Alerta de Bienestar Escolar

por | Jun 20, 2022 | El Valor de Vincularse

Creando conciencia, empatía y respeto

Contenido de expertos en colaboración con Espacio Mutuo

Entendemos Salud como “la ausencia de enfermedad”, pero hoy nos ha quedado claro que es fundamental que al hablar de salud se haga de una manera integral, y por eso usamos el término “Estado de Bienestar”. 

¿Qué buscamos lograr como fundación en cada comunidad escolar o de educación superior o en cada empresa que nos llama? Simplemente buscamos, mediante la sensibilización, lograr estados de bienestar entregando herramientas para que estos sean sostenidos en el tiempo. 

Si bien nuestra Charla “Yo Elijo Salvar” es la primera interacción con la que iniciamos nuestras intervenciones en cualquier comunidad, nuestro libro “Yo Elijo Salvar” hoy sigue siendo incorporado a muchas bibliotecas. ¿Por qué? Porque estamos viviendo una Alerta de Bienestar Escolar.

Nos contactan de todo Chile porque están ocurriendo emergencias graves: agresiones con arma blanca entre alumnos; entre apoderados; desde alumnos hacia docentes; suicidios al interior de las comunidades escolares; múltiples autolesiones; normalización de suicidio entre pequeños de cursos inferiores a Octavo Básico… Suena fuerte, pero hoy nuestros niños, niñas y adolescentes están justificando la existencia de conductas suicidas.

Las respuestas al ¿qué pasó? son simples. “Estaba solo”, “En su casa no lo querían”, “Lo abandonó su papá”, “Vive solo con su abuela”, “Nadie lo quiere”, “Es agresivo o agresiva y no hay que acercarse a él o ella”, “lo o la suspendieron”, “lo o la iban a expulsar”. Estas son respuestas de niños y niñas menores a 13 años que lloran tras el fallecimiento de su amigo o amiga y al día siguiente siguen jugando como si nada hubiese sucedido. 

También podemos agregar que nos llaman padres que ven esta realidad y se aterrorizan, no lo aceptan, no quieren ver a sus hijos e hijas normalizando y justificando el suicidio. Pero eso es lo que ven y, como es más fácil tapar el miedo, la soledad, la frustración o la angustia, con rabia (y expresarse de manera agresiva), es el camino que utilizan para expresar sus emociones.

¿Qué podemos hacer?

Primero, no ser indiferentes y hacer un fuerte llamado a esos testigos que luego de acontecido el hecho irreversible, explican con claridad qué estaba sucediendo. Siempre fueron testigos activos y en consecuencia tuvieron la oportunidad de apreciar la realidad y optaron por no hacer nada. La pregunta es ¿por qué optan por no hacer nada? La respuesta que nos dan es sencilla: “porque no sabemos qué hacer”, “no sabía que había que hacer algo”, “no se nos ocurrió hacer algo”, “porque después de la pandemia somos distintos, tenemos otros intereses”, “durante la pandemia aprendimos que se puede vivir y no hacer nada y no pasa nada”, “hacer algo exige esfuerzo y para qué esforzarme si se puede dejar pasar y no hacer nada”. Todas estas respuestas obtenidas del Taller Jóvenes Protagonistas realizado en Buin y en Villarrica con más de 100 jóvenes este 2022, taller que realizamos el 2019 en 8 regiones de Chile junto a INJUV obteniendo resultados distintos.  

Esta Alerta de Bienestar podría atribuirse a la comodidad, inactividad, desesperanza aprendida. Es decir, hacer nada hoy sí es opción!. Esta afirmación la demuestra el resultado de nuestro estudio desarrollado junto a la Universidad del Desarrollo y la Empresa de Estadísticas StatKnows, donde el 58% de quienes han sido testigos de ciberacoso entre los 15 y 29 años declaran no haber hecho nada frente a esa situación.

Para tener otra opinión más objetiva, preguntamos a Patrick Fisk, Psicologo y perito judicial y asesor de la fundación, quien nos mostró que concretar el acto formal de hacer una denuncia también ha sido un tema que muchos profesionales han preferido evitar y evadir antes de cumplir el deber legal.

El psicólogo Patrick Fisk nos comenta que “uno de los hitos más importantes en el ejercicio diario de un profesional de salud o educación dice relación con el cumplimiento del Artículo 175 del Código Procesal Penal, en su letra e) y f), dónde se establece que directores, inspectores y profesores de establecimientos educacionales de todo nivel, están obligados a denunciar los delitos que afectaren a los alumnos o que hubieren tenido lugar en el establecimiento. Así mismo, jefes de establecimientos de salud, públicos o privados, sostenedores y directores de establecimientos educacionales, públicos o privados, respecto de los delitos perpetrados contra los profesionales y funcionarios de dichos establecimientos al interior de sus dependencias o mientras éstos se encontraren en el ejercicio de sus funciones o en razón, con motivo u ocasión de ellas, tienen la obligación de denunciar, pero es importante destacar que la denuncia debe ser realizada en un Juzgado, Fiscalía, Unidad de Policía de Investigaciones o Recinto de Carabineros de Chile, esta denuncia consiste en la develación de antecedentes que darán curso a un proceso investigativo del cuál uno no forma parte, sino sólo, que uno comienza.”

Agrega que en su experiencia profesional como psicólogo, varias veces ha tenido que presentar una denuncia  y lo ha hecho en las unidades de Policía de Investigaciones, recinto que, en su realidad, le acomoda más y con esto ha revelado casos de estudiantes que relatan experiencias de acoso, abuso o maltrato; dando curso a procesos que luego queda en manos del Ministerio Público.

No obstante, inicialmente influenciado por la opinión de terceros desinformados, creía que el trámite era engorroso y podría generarle una sobrecarga en su rutina laboral, pero la verdad es que no fue así. Además, la ley establece que todo profesional tiene la obligatoriedad de presentar la denuncia dentro de 24 horas de conocido el suceso, tras la jornada laboral. Patrick nos cuenta que “cada uno puede dirigirse a la instancia que corresponda, pudiendo incluso, salir de su espacio de trabajo, justificado por el trámite de denuncia, sin que ello repercuta en descuentos en la remuneración. Las denuncias en general toman entre 60 a 120 minutos, pudiendo ser recién llamado a testificar, en caso de que el juicio así lo requiera, alrededor de 6 meses después de presentada la denuncia, pero ello depende de un conjunto de variables que no siempre se dan”; es decir, en más de 12 denuncias que él ha presentado en su vida profesional de 16 años, tuvo que comparecer en 2 juicios, y el resto de las veces, su labor se completó al presentar la denuncia.

Cuando le preguntamos por qué los profesionales optan por una actitud pasiva, pese a la obligatoriedad legal, nos dijo que “lo que muchos profesionales, sostenedores y autoridades aún no logran entender es que, además de ser una obligación legal, la denuncia permite detectar situaciones de vulneración de derechos de otros no presentes en el caso denunciado; en varias oportunidades, en denuncias por abusos de menores, se ha descubierto que el perpetrador tenía un modus operandi que había ejecutado con otras víctimas, todas protegidas y amparadas gracias a la investigación. En el caso del Bullying, normalmente las denuncias se realizan ante la Superintendencia de Educación por parte de los padres, apoyándose en los informes de profesionales, permitiendo que la Superintendencia reconozca si esto es una situación aislada en el establecimiento o algo más bien tóxico recurrente.”

También le preguntamos a ¿qué factores asociaba él como perito esta reacción pasiva de los profesionales? a lo que nos responde que “el tema va dirigido al cuidado del prestigio y la honra de los establecimientos, quienes frecuentemente realizan investigaciones internas, desconociendo que la no denuncia es un delito y que la investigación debe ser realizada por órganos competentes, para prevenir el mal manejo de la información y la victimización secundaria. Terminan por construir una cultura del ocultamiento y no de la protección en individuos que más protección requieren.”

Y nosotros ¿qué estamos haciendo y enseñando a nuestros hijos e hijas? ¿qué hacemos frente a agresiones o situaciones irregulares que nos convierten en testigos por el solo hecho de estar ahí en primera fila mirando lo que sucede? ¿en qué tipo de testigos nos estamos convirtiendo? ¿testigos cómplices o encubridores?

Al trabajar con grupos que han sufrido el fallecimiento de un amigo o compañero por suicidio, primero plantean que era inevitable y que nada se podía hacer, pero luego de unos momentos de reflexión, podemos dar fe que todos encuentran acciones que sí podían haber hecho y simplemente las dejaron pasar.

Sabemos que es más fácil criticar que construir y tomar la iniciativa. Es una batalla difícil entre lo que siento y lo que sé que debo hacer. Pero hoy es una batalla que debemos dar, el temor viene de las experiencias de separación, pero el amor surge de las experiencias de conexión y solidaridad.

Actuar con empatía también es amar.

La violencia no resuelve ningún problema, la violencia es resultado de la incapacidad de ver cómo el trabajo constante y empático trae más frutos.

¿Cómo equilibramos la paciencia, la determinación, la perseverancia y el valor? ¿cómo fortalecemos nuestras relaciones sociales sin incluir agredir o destruir como opción?

Si ya eres testigo, no elijas ser Testigo Cómplice ni Encubridor… Elige Salvar.

Sé un Testigo Salvador.

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