Por Rodrigo Albagli, Managing Partner de AZ.

Antes de 2019 el acceso al capital de riesgo era muy complejo, no existían prácticamente los CVC (Corporate Venture Capital en las grandes empresas) y los Family Offices no consideraban el venture capital dentro de sus portafolios de inversiones.

Desde 2020 (mediante COVID-19) todo cambió de manera explosiva y exponencial, las grandes empresas y grupos económicos locales como internacionales asentados en Chile se activaron, creando diversos modelos para participar de la oportunidad del venture capital, de la innovación y transformación digital a través de alianzas con start ups primero y, en el último tiempo, entrando derechamente en el negocio VC a través de la creación de sus propios vehículos de inversión denominados CVC con una mirada y tesis de inversión local – latam – global.

El venture capital en Chile entró en una fase virtuosa y de visibilidad mayor, explotando en los últimos 3 años de la mano, naturalmente del boom global como especialmente del movimiento a nivel Latam.

La industria logró en estos últimos años, visibilidad, mayor profundidad y fuerza. Todo lo anterior ayudado por compañías icónicas que fueron demostrando que sí se podía construir valor, romper con los modelos tradicionales de negocio y desarrollo, así como, cambiar las reglas del juego. En una sociedad tradicional con poder económico concentrado, no era fácil lograr estos cambios, pero la tecnología y aceleración de la economía digital sumado a otros factores han colaborado al cambio de paradigma.

El 2022 cerrará como un buen año para la industria más allá de que podamos o no encontrar nuevos unicornios. Las valorizaciones han venido a la baja tal como el mercado financiero en general ha sufrido en el último año. Lo importante es que el venture capital en todas sus formas ha llegado para quedarse y seguir impulsando el desarrollo de las tecnologías, innovación y digitalización de la economía, lo cual a su vez representa una gran oportunidad para muchos emprendedores con base tecnológica.

El Futuro

La necesidad de proyectos que impacten positivamente al planeta y la intención de alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible de la ONU, serán clave para el impulso de este sector en los próximos años.

Actualmente, las constantes advertencias sobre el cambio climático y la preocupación por el medio ambiente, y la necesidad de ofrecer soluciones a los diversos problemas sociales, permiten perfilar como sectores claves:  CleanTech – FoodTech – BioTech – Inversiones con foco ESG – EdTech – InsurTech – Logística.

No es casualidad que Corfo anunciara el lanzamiento de “Venture Capital Chile”, una nueva marca que busca potenciar el ecosistema de emprendimiento e innovación a nivel nacional. 

Es importante destacar que la iniciativa tiene por objetivo avanzar hacia una etapa de mayor crecimiento de la industria del venture capital, ya sea captando nuevos inversionistas internacionales e incrementando la oferta de financiamiento para startups locales.

De esta forma, la nueva marca de Corfo se enfocará en la atracción de capitales extranjeros para potenciar con más fuerza el ecosistema nacional.

La necesidad de dar soluciones a los problemas críticos obliga a seguir potenciando y promoviendo este tipo de inversiones y facilitando distintos mecanismos de colaboración que impulsen la adopción de tecnologías que vayan en la línea de mejorar la calidad de vida.

Es por ello que más allá de las dificultades económicas e incertidumbres regulatorias para la generalidad de las industrias y, en especial, para la economía tradicional, veo que en estas materias el Gobierno está obligado a dar certezas y promover distintas formas y vehículos que atraigan inversión extranjera, como también, fomenten alianzas público – privadas para acelerar los cambios que permitan en definitiva reducir las brechas de desigualdad en un menor plazo y atacar aquellos problemas país en forma efectiva.