El paradigma laboral cambió, y los trabajadores lo saben. Tu empresa ¿está preparada?
Imagina el espectro de las distintas formas de trabajar. En un extremo, la clásica rutina que probablemente conozcas: viaje de ida a la oficina, trabajo desde las 9 de la mañana hasta las 6 de la tarde, viaje de vuelta a casa. Así todos los días, de toda la semana, todos los años.
Ahora imagina el otro extremo. ¿Te cuesta imaginarlo? Pues probablemente sería algo como lo que estás viviendo ahora mismo, gracias a la pandemia. Jack Dorsey, director de Twitter, anunció que sus empleados podrán trabajar desde casa para siempre y Facebook planea convertir la mitad de sus cargos al formato remoto, ambos sentando un precedente inimaginable para el resto de las compañías del mundo.
Las empresas se transformaron por completo de la noche a la mañana –porque no les quedó otra alternativa. Y ahora, ¿cómo deberá adaptarse la fuerza laboral?
LOS POLOS SE ATRAEN
Los días de trabajo presencial y rutinario ya son cosa del pasado. Hoy, las personas exigen a las empresas dos elementos que, hasta ahora, se consideraban contrarios: autonomía y pertenencia.
Las rápidas modificaciones que ha sufrido la vida laboral han dado paso a una nueva y moderna forma de trabajo –una especie de “empleabilidad independiente”, la cual combina la independencia y autonomía de un freelancer con la comunidad y seguridad de la jornada completa.
Este híbrido de formas de trabajo podría representar una de las mayores disrupciones al paradigma empleado/empleador de la Historia reciente. Sumado al cambio generacional y las infinitas posibilidades de las herramientas tecnológicas, el resultado es que no sólo posees una fuerza laboral deseosa de trabajar más digitalmente, sino que ahora tienes los medios para lograrlo.
¿LIBERTAD SIN EQUIPO?
Los trabajadores lo quieren, las compañías están adaptándose al gran experimento del teletrabajo debido a la pandemia y, hasta ahora, parece estar funcionando: una encuesta global de 2.200 personas descubrió que el 64% de la fuerza laboral dice ser más productivo que antes de la pandemia, y el 62% de quienes respondieron (en Estados Unidos), dijeron estar dispuestos a disminuir su salario con tal de poder trabajar desde casa a tiempo completo.
La movilidad es claramente una tendencia ganadora. Pero movilidad sin pertenencia -libertad sin comunidad- es demasiado superficial para perdurar en el tiempo, y está condenada al fracaso… A menos que los empleadores cultiven la afiliación: una unidad cohesionada, autónoma y leal.
¿La respuesta para una fuerza laboral mezclada y feliz? La Cultura.
EL MAYOR DESAFÍO
A medida que las empresas comienzan a descubrir cómo lograr el equilibrio adecuado entre la oficina y el hogar, con una fuerza laboral compuesta por empleados tradicionales, consultores y autónomos, el mayor desafío no será tecnológico. No. El mayor desafío será uno que ha definido el éxito o el fracaso en los negocios desde hace años: la cultura.
La cultura es la base de la comunidad, y la capacidad (o incapacidad) de traducir el alma corporativa en una fuerza laboral cada vez más itinerante, definirá qué empresas ganan y cuáles pierden en el largo plazo.
Peter Drucker, padre de la administración moderna, dijo una vez: “La cultura se come a la estrategia como desayuno”. Está bien. Pero eso también plantea una pregunta para el 2020, y más allá: ¿Cuál es la fórmula para construir una cultura auténtica en un mundo donde la fuerza laboral y los lugares de trabajo ya se estaban transformando rápidamente antes de COVID-19 –y ahora lo hacen de manera definitiva y más veloces que nunca?
Las empresas que encuentren ese balance óptimo serán las ganadoras durante los próximos años. Si bien todavía es demasiado pronto para saber cómo se verá esa fórmula, existen tres factores fundamentales para determinar los ingredientes del éxito empresarial, y cuáles se unen a la lista de experimentos fallidos.
1. SÉ INTENCIONAL EN TUS CONTACTOS
Muchas cosas se han vuelto claras durante estos meses de confinamiento. Quizás una de las más importantes es la cantidad de personas que pierden la oportunidad de interactuar directamente entre sí. De hecho, estas interacciones se daban por sentado en gran medida antes de que se sintiera ampliamente su ausencia. Y a medida que avanzamos hacia una “Economía de Precaución” post pandemia, nuestras interacciones cara a cara serán más circunspectas, pero increíblemente importantes.
¿Qué significa eso exactamente? Significa sopesar cuidadosamente la combinación de reuniones digitales, análogas y presenciales.
Las reuniones en persona, que alguna vez fueron la opción estándar, probablemente serán menos frecuentes y, por lo tanto, más valiosas y significativas. Asegurarse de que esas interacciones tengan un propósito claro y se construyan en torno al fortalecimiento de las relaciones, especialmente para los empleados más nuevos, será crucial.
El sentido de pertenencia se construirá a partir de la selección cuidadosa de las relaciones en múltiples plataformas virtuales, con un puñado de interacciones en persona en el nivel adecuado. En una escala práctica, esto significa que las empresas deben volver a examinar cómo trabajan mejor sus empleados y empleadas, y ser flexibles al permitir múltiples arreglos y formas. En lugar de dejar que el trabajo se expanda hasta ocupar la totalidad del tiempo asignado, alienta la práctica positiva de interacciones más profundas y significativas en el tiempo necesario para cumplir un determinado propósito.
2. DEMUÉSTRALES QUE ESTÁN SIENDO CUIDADOS
La pandemia también ha tenido repercusiones más amplias. Los cierres obligatorios y las órdenes de quedarse en casa han provocado algunas de las peores cifras de desempleo mundial. Para muchos, se ha tensado aún más una dinámica empleador/empleado ya debilitada. En algunos casos, los despidos masivos han significado seguir la ruta del trabajador independiente. Pero ¿qué pasa con los beneficios, como la atención médica, en medio de una pandemia?
Esta importante interrupción del empleo ha sido una llamada de atención para millones de personas que estarán agradecidas de comenzar a trabajar de nuevo, bajo cualquier circunstancia, pero también estarán mucho más conscientes de quién realmente las aprecia. “Si me sueltan tan rápido, ¿qué les impedirá volver a hacerlo? ¿Existe realmente alguna seguridad en el empleo tradicional, o es mejor comenzar a trabajar por mi cuenta, de una vez por todas?”.
Así como la palabra china para crisis «Weiji» (危机) significa tanto peligro como oportunidad, este momento supone 2 caras de una misma moneda. Ya superamos la etapa del peligro en lo que respecta al empleo. Ahora es el momento de pensar en la oportunidad: comprender los deseos y las tolerancias de una fuerza laboral combinada y más fluida permitirá a las empresas reaccionar en tiempo real a un panorama cambiante y aprovechar las oportunidades del mercado laboral.
Para algunas empresas, esto puede significar un statu quo –ya son lo suficientemente flexibles. Sin embargo, para muchos otros esto significará repensar los planes de la fuerza laboral de arriba abajo. De hecho, las empresas que no revisen la mejor manera de aprovechar los deseos de autonomía y comunidad de sus empleados, pueden encontrar a su gente corriendo hacia competidores que sí lo harán.
3. CULTIVA UNA CULTURA MEZCLADA Y VIBRANTE
No todas las empresas querrán —o podrán— operar únicamente a través de videoconferencias. Y tampoco todas las empresas pueden ser reducidas de 9 de la mañana a 6 de la tarde. Tampoco todos los empleados serán a tiempo completo o sólo autónomos. Así que ¿cómo será este mundo mixto para las empresas de éxito en los próximos años? La respuesta correcta depende de qué tan atractiva sea la cultura que puedan construir en cualquier lugar del espectro.
Actualmente, la creencia generalizada es que las culturas organizacionales más sólidas se construyen mejor en las oficinas y en persona debido a la proximidad social, incluidos los beneficios subestimados, como las conversaciones de pasillo o los descansos para tomar café. Es una apuesta segura.
En este momento, la apuesta segura es que, si bien lo virtual es mejor para encontrar mano de obra sin fronteras y equipos de colaboración, todavía le falta el toque humano. ¿Qué pasa si rara vez interactúo con clientes o colegas en persona? ¿Cuál es mi conexión real con la empresa? ¿Cuánta lealtad sentiré, si es que alguna vez la siento?
Todas dudas razonables. Pero después de esta pandemia, ¿quién cree en las apuestas seguras? Lo que está sucediendo ahora crea un nuevo paradigma. El pasillo y las salas de café en realidad se están expandiendo, de manera virtual. Tenemos conexiones profundas con personas que no residen en nuestra localidad pero que tienen intereses y experiencias similares. Estas relaciones tienen que formarse y nutrirse como cualquier otra relación, y tienen la característica común única de no estar simplemente arraigadas en el lugar donde residimos físicamente, sino más bien donde coinciden nuestros intereses.
Al “expandir el pasillo” y formar intencionalmente comunidades más grandes que las delimitadas por la geografía, las empresas podrán crear lealtades más sólidas forjadas por la diversidad de perspectivas y mejoradas por una fuerza laboral distribuida. Eso es cultura. Y para sorpresa de muchos en el mundo de los negocios, resulta que realmente puedes lograrlo, y disfrutar de las ventajas también.
Si sigues creyendo que una estrategia de fuerza laboral exitosa después de la pandemia consistirá simplemente en más videollamadas y una rápida revisión del plan de operación, te sugerimos cambiar tu rutina matutina: recuerda, la cultura se come a la estrategia en el desayuno. ¿Y por qué no? Después de todo, siempre ha sido la comida más importante del día.
Por Equipo Espacio Mutuo
Mutual de Seguridad