4 estrategias para mantener la calma en conversaciones difíciles en el trabajo

por | Nov 7, 2022 | Empresas que cambian

Quizás no dormiste en toda la noche para terminar cierto proyecto, sólo para luego tener que soportar las críticas del cliente. O tal vez uno de tus colegas no calculó bien su carga laboral y terminó traspasándote a ti todas sus tareas pendientes al último minuto. 

Sea lo que sea, el punto es que en un momento u otro, todos hemos perdido la calma en el trabajo. Y la verdad es que, incluso en un ambiente laboral saludable y normal, ciertas molestias cotidianas son capaces de hacer hervir la sangre de cualquiera. 

Pero las situaciones más estresantes de todas son las conversaciones difíciles. Sí, esas que conoces tan bien: el tipo de charlas que requieren que des malas noticias o comentarios negativos, hagas una demanda como pedir un aumento de sueldo o mayor responsabilidad, pedir disculpas por un error o tener una conversación que te desagrada.

SÍNTOMAS DE UNA CONVERSACIÓN DIFÍCIL

Cuando anticipamos o tenemos conversaciones difíciles, nuestras emociones a menudo se disparan. El mero pensamiento de conflicto y confrontación puede causarte ansiedad, especialmente si eres alguien que se considera a sí mismo como “una persona pacifica y de buen corazón”. Incluso si estás frustrado con alguna situación y sientes la necesidad de comunicarlo, puedes temer molestar a tu jefe o decepcionar a tu equipo, por ejemplo.

Las conversaciones difíciles intensifican nuestra emotividad porque nuestra mente las percibe como una amenaza. Para las partes primarias de nuestro cerebro emocional, la preocupación de no ser aceptado o de perder nuestra posición es similar a ser expulsado de la manada, y causa verdadero dolor. De hecho, la ciencia muestra que el cerebro no hace distinción entre la exclusión social y el dolor físico: por eso duele tanto el rechazo, o la anticipación de que pueda ocurrir.

Durante una conversación difícil, es posible que tu corazón comience a acelerarse y tu respiración se acelere. Cuando tu instinto de “luchar o huir” se enciende, lo más probable es que te enojes. 

Líderes y profesionales que se identifican como “luchadores sensibles” -grandes triunfadores que también son altamente sensibles-, son aún más propensos a tener respuestas emocionales más intensas y complejas durante conversaciones difíciles debido a su cableado genético. No es raro escuchar testimonios de gente extremadamente capaz que, aún así, confiesan haber llorado durante una reunión o caído en una espiral de angustia por una solicitud imprevista de sus jefes. 

MANTENER TUS EMOCIONES A RAYA

Esas mismas personas desearían poder controlar mejor sus respuestas y presentarse con mayor calma, mando y presencia ejecutiva. Y, sin embargo, para aclarar: emocionarse durante una conversación difícil es una respuesta normal al estrés. 

Pero una crucial parte de la inteligencia emocional es la regulación de las emociones, o la habilidad de ser capaz de ajustar la forma en que internamente modules tus emociones, y las expreses externamente de una manera que esté arraigada en la integridad y te haga sentir orgullo. 

Aquí, te dejamos unas cuantas estrategias para mantener tus emociones a raya para mostrarte como la mejor versión de ti mismo. 

  • RECUERDA TU PROPIA RESILIENCIA.

Cada vez que luches contra tus emociones antes de una conversación difícil, enumera las tres cosas más difíciles que has superado. No necesitan estar directamente relacionadas con la situación a mano: el objetivo es simplemente recordarte a ti mismo que puedes superar los desafíos de la vida, y eso te da la confianza para sobreponerte a tus miedos y aprensiones.

La visualización positiva también puede ser efectiva. La investigación muestra que la mente no puede distinguir entre la imaginación y la realidad. Cuando te imaginas a ti mismo pareciendo tranquilo y sereno durante una conversación difícil, desencadena la misma cascada de neuroquímicos, independientemente de si estás pensando en el pasado, el presente o el futuro. Imagínate en el fragor de la confrontación: ¿Cómo te ves, sientes y suenas cuando estás en tu mejor momento?

  • ACÉRCATE A LA CONVERSACIÓN COMO SI FUERA UNA COLABORACIÓN. 

Digamos que necesitas hablar con tu subordinado directo sobre un error importante que cometió. Tu primer impulso puede ser arrojar con enojo acusaciones basadas en la culpa, del tipo «¿Cómo pudiste permitir que esto sucediera?». Pero tus emociones intensas podrían hacer que tu contraparte retroceda o se ponga a la defensiva, eliminando así la oportunidad de solucionar el problema.

Difunde la carga emocional escuchando primero. Haz preguntas abiertas como:

  • ¿Qué llevó a esto?
  • ¿Qué has intentado para resolver la situación hasta ahora?
  • ¿Cuál es tu plan de acción?

Escuchar y hacer preguntas te brinda la oportunidad de recopilar más información y, al mismo tiempo, brindar espacio para que hagas una pausa, respires y te recuperes para que puedas responder diplomáticamente.

  • PRUEBA UN MANTRA.

Los estudios demuestran que repetir una sola palabra o frase en silencio para uno mismo puede calmar la mente. En otras palabras, crear un mantra puede ser útil para calmar los juicios internos que conducen a emociones fuertes durante conversaciones difíciles. 

Muchos idean frases de anclaje cortas como:

  • Mantente neutral.
  • Esto pasará.
  • Puedo manejar la sensación de incomodidad.
  • Todo lo que puedo hacer es lo mejor que puedo.
  • Tengo el control de cómo me siento.
  • CUIDADO CON EL CONTAGIO EMOCIONAL.

Los humanos se sincronizan naturalmente con las emociones de los que los rodean. Los luchadores sensibles, en particular, tienen neuronas espejo más activas, lo que los hace más hábiles para empatizar, pero también más propensos a absorber la negatividad, particularmente durante situaciones tensas.

Para evitar asumir los sentimientos del otro durante una conversación difícil, imagínate rodeado de una burbuja transparente que te protege de sus reacciones. 

Finalmente, a algunos les resulta útil separar el contenido de la entrega. Presta especial atención a las palabras exactas que salen de la boca de alguien y no a su tono o tu interpretación de lo que se ha dicho. Mantente firme en la objetividad y podrás aportar lo mejor de ti.

 

Por Equipo Espacio Mutuo

Mutual de Seguridad

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