Por María Eugenia Fuentes, Directora de People, Brand & Communications en NTT DATA Chile.

Para nadie es un secreto que la pandemia, provocada por el Covid-19, generó muchos cambios el día a día de las personas y especialmente en las formas de trabajo. Cambio que para algunas compañías significó modificaciones gigantescas en las dinámicas de trabajo, liderazgos y cultura. Mientras que aquellos que estaban más avanzados, el recorrido fue menos difícil, sin dejar de ser un desafío importante. 

Además, se debe considerar que habitualmente las generaciones más jóvenes son quienes han generado los cambios durante la historia. Y así es como las empresas y sus líderes deben enfrentar cómo gran parte de sus talentos o colaboradores muestran nuevos intereses y requerimientos para ingresar a una compañía o mantenerse en ella.

Y es que actualmente, no basta con ofrecer un sueldo o renta acorde al mercado para que un candidato escoja determina compañía, pues los intereses de los talentos van más allá del factor económico. Ahora buscan pertenecer a empresas que les brinden el espacio desafiante para crecer, que se escuchen sus opiniones, que se un entorno donde puedan explorar sus habilidades, y contar con beneficios como la flexibilidad. 

Los talentos jóvenes buscan espacios donde su desempeño y rol tenga un impacto positivo en la sociedad. Que la compañía sea coherente entre sus objetivos, valores, modalidad de trabajo y responsable con sus trabajadores, proveedores, clientes, comunidades y, por supuesto, el medioambiente.

Ahora las compañías deberían tratar de dejar atrás el concepto de la jefatura que da instrucciones y su equipo de trabajo acata las ordenes, ya no es un modelo de trabajo colaborativo ni para los líderes ni los colaboradores. 

La fidelización a los talentos tiene que ver con la experiencia que las compañías les puedan brindar, desde el día que es contactado para la entrevista hasta el momento que deja la empresa. Asimismo, la retención se relaciona también con las oportunidades de carrera, de formación, de participar de proyectos desafiantes, de vivir experiencias internacionales. También otras cosas como la posibilidad de realizar un aporte activo a la sociedad como, por ejemplo, a través de programas de voluntariado, de vinculación con el entorno, causas sociales, entre otros.

Sin duda, los requerimientos de los talentos jóvenes van evolucionando constantemente y quienes estamos en las compañías debemos mantenernos a la vanguardia en lo que ofrecemos y esperamos de las personas. Lo más satisfactorio de realizar este proceso se ve y se siente cuando una persona nos elije para desarrollarse, crecer y aportar con sus cualidades al propósito personal a través nuestro.