Las 4 lecciones para ayudar a las personas a encontrar sentido en sus trabajos
Érase una vez un virus muy, muy malo. Científicos y autoridades de gobierno alrededor de todo el mundo se unieron para combatirlo, mientras el resto de la población se protegía en sus hogares y aportaba su granito de arena en la lucha contra este enemigo invisible.
Sin embargo, durante este tiempo, la vida continuó. Fue -y sigue siendo- una época de cambios profundos que requieren una gran capacidad de resiliencia. Todo lo que alguna vez creímos sobre el futuro de nuestras vidas y trabajos está en tela de juicio, y es hora de comenzar a cuestionarnos nuestros roles en ambos.
EL LADO BUENO DEL TRAUMA
A medida que más y más empresas se adaptaban al teletrabajo, el efecto personal de la pandemia en cada empleado y empleada comenzó a asomarse. Profesionales acostumbrados a superar desafíos difíciles en el pasado se mostraron desgastados por la fatiga y el cansancio como nunca antes, mientras que otros celebraban su progreso con humildad: “Bueno, aún estoy aquí. Al menos sobreviví a la semana pasada”.
Ya sea que trabajaran desde casa o con distanciamiento social en las oficinas, cada vez más personas comenzaron a preguntarse: “¿Lo que hago se conecta con un propósito superior dentro de mí? Si estos fueran los últimos momentos de mi vida, ¿es así como me gustaría pasarlos?”. Hacer un buen trabajo y actuar como un buen líder de equipo seguía siendo una prioridad, pero ignorar el contexto global ya no era una opción –la desigualdad y el descontento social se hicieron notar.
Pronto, nos dimos cuenta de que estamos presenciando los efectos de un momento sin precedentes en nuestra historia. Todos en el planeta experimentaban este trauma al mismo tiempo, y se dirigían a los líderes en busca de respuestas que ellos tampoco tenían. Todos nos enfrentamos cara a cara con nuestra propia mortalidad mucho antes de lo que esperábamos, provocando que la gente hiciera un balance de su vida y analizaran cómo gastarían lo que quedaba de ella.
LIDERAR LA PANDEMIA CON PROPÓSITO
Para aquellas personas en posiciones de liderazgo, es más evidente aún estar viviendo en un extraño y nuevo mundo. Pero eso es algo bueno – significa que hay nuevas lecciones por aprender, tanto personales como profesionales. Entre ellas, el propósito ha ocupado su lugar en el centro del escenario, siendo más protagonista que nunca.
Existen 4 acciones de liderazgo que la fuerza laboral necesita de parte de sus propios líderes, en esta etapa del cuento pandémico:
1. Relaciona el trabajo que asignas a una causa que sea personalmente importante para cada trabajador. Las realidades del entorno laboral exigen que las personas trabajen más tiempo, más duro y con muchas más exigencias. Si el trabajo que están haciendo no se puede vincular a un propósito significativo, la probabilidad de agotamiento y desinterés se disparará. Éste no es el momento de pedirle a tu equipo para que “aguante un poco más”, porque no puedes predecir con certeza un final a la vista o cómo se verá cuando lleguemos allí.
2. Crea oportunidades para crecer y contribuir, que se alineen con el deseo del empleado de hacerlo y con armonía de su propio sentido de propósito. Para eso, deberás tomarte el tiempo para conocer a cada persona de tu equipo en un nivel más profundo.
¿Cuáles son sus metas en la vida? ¿Qué quieren aprender? ¿Cómo quieren marcar la diferencia? ¿Cuáles son sus pasiones y las contribuciones que pueden hacer con ellas? ¿Qué perspectivas diversas pueden ofrecer sus pasiones, que el equipo necesita para generar grandes resultados?
Este no es el momento para reducir la inversión en el desarrollo de los empleados y el conocimiento, especialmente cuando el trabajo remoto puede hacer que las personas se sientan tan invisibles y subestimadas. Hacer esto bien puede requerir más diligencia de tu parte, porque los equipos ya no comparten el mismo espacio de trabajo. Para aprovechar el propósito, apóyate en el aprendizaje… y en la escucha.
3. Persiste en el proceso. Una discusión sobre el propósito no es suficiente, ni tampoco un programa interno para resaltar la alineación entre la misión de la empresa y el propósito del empleado. Lo que es esencial es una atención constante para encontrar la intersección entre lo que cree un trabajador y cómo se relaciona con el trabajo que está haciendo.
El propósito debe convertirse en un hilo conductor de todas sus comunicaciones con los empleados y un ancla para las reuniones del equipo.
4. Comparte historias de propósito en acción dentro de su organización. Ayudar a los empleados a comprender cómo su trabajo marca la diferencia para los clientes y las comunidades fortalece la satisfacción que reciben al realizarlo. Historias así se escuchan todos los días, incluso en estos momentos difíciles. Esos son los tesoros que inspiran a otros a trabajar todos los días y prosperar.
Por Equipo Espacio Mutuo
Mutual de Seguridad