¿Eres alguien que piensa con rigor? 3 señales de que te tienes que esforzar más
Es irónico, pero si estás leyendo esto, probablemente seas un pensador de gran esfuerzo. Lo cual plantea una pregunta: entonces, ¿para qué molestarse en comprobar si eres un pensador de bajo esfuerzo?
POR QUÉ DEBERÍA IMPORTARTE
Pues, existen al menos 2 razones. En primer lugar, puede ser que los pensadores de bajo esfuerzo te estén volviendo loco. No comprendes ninguna de las conclusiones a las que llega la mitad de la gente – seas de la mitad que seas. Sin embargo, entender las razones subyacentes detrás de las posiciones aparentemente ilógicas del resto te permitirá dejar ir tus frustraciones y amarlos a todos, sin importar sus opiniones.
La segunda razón para conocer a en qué consisten los pensadores de bajo esfuerzo es que todos nosotros (sí, incluido tú mismo) caemos presas de la desinformación, las falacias lógicas y la desvinculación moral. Algunas de las personas más educadas en un área de la vida han adoptado teorías fácilmente desacreditadas en otras áreas de su vida.
¿Es posible que hayas caído sin saberlo en una trampa de pensamiento de bajo esfuerzo? ¡Tal vez es hora de considerar si tú estás volviendo loco a alguien más! Después de todo, la mayoría de los pensadores de bajo esfuerzo no se describirían a sí mismos de esa manera. Tratar con el pensador de bajo esfuerzo que te vuelve loco es un tema importante, pero este artículo es para asegurarte de que no eres ‘esa persona’ para otra persona.
3 SEÑALES REVELADORAS DE QUE PODRÍAS SER UN PENSADOR DE BAJO ESFUERZO
Los signos de pensamiento de bajo esfuerzo son fáciles de detectar en los demás, especialmente si no están de acuerdo contigo. Pero cada uno de nosotros debe estar atento a la calidad de nuestro propio proceso de pensamiento. La próxima vez que estés en una “conversación” sólida, ten cuidado con estas señales de que puedes estar saltando a conclusiones indefendibles basadas en un pensamiento de bajo esfuerzo.
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No puedes explicar o defender tu opinión, posición o conclusión más allá de 2 capas de investigación.
Hacer preguntas para provocar conclusiones es una técnica de manipulación utilizada por los presentadores de radio y televisión inteligentes y populares. El interrogador no necesita proporcionar pruebas de su opinión porque técnicamente no está declarando una posición.
Sócrates también hizo preguntas que llevaron a conclusiones. La diferencia es el contexto y la intención. ¿Las preguntas fomentan la atención plena y estimulan el pensamiento crítico, o provocan ansiedad y promueven el sesgo de confirmación? Las preguntas diseñadas para limitar la exploración de diferentes perspectivas son comúnmente utilizadas por los proveedores de información errónea que buscan sacar provecho del pensamiento de bajo esfuerzo de otras personas.
Nota tu respuesta cuando alguien te pide que expliques o defiendas una opinión. ¿Respondes a su pregunta con otra pregunta? Si es así, esto podría ser una señal de advertencia de que has tomado una posición sin la profundidad de comprensión necesaria para defenderla. Pregúntate:
- ¿He creído en los intentos de otra persona de manipular mi opinión y la única defensa que tengo es reiterar las preguntas que solían atarme?
- ¿He fallado en explorar el tema lo suficientemente bien como para dar una respuesta razonable?
De cualquier manera, has sucumbido al pensamiento de bajo esfuerzo.
- Caes en falacias lógicas (o propagas las conclusiones ilógicas de otras personas).
Más de alguna vez habrás utilizado argumentos erróneos, imperfectos, engañosos o falsos – de esos que fácilmente se pueden refutar con el razonamiento. La frase “¿Y cómo llegaste a esa conclusión?” es capaz de derrumbar cualquier tipo de debate intelectual que crees que estás ganando.
Un tipo de falacia lógica que parece estar profundizando el abismo entre las personas sobre temas divisivos en la actualidad se denomina “falacia del argumento de la ignorancia”. Ten cuidado cuando creas que algo es cierto porque no hay evidencia en contra: “Los científicos no pueden probar que los ovnis no visitan la Tierra, así que creo en los ovnis”, por ejemplo.
Millones de personas se dejan influir por las ideas de personajes, celebridades o influencers porque lo que promueven no ha sido refutado. Por ejemplo, pueden recomendarte que tomes grandes dosis de vitaminas específicas en lugar de una vacuna. Su argumento es que ninguna evidencia ha demostrado que las vitaminas no funcionen.
Recuerda, el hecho de que no puedas refutar una idea no la convierte en realidad. Reconoce que cuando empleas o aceptas un argumento por ignorancia, simplemente estás transfiriendo la responsabilidad de buscar evidencia desde ti mismo hacia otra persona. Los pensadores de bajo esfuerzo rara vez cuestionan la validez o confiabilidad de sus fuentes.
Si te encuentras optando por una solución no probada, pregúntate por qué eliges creerla en lugar de otra alternativa. ¿Tienes una razón legítima? ¿O estás buscando algo más, algo que necesitas más que la verdad?
- Te desconectas moralmente (o no reconoces y contrarrestas a quienes lo hacen).
Nos desvinculamos moralmente cuando disipamos la responsabilidad por nuestro comportamiento cuestionable culpando a alguien más o deshumanizando a la víctima. A veces reclamamos una justificación moral -que el fin justifica los medios- usando lo que creemos que son fines morales para santificar nuestro comportamiento destructivo o dañino.
El destacado psicólogo social Albert Bandura identificó 8 formas en que las personas decentes se desconectan moralmente y hacen cosas malas. Todos hemos sido testigos de alguien atrapado en una mentira y negándolo bajo fuego, ¡incluso cuando hay evidencia en video de lo contrario!
Una forma demasiado frecuente de desvinculación moral es la comparación ventajosa. Se le suele llamar “whataboutism” (síndrome de “pero y qué pasa con…”). Por ejemplo, supongamos que te acusan de un comportamiento sospechoso, ilegal o poco ético. Cuando te enfrentas a la evidencia, tu defensa es: “Bueno, ¿qué pasa con fulano de tal? Nunca le reclamaste su mal comportamiento”.
Puede que tengas razón acerca de que el trato desigual es injusto, pero eso no hace que tu comportamiento sea menos incorrecto. Whataboutism es descaradamente ilógico. Si pensó que fulano de tal estaba equivocado y debería haber tenido que rendir cuentas, ¿cómo puede defender sus propias acciones como no sospechosas, ilegales o poco éticas?
Al describir el peligro de los líderes moralmente desconectados, Bandura cita a Voltaire: “Si puedes hacer que la gente crea cosas absurdas, puedes hacer que cometan atrocidades”. Los líderes moralmente desconectados con seguidores que piensan con poco esfuerzo son una combinación peligrosa.
EL PENSAMIENTO DE ALTO ESFUERZO PUEDE HACER QUE TE TRAGUES TUS PALABRAS
Evitar el pensamiento de bajo esfuerzo es un trabajo activo. Toma tiempo. Significa que, cuando los amigos comparten historias que encuentran en línea, buscas recursos confiables sobre el tema, separas los hechos de la ficción y consideras las probabilidades en lugar de las posibilidades.
Pero el pensamiento de alto esfuerzo también significa descubrir que a veces te equivocas. Te encontrarás con la necesidad de cambiar de opinión y de posición sobre varios temas a lo largo de los años. Pero eso no te convierte en un hipócrita, sólo significa que estás en un proceso de evolución y crecimiento.
Todos pueden beneficiarse del pensamiento de alto esfuerzo porque somos más capaces de tolerar diferentes perspectivas, aceptar argumentos matizados y mantener ideas opuestas como alimento para el pensamiento, incluso si ocasionalmente necesitamos tragarnos nuestras palabras.
Por Equipo Espacio Mutuo
Mutual de Seguridad