La región nórdica del norte de Europa ha dominado durante mucho tiempo las clasificaciones más altas del Informe Mundial sobre la Felicidad. Este año, una vez más, 3 de sus 5 países principales -Finlandia, Dinamarca e Islandia- ocuparon los 3 primeros puestos, y los otros 2 -Suecia y Noruega- les siguieron de cerca en séptimo y octavo. Y sólo para tenerlo en cuenta: el resto de los miembros nórdicos, que incluyen las Islas Feroe, Groenlandia y Åland, no son lo suficientemente poblados como para ser incluidos en la clasificación. 

Más allá del clima frío, la seguridad social y los largos inviernos, hay un elemento cultural específico que une a estos países, uno que puede ayudar a explicar por qué los lugares más felices del mundo miran sus carreras a través de una lente diferente: Janteloven. 

«Janteloven» en danés significa «Ley de Jante», y se refiere a 10 reglas que imponen un fuerte sentido de humildad, respeto mutuo y empatía. Desarrollada originalmente por el autor danés-noruego Aksel Sandemose para su novela de 1933, Un fugitivo cruza sus huellas, la ciudad ficticia de los 10 mandamientos de Jante tenía como objetivo capturar la profunda desaprobación de la región nórdica hacia la individualidad pura y dura.

CUANDO NADIE ES ESPECIAL: LA VERDADERA IGUALDAD

La regla número uno, que captura la esencia de las 9 siguientes, dice: «No debes pensar que eres algo especial». Las reglas pretenden ser un poco irónicas – por supuesto, no son leyes literales-, pero el espíritu de su mensaje es una parte muy real de la cultura nórdica.

«Tiene estas 2 caras de los mandamientos que están tan arraigados en la forma en que nos educan», dice Camilla Miehs, directora de personal del grupo de la empresa de logística Leman, con sede en Dinamarca. “La Ley de Jante básicamente dice que no creas que eres mejor que nadie; mantente humilde y concéntrate en hacer el bien, ya que todos son iguales y deben ser tratados por igual”.

Miehs añade que es difícil entender por qué los países nórdicos tienen una relación tan diferente con su trabajo sin comprender a Janteloven. Añade que otras distinciones (como redes de seguridad social más sólidas, estructuras laborales más planas y políticas de licencias más generosas) son meros síntomas de esta piedra angular cultural.

«Por lo general, tenemos un enfoque muy humilde sobre lo que se supone que debes hacer y ser, y eso juega un papel muy importante en quiénes somos», explicó Miehs durante la conferencia TechBBQ en Copenhague, Dinamarca.

JANTELOVEN EN PRÁCTICA

Cuando se disuade a todos los miembros de la sociedad de verse a sí mismos como mejores, más inteligentes o más importantes que los demás, surgen ciertas normas en el lugar de trabajo. Por ejemplo, Miehs dice que las jerarquías organizativas no se toman muy en serio en los países nórdicos en comparación con otras partes del mundo. Como resultado, dice que hay menos división entre los empleados y la alta dirección.

“Existe una expectativa arraigada de que puedes acudir a tus gerentes y decirles: ‘No estoy de acuerdo’ o ‘No puedo cumplir eso’ o ‘Tengo un plan mejor’, y nadie cuestionaría eso. Es normal y así conseguimos mejores resultados”, afirma Miehs. «Si lo dibujamos en papel, la empresa parece más o menos igual, pero la sensación cultural es que las estructuras organizativas en Escandinavia son siempre más planas».

Para muchos profesionales, su estatus en el trabajo define en gran medida su estatus en la sociedad. En los países nórdicos, sin embargo, la mayoría de las necesidades de la vida están garantizadas por el Estado y, gracias a Janteloven, los logros profesionales no se consideran la principal medida de importancia personal.

“Si el estatus no es ser el rey del mundo, entonces tal vez el estatus esté en otra cosa: tal vez se trate de tener un mayor equilibrio entre el trabajo y la vida personal, tal vez sea ser feliz porque no te desgastas por el exceso de trabajo, tal vez se trata de unas excelentes vacaciones que tuviste o que estás esperando”, sugiere Christian Bach, cofundador y CSO de origen danés de la plataforma Netlify.

NO TOMÁRSELO TAN EN SERIO

Bach, que se mudó de Copenhague a San Francisco hace 8 años, dice que este enfoque puede hacer que los empleados sean más felices, pero no es necesariamente una ventaja para los empresarios nórdicos como él.

“No existe ese impulso de ganar a toda costa de la misma manera, y creo que eso es bueno y malo como emprendedor; el impulso que se ve en Norteamérica es un poco diferente”, afirma. “Recuerdo la recaudación de fondos en los Estados Unidos, sentí que estaba vendiendo un sueño, y estaba insistiendo en ello, y ellos respondieron con ‘es increíble, ustedes los daneses son tan humildes’, y fue como ‘¿en serio?’ porque no pensé que eso pareciera muy humilde”.

Si bien Janteloven alienta a las personas a separar su propia autoestima de sus carreras, esa filosofía también puede disuadirlas de desarrollar todo su potencial profesional, advierte Anders Mayntzhusen, director ejecutivo de la plataforma de comunicación de inteligencia artificial Humani, con sede en Copenhague. «Creo que Janteloven tiene más que ver con los celos», dice. «Básicamente, obstaculiza el crecimiento de las personas dentro de las empresas, porque están muy preocupadas por su entorno y por lo que otras personas piensan de ellos, por lo que Janteloven básicamente los está frenando».

Mayntzhusen explica que en la práctica Janteloven puede servir para desalentar la ambición profesional, por lo que recomienda que ambas culturas se esfuercen por lograr un mejor equilibrio entre el enfoque estadounidense altamente individualista y la perspectiva escandinava más colectiva. “Todos trabajan mejor si están alineados estratégicamente no solo con sus colegas inmediatos, no solo con sus subordinados, sino con toda la organización y con la gerencia y el liderazgo”, afirma. «Creo que al sentirse más conectados, esa alineación es mucho más fácil de lograr; creo que crea trabajadores más felices y, al final del día, genera mejores resultados».

Por Equipo Espacio Mutuo

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