7 maneras de mejorar la relación con tus compañeros trabajo
Aunque a muchas personas les gusta trabajar en pijama desde la comodidad de sus casas, con acceso ilimitado a su propia cocina y mascotas al alcance de la mano, el distanciamiento social relacionado al auge del teletrabajo han tenido un gran costo: la pérdida de conexión social con nuestros colegas y compañeros de trabajo.
Eso se debe a que la conexión social es el mayor impulsor de nuestra felicidad y uno de los mayores impulsores de nuestro compromiso y productividad en el trabajo – lo que es cierto incluso para los introvertidos. Construir conexiones sociales en el trabajo no significa ser mejores amigos con nuestros colegas. Pero cuando podemos verlos como seres humanos con sus propios objetivos y necesidades -la base de la conexión social-, hace que el logro de objetivos colectivos sea más fácil y nos ayuda a cada uno de nosotros a sentirnos valorados, felices y con sentido de pertenencia.
Después de tanto tiempo separados y sin interacción social, ¿cómo reconstruimos esas conexiones?
EL PODER DE LOS PEQUEÑOS MOMENTOS
La sensación de unión puede surgir tras pasar un extenso período de tiempo juntos o grandes gestos de camaradería… pero la investigación muestra que, más a menudo de lo que creemos, la conexión social se construye a través de una serie de varios “micromomentos”.
Piensa en un momento en el que te hayas sentido sincronizado con otra persona en el trabajo, en que te sentiste conectado y escuchado, y ambos se sintieron llenos de energía y entusiasmo durante la conversación. Al observar conexiones como ésta, con seguridad verías un reflejo físico de las 2 personas, a modo de espejo: expresiones faciales, gestos físicos y tono de voz similares. Y, si monitorearas más profundamente, verías las mismas partes del cerebro activándose juntas y la liberación del péptido de la conexión: la oxitocina.
La investigación ha demostrado que experimentar regularmente estos micro-momentos de conexión es esencial para el florecimiento individual y la eficacia del equipo. Aumentan nuestros comportamientos de aprendizaje, función cognitiva, creatividad, participación, compromiso y rendimiento. Estas breves interacciones nos dejan con una renovada sensación de energía y vitalidad, listos para enfrentar lo que venga a continuación.
CÓMO CREAR MÁS MOMENTOS ASÍ
Los micro-momentos de conexión no requieren mucho tiempo ni un conocimiento personal profundo: un breve contacto visual, una conversación de un par de minutos sobre una actividad divertida del fin de semana o una relación importante, un desafío compartido, una celebración o pequeños gestos de aprecio servirán.
1. Sé intencional.
Busca conscientemente oportunidades para crear micro-momentos de conexión. En persona, nos movemos regularmente a través de un mar de personas: cuando llegamos a nuestro lugar de trabajo, de camino a las reuniones o al almuerzo, durante los cambios de turno, o incluso cuando tomamos un descanso para ir al baño… Estamos muy cerca de nuestros colegas, pero a menudo estamos tan concentrados en lo siguiente en nuestra lista de tareas pendientes o revisando nuestros teléfonos, que los ignoramos por completo. Aprovecha estas oportunidades.
Los trabajadores remotos tienen menos oportunidades de encontrarse con compañeros de trabajo en el pasillo o conversar después de una reunión, por lo que el intercambio informal de información y el aprendizaje mutuo no sucede sin un esfuerzo concertado. Pero las oportunidades están ahí: por ejemplo antes de que comience una reunión por video, en las interacciones casuales por WhatsApp o al iniciar una llamada individual.
2. Ponte en “modo conexión”.
Tómate unos segundos al comienzo de cualquier interacción para entrar en el modo conexión. Un par de respiraciones profundas para centrarte, y preguntarte a ti mismo(a): ¿Qué puedo aprender de esta persona o personas? ¿Cómo puedo ayudarlos? ¿Cómo puedo mostrarme como ser humano y compartir un poco más sobre mí, en lugar de pasar directamente a las tareas?
3. Transmite tu presencia.
Una vez que estés en una conversación, lleva toda tu atención a esa persona. Nuestros cuerpos comunican si estamos escuchando de muchas maneras: míralos a los ojos, inclínate hacia adelante.
Lo más importante es que guardes tu teléfono. Todos hemos experimentado esa sensación de pequeñez cuando alguien responde una llamada o continúa mirando su teléfono cuando intentamos tener una conversación. Estudios recientes han encontrado que el simple hecho de tener el teléfono a la vista, incluso si está volteado y nunca emite un sonido, reduce la sensación de cercanía, conexión y calidad de una conversación.
En una reunión virtual, asegúrate de que el video esté alineado y que tu rostro esté lo más cerca posible de la cámara, para recrear una conversación cara a cara. Y no revises tu correo electrónico ni realice múltiples tareas mientras finges prestar atención… porque no estás engañando a nadie.
4. Pregunta más, habla menos.
Una de las formas más poderosas de crear estos momentos de conexión es hacer más preguntas. Hacer que otros hablen de sí mismos activa los mismos centros de recompensa en su cerebro que la comida o el dinero. En lugar de sumergirse directamente en tu agenda, comienza las conversaciones con preguntas informales sobre los planes para el fin de semana, sobre cómo les va a sus hijos o un sobre un pasatiempo o interés compartido. Si bien algunos compañeros de trabajo pueden resistirse a hablar sobre su vida personal en el trabajo al principio (cuidado, no presiones si se resisten), la mayoría disfruta la oportunidad de compartir y conectarse.
5. Crea oportunidades de conexión en tus relaciones personales.
Ya sea en persona u online, inicia las reuniones con algunos minutos de un buen ejercicio de conexión. Por ejemplo:
Preguntas fugaces. Pueden ser una forma divertida de aprender acerca de tus colegas. Si se trata de un equipo pequeño, comienza con una pregunta de verificación rápida alrededor de la mesa: ¿Cuál fue tu primer trabajo?, ¿Cuál es tu superpoder no relacionado con el trabajo?, ¿Cuál es el mejor consejo que has recibido?, ¿Qué ha pasado recientemente de lo que estás orgulloso?, o cualquiera de las cientos de otras que se te pueden ocurrir o bien encontrar en la web. Si es un equipo más grande, haz que todos se emparejen para compartir sus respuestas.
6. Concéntrate en lo positivo.
En su libro ¿Estás completamente cargado?, el científico de Gallup, Tom Rath, dice que debemos apuntar a que el 80% de nuestro tiempo de interacción sea positivo en el trabajo, hablando de éxitos y fortalezas, y sólo el 20% para áreas de mejora o conversaciones difíciles. Estos intercambios positivos aumentan “nuestra capacidad de comunicarnos, colaborar y confiar en los demás”.
Celebra activamente cuando alguien comparta buenas noticias. Observa lo positivo, disminuye la velocidad y haz preguntas interesadas. ¡Esto es lo bueno! Puedes usar esta estrategia cuando un compañero de trabajo alcanza un hito intermedio, resuelve un problema para el equipo o comparte planes emocionantes para el fin de semana.
7. Haz espacio para las dificultades.
Obviamente, habrá momentos en que las personas estén batallando con algo difícil: una relación laboral tensa, estrés por alcanzar una meta inmediata o algo en sus vidas personales.
Forzar la conversación para que sea positiva en esos momentos puede parecer insensible; en cambio, escucha con empatía y compasión. Invitar a discusiones sobre temas difíciles puede asustar a muchas personas, pero si comprendes que no tienes que resolver el problema por ellos, simplemente escuchar es poderoso. Cualquier conversación puede ser un micro-momento de conexión siempre que estés escuchando activamente.
Por Equipo Espacio Mutuo
Mutual de Seguridad