¡Hablemos de salud mental! 5 razones por las que hace bien contar tus problemas
En tiempos como estos, es más importante que nunca ayudar a las personas -especialmente a los jóvenes- que sufren de problemas de salud mental.
Y en gran medida esto significa preparar a más expertos y expertas en salud mental, así como también adaptar los colegios y lugares de trabajo para prevenir el estrés en lugar de promoverlo. Sin embargo, y quizás más importante aún, es necesario cambiar la manera en la que se habla de salud mental, y eliminar el estigma con el que carga dicha conversación.
¿Pero cómo?, te preguntarás. Y la respuesta es simple: ¡Iniciando la conversación!
CUENTA TU HISTORIA
El Community Mental Health Journal publicó recientemente un nuevo estudio, el cual descubrió que los adultos jóvenes que comparten sus historias de lo que significa vivir con una enfermedad mental puede aumentar su bienestar y los ayuda a no sentirse estigmatizados.
Pero no son los primeros en darse cuenta del poder de la conversación. Batyr, organización australiana de salud mental sin fines de lucro, lleva a cabo programas de educación preventiva en escuelas, universidades y lugares de trabajo, para enseñar a los jóvenes y sus familias sobre la importancia de buscar apoyo para los desafíos de salud mental.
Sin embargo, además de ofrecer educación básica sobre salud mental, otro componente esencial de estos talleres son las historias de 10 a 15 minutos contadas por uno o 2 jóvenes sobre sus experiencias con enfermedades mentales (como depresión, ansiedad, conductas obsesivo-compulsivas y trastornos alimentarios), así como también las lecciones que han aprendido y las habilidades que les han ayudado a sobrellevar la situación.
Antes de que presenten sus historias, los oradores se capacitan en grupos de 7 a 10 en un taller de 2 días llamado “Ser Escuchado”. Allí, los participantes aprenden cómo compartir sus historias con confianza y de manera constructiva para ayudar a otros, que quizá luchan con lo mismo. El taller se basa en una investigación de Patrick Corrigan, profesor de psicología en el Instituto de Tecnología de Illinois, Estados Unidos, la cual descubrió que revelar nuestros desafíos de salud mental puede empoderar, mejorar nuestro bienestar y reducir los sentimientos internalizados de estigma.
POR QUÉ TE HACE BIEN
Para explorar los beneficios de compartir tu historia, los investigadores Genesis Lindstrom y Ernesta Sofija de la Universidad Griffith en Southport, Australia, realizaron entrevistas en profundidad con 18 oradores que habían participado en el programa de Batyr. Los individuos tenían entre 18 y 33 años e incluían participantes masculinos, femeninos y no binarios, así como aquellos que se identificaron como australianos, indios, chinos, italianos y holandeses. Los investigadores identificaron 5 temas clave que explicarían por qué compartir sus testimonios ayudó a los oradores.
- TE HACE SER MEJOR EN SENTIRTE MEJOR
Los participantes informaron que su papel como oradores les ayudó a “mejorar en mejorar”, en parte porque los obligó a reflexionar sobre su viaje y cómo habían superado los desafíos. Pudieron identificar estrategias que les ayudaron y cambiar la forma en que veían la salud mental. Un comentario común entre los entrevistados fue ver la recuperación y el fomento del bienestar mental como procesos constantes, como cuidar un jardín.
Un miembro de la organización comparó la experiencia con la proeza física: “Relatar de forma honesta tu historia con 300 personas en el público puede ser una experiencia bastante intimidante, como hacer flexiones de salud mental frente a una multitud. Casi te deja sintiéndote no exhausto, no del todo agitado, pero un poco vulnerable, en el buen sentido. Es como si acabaras de escalar una montaña o de saltar de un avión”, explicó.
- CRECES EN LA ACEPTACIÓN PROPIA
Los participantes también hablaron sobre cómo el hecho de compartir sus historias cambió la forma en que pensaban de sí mismos y les ayudó a ganar autoaceptación. Para algunos oradores, hablar de sus experiencias les ayudó a separar su identidad de su enfermedad mental. “Tan pronto como se lo dices en voz alta a alguien que no eres tú mismo, de repente hay una distancia entre ti y la historia. Antes, yo me aferraba a eso y era parte de mi identidad”, dijo un participante del estudio.
Compartir sus historias hizo que los oradores se sintieran empoderados y les dio un sentido de propósito, ya que estaban usando su experiencia para ayudar a otros. Una oradora señaló que, al aceptarse más a sí misma, se volvió más amable con el resto también. “Siento que somos mucho más duros con nosotros mismos que con los demás. Entonces, si soy más amable conmigo misma, siento que eso también me hace más amable con los demás”, dijo. “Creo que es una progresión natural cambiar eso de adentro hacia afuera”, indicó.
- LUCHAS CONTRA LA IGNORANCIA
Ser un orador Batyr también ayudó a los participantes a luchar activamente contra el estigma público asociado con las enfermedades mentales. “Cualquier estigma es sólo una falta de comprensión, y una falta de comprensión proviene de una falta de conocimiento, ¿verdad?”, dijo un participante. “Cuanto más vamos y tenemos estas conversaciones con la gente, les presentamos nuevas ideas y desafiamos sus ideas existentes”, explica.
Los oradores señalaron que el taller de “Ser Escuchado” les brindó herramientas para “enfrentarse al elefante en la habitación”-el tema del que todos saben pero que nadie se atreve a discutir- y para hablar sobre enfermedades mentales de manera segura. Los talleres incluyeron recursos para buscar ayuda y consejos sobre cómo discutir temas complejos, como el suicidio y el trauma. Los participantes también aprendieron cómo compartir detalles específicos de sus historias sin generalizar su experiencia como la única forma en que las personas experimentan una enfermedad.
Las herramientas del taller permitieron a los participantes abordar los comportamientos negativos y el lenguaje en torno a las enfermedades mentales en sus propios círculos sociales. Los oradores también dijeron que se volvieron más inclusivos y empáticos con sus amigos y familiares, así como también notaron un cambio en la forma en que sus seres queridos hablaban sobre la salud mental.
- AUMENTAS TU CONEXIÓN CON EL RESTO
En el taller “Ser Escuchado”, los participantes informaron sentirse conectados con los demás, generando un sentido de comunidad latente entre los oradores del programa. Algunas personas dijeron que tenían un sentido de propósito común y que conectarse con otros participantes les ayudó a sentir menos estigma. También obtuvieron significado al hablar con los estudiantes que acudían a las charlas, sabiendo que algunos de ellos probablemente estaban experimentando desafíos similares.
“Me encanta poder conectarme con otras personas en ese nivel y saber que al menos alguien en la sala escuchará lo que estoy diciendo y resonará con ellos”, dijo un orador. “Creo que con demasiada frecuencia olvidamos que la experiencia humana es compartida, incluso si es algo único e individual para nosotros”.
- APRENDES A BUSCAR AYUDA
Los participantes notaron que, desde que compartieron su historia públicamente, se volvieron más dispuestos a buscar ayuda cuando se encontraban luchando con su salud mental, así como también estaban más conscientes de los lugares apropiados para encontrar apoyo y eran más propensos a alentar a otros a hacer lo mismo.
Varios participantes masculinos mencionaron que las expectativas tradicionales relacionadas con la masculinidad les habían impedido previamente hablar sobre su experiencia. “Es interesante, porque al salir de una enfermedad mental como la mía había mucha vergüenza por cómo te sientes y cómo eso encaja con la visión de la sociedad sobre cómo deberían sentirse los niños”, dijo un orador de 25 años. Estos participantes apreciaron hablar con estudiantes varones sobre las barreras que podrían impedirles buscar ayuda y los alentaron a ser vulnerables, tendiéndoles una mano.
El sociólogo y psicólogo de la Universidad de Emory, Estados Unidos, Corey Keyes, postula que la enfermedad mental y la salud mental operan en un continuo separado, pero relacionado. Los investigadores de Batyr sugieren que el programa funciona con estos 2 continuos: disminuye la enfermedad mental al abordar el estigma y alentar a las personas a buscar ayuda, y aumenta la salud mental al crear conexión social, un sentido de propósito y crecimiento personal.
Si bien cada vez existe menos tabú respecto a la salud mental, revelar un historial de enfermedad mental no está exento de riesgos –incluso hoy en día puede llevar a una injusta clasificación y discriminación. Sin embargo, también hay muchos beneficios potenciales, desde obtener más apoyo hasta sentirse auténtico y disminuir el estrés de mantenerlo en secreto.
Todos estos hallazgos sugieren que compartir nuestras experiencias sobre problemas mentales puede ser una forma de mejorar nuestro propio bienestar y lograr una mejor aceptación de nosotros mismos, combatiendo así el estigma y enseñándole a otras personas a buscar ayuda. De esta manera, nuestras historias tienen el poder no sólo de ayudarnos, sino también de ayudar a otros… y al resto del mundo.
Por Equipo Espacio Mutuo
Mutual de Seguridad