¿Por qué algunos olores nos transportan al pasado?

por | Sep 19, 2023 | El Valor de Vincularse

La brisa del mar, el olor a bosque, café o bien, como en la icónica escena de la película Ratatouille, un añorado plato de la infancia, son aromas que fácilmente pueden transportarnos a recuerdos lejanos; lugares, momentos o personas que creíamos perdidos.

Y es que la memoria, la capacidad del cerebro para recopilar, almacenar y recuperar información basada en experiencias pasadas, puede activarse con ciertos estímulos y rescatar así recuerdos. Pero ¿qué tipo de vivencias se almacenan con más facilidad?, según el artículo de José A. Morales, investigador científico en enfermedades neurodegenerativas y profesor de la Facultad de Medicina, Universidad Complutense de Madrid, son aquellas vinculadas a emociones, ya sean positivas o negativas.

Nuestra memoria es un cajón sin fondo; la cantidad de información que podemos almacenar es incalculable, el problema es que hay lugares a los que nos es más difícil acceder. Esto es porque nuestro cerebro selecciona los recuerdos según lo que considera importante en determinados momentos y aquello que no nos es útil se va quedando en lugares cada vez más recónditos.

Por eso, hay estudios que han intentado averiguar cómo acceder más fácilmente a nuestros recuerdos y sensaciones del pasado mediante el olfato como estímulo. Esto se denomina “memoria olfativa”.

EL OLFATO COMO CANAL DIRECTO A LOS RECUERDOS PERDIDOS

El sentido del olfato está conectado directamente con la corteza cerebral, es decir, no debe pasar por el tálamo como el resto de los sentidos, sino que entra rápidamente a los circuitos de memoria del cerebro, con el hipocampo que se conforma por la corteza orbitofrontal y el sistema límbico. Mientras el primero participa en la identificación y discriminación de aromas y su vinculación con los recuerdos, el segundo permite dar con respuestas emocionales a los estímulos olfativos.

Por esta razón, al oler un aroma familiar se nos activan las mismas regiones cerebrales relacionadas con la memoria emocional. De hecho, los recuerdos inducidos por olores suelen ser experiencias del pasado con mayor carga sentimental. Un ejemplo clásico es la icónica escena de Ratatouille, cuando Anton Ego, el crítico de comida, va al restorán y el sabor y aroma de un plato lo hacen viajar a sus más tiernos recuerdos de la infancia. ¿Has pensado qué sabor podría darte esa experiencia?

LA PÉRDIDA DE OLFATO UN SÍNTOMA DE DETERIORO COGNITIVO

Con el tiempo, es posible que la capacidad olfativa se deteriore. Pero también, con el trascurso de varios trastornos neurológicos o neurodegenerativos, donde algunos síntomas asociados es la pérdida de la memoria.

La pérdida gradual del olfato puede manifestarse antes de que aparezca el problema y al detectar este síntoma, se puede prevenir el desarrollo de casi 70 enfermedades neurológicas y psiquiátricas, es decir, demencia o disfunciones cognitivas desde párkinson hasta esquizofrenia. Porque el deterioro de este sentido significa la pérdida de materia gris –mayoritariamente neuronas– en el hipocampo a medida que se desarrolla un deterioro cognitivo leve (DCL), primero, y la enfermedad de Alzheimer, por ejemplo, después.

GIMNASIA OLFATIVA Y AROMATERAPIA: CONSEJOS PARA EJERCITAR Y REHABILITAR LA MEMORIA

Los datos lo indican. Un reciente estudio expuso, en un periodo de seis meses, a un grupo de adultos mayores durante dos horas cada noche a una fragancia distinta. El resultado fue sorprendente pues su memoria de disparó: los participantes aumentaron su capacidad de cognición en un 226%. 

Las conclusiones consignan la gimnasia olfativa a través de aromaterapia como un buen método para cuidar nuestra memoria. En este caso, las fragancias que resultaron útiles para mejorar la capacidad cognitiva fueron de rosa, naranja, eucalipto, limón, menta, romero y lavanda. Dormir con estos aromas puede ser útil para proteger nuestra memoria y, además, según el estudio, proporcionar un mejor sueño. 

Y es que, aunque aún faltan más investigaciones sobre el tema, la literatura nos respalda. El novelista francés Marcel Proust hace más de un siglo ya tenía certeza sobre esto: “El perfume es la última y la mejor reserva del pasado, la que cuando todas las lágrimas se han secado, puede hacer que volvamos a llorar”.

Por Equipo Espacio Mutuo

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