza. En un experimento, por ejemplo, se les pidió a parejas de extraños que se rieran juntos durante 5 minutos antes de completar un ejercicio. Sus interacciones se consideraron un 30% más íntimas que las parejas que conversaban antes de reírse primero.
Incluso recordar momentos de risa compartida hace que las parejas informen estar un 23% más satisfechas en sus relaciones. Y las investigaciones de Gallup muestran que uno de los mayores impulsores del desempeño de los empleados es tener un amigo cercano en el trabajo con el cual puedes reírte.
Gran parte del poder del humor es químico. Cuando nos reímos, nuestro cerebro produce menos cortisol (que induce la calma y reduce el estrés) y libera más endorfinas (que nos dan algo parecido a la euforia de los deportistas) y oxitocina (a menudo llamada la hormona del «amor»). Es como meditar, hacer ejercicio y tener relaciones sexuales al mismo tiempo. Además, está aprobado por Recursos Humanos.
PASO 1: ¡NO TEMAS!
Antes que nada, es necesario reconocer que cada persona es divertida a su manera, y que es posible tanto perfeccionar su sentido del humor como aprender a utilizarlo de forma más eficaz. A muchos nos preocupa que, al no ser comediantes o “payasos” por naturaleza, hacer reír a nuestros colegas es algo que ni siquiera deberíamos intentar.
Pero si te preocupa que tus historias o chistes fracasen, recuerda lo que muestra la investigación: la gente aprecia cualquier intento de frivolidad, siempre que no sea hiriente u ofensiva (y no es difícil permanecer en el lado correcto de esa línea, ¿verdad?).
PASO 2: IDENTIFICA TU TIPO DE HUMOR
Saber qué tipo de humor tienen tus colegas e identificar el tuyo puede facilitarte las cosas. Podemos identificar 4 tipos de humor:
1. Stand-up: atrevido, irreverente, no teme despeinarse un poco para hacer reír a los demás. La comediante norteamericana Wanda Sykes o la chilena Natalia Valdebenito son un ejemplo de este tipo de comediante.
2. Adorable: amable, discreto y con un humor que pretende aligerar el estado de ánimo. El famoso presentador James Corden es un ejemplo.
3. Francotirador: arriesgado, sarcástico, matizado – maestros del chiste inesperado. Michelle Wolf es conocida por su humor de este estilo.
4. Magnético: expresivo, carismático y de risa fácil. El reconocido Jimmy Fallon debe su carrera a este tipo de humor.
Si no estás seguro de a qué categoría perteneces tú o las personas de tu empresa, puedes tomar esta prueba de sentido del humor (pero con seriedad). Cuanto más comprendas los estilos de todos, más fácil será leer el ambiente y saber cuándo dejar caer esa broma perfectamente sincronizada.
También podrás mitigar mejor los riesgos. Por ejemplo, aquellos con humor adorable y magnético deben tener cuidado con el autodesprecio excesivo, el cual puede socavar su reputación; mientras que aquellos de humor stand-up o francotirador deben asegurarse de no ofender ni alienar a nadie. Siempre evita burlarte a costa de los demás o de cualquier cosa que un observador externo pueda considerar no apto para el trabajo (ya sabes, comentarios obscenos o groseros son un gran NO).
PASO 3: ATRÉVETE
Haz tus primeros intentos de humor. No tiene que ser nada tan rebuscado – una forma de hacerlo es comenzar con una simple observación y revelar “esa cosa inusual” que has notado.
Por ejemplo, si encuentras algo que te parece remotamente divertido -como darse cuenta de que no tienes idea de lo que las personas que realizan videoconferencias desde casa llevan debajo de la cintura- puedes usar una técnica llamada “La regla de 3”: crear una corta lista de cosas con un último e inesperado artículo. Podrías decir: «Extraño tantas cosas de la oficina… tener conversaciones espontáneas en la sala de descanso, dejar notas alentadoras en los escritorios de mis compañeros y usar cualquier otra cosa que no sean pantalones de pijama». ¿Ves qué fácil es? Risas, o al menos sonrisas, garantizadas.
También puedes jugar con pequeñas comunicaciones diarias, como mensajes de texto o los cierres de tus correos. Así, estarás enriqueciendo la textura de tu lugar de trabajo de una manera fácil y sin riesgos. Si haces referencia a algún divertido evento anterior ganas puntos extra, como la aparición sorpresa de alguna mascota por videollamada o algún chascarro de un miembro del equipo.
¿Listo para dar el paso siguiente? Intenta ser un poco más desinhibido con los clientes, socios comerciales y contrapartes de negociación. Considera cómo la fundadora y directora ejecutiva de Spanx, Sara Blakely, se acercó por primera vez al comprador principal de Neiman Marcus: le envió un zapato y una nota escrita a mano que decía “Tratando de poner el pie en la puerta. ¿Tienes unos minutos para charlar?”. Y escucha esto: la exsecretaria de Estado norteamericana, Madeleine Albright, cantó una vez un cómico dueto en karaoke con un funcionario ruso después de un tenso primer encuentro.
Finalmente, juega con la ligereza que surja a tu alrededor de forma orgánica y espontánea. Quién sabe – quizás poco a poco las bromas y el humor se convertirán en tu segunda naturaleza.
¿ES ESTE EL MEJOR MOMENTO PARA PRACTICAR EL HUMOR?
Bueno. Después de todos estos consejos, reconozcamos el tema pendiente: estamos a punto de cumplir un año de pandemia, una que ha matado a millones de personas y dejado a muchísimas otras sin trabajo. ¿Es este realmente un momento para reír? La respuesta es SÍ. Son los líderes que logran introducir humor en este extraño mundo nuevo aquellos que realmente ayudan a sus empleados a superarlo.
Desde el ejecutivo que hizo que su hijo de 5 años le hiciera carteles para sus reuniones virtuales (“Estás con el micrófono apagado”) hasta el director ejecutivo que “accidentalmente” dejó su pantalla compartiendo por Zoom mientras buscaba “cosas inspiradoras que dicen los líderes” en Google, a la directora senior que desafió a su equipo de trabajo a crear videos de baile en TikTok para compartir con el resto de la compañía… estos gerentes están mostrando que el sentido del humor -y la humanidad- son bienvenidos en el trabajo, especialmente en tiempos tan complejos como estos.
A veces, el humor pareciera ser una especie de magia. Y, sin embargo, es una cualidad que se puede aprender y practicar. Depende de todos nosotros -y sobre todo de los líderes- incorporarlo más a nuestros lugares de trabajo, aumentando así nuestro bienestar, el rendimiento del equipo e incluso los resultados finales de las organizaciones. Ahora más que nunca, es hora de que comiences a tomarte la risa en serio.
Por Equipo Espacio Mutuo
Mutual de Seguridad