No estás solo, estás contigo mismo
La soledad tiene mala reputación. Por supuesto, a veces resulta dolorosa y hasta puede tener repercusiones negativas para la salud, pero estar a solas con uno mismo no tiene por qué ser una mala experiencia. De hecho, expertos señalan que estar solo incluso puede beneficiar tus demás relaciones sociales, mejorar tu confianza y creatividad, y ayudarte a estabilizar tus emociones para cuando te enfrentes a obstáculos u adversidades.
La clave para aprovechar el lado positivo de la soledad, según lo que indica un artículo de The New York Times, es elegir pasar tiempo con uno mismo: al rechazar la noción occidental de que estar solo es una situación negativa que no se elige, tienes la oportunidad recargar energías y reflexionar, lo cual a su vez tiene efectos relajantes a nivel mental y emocional.
Es importante recordar que la soledad puede ser una elección valiosa, y que no tiene por qué ser permanente. A pesar de todo los estudios que afirman que el humano es un ser primordialmente sociable, se tiende a dejar de lado la relevancia de aprender a estar con uno mismo, sin preocuparse del resto. Varias investigaciones señalan que, para evitar ser “juzgados” por los demás, muchas personas evitan realizar solas ciertas actividades, especialmente si se sienten observados. Además de esa ansiedad innecesaria que sienten algunos al desenvolverse por sí mismos, muchas personas también se sienten intimidadas por sus propios pensamientos en soledad, sin distracciones.
Esta incomodidad que sienten algunos por dejar que la mente vague libremente llega a puntos extremos: según un estudio realizado por la Universidad de Virginia en EE.UU, 1/4 de las mujeres y 2/3 de los hombres participantes prefirieron someterse a un shock eléctrico en lugar de quedarse a solas con sus pensamientos.
Pasos para estar solo (y a gusto).
En primer lugar, escucha a tu cuerpo y determina bien qué es lo que sientes: soledad o “solitud”. Soledad es la sensación de estar solo y desear compañía, mientras que solitud – término utilizado por Robert Coplan, de la Universidad de Carleton – describe el deseo natural de estar a solas. Esta diferenciación te ayudará a definir mejor tus necesidades, que muchas veces pueden confundirse con estrés, ansiedad o cansancio.
Si apenas estás comenzando, no te sientas obligado a salir de tu zona de confort. Da pasos pequeños si lo prefieres, aunque sea sólo pasar 30 minutos leyendo en una cafetería o escribir algunos de tus pensamientos en una libreta. Si la idea de pasar tiempo solo te resulta demasiado estresante o inquietante, evalúa acudir a un profesional por ayuda.
El tiempo a solas es una gran oportunidad para explorar nuevos intereses, como aprender una nueva habilidad o realizar manualidades. Ir al cine, salir a comer o visitar un parque pueden ser fantásticas ideas, pero recuerda mantenerte alejado de tu celular: revisar compulsivamente tus redes sociales generará demasiada distracción.
Irónicamente, el mejor método para estar solo es el siguiente: trátate a ti mismo como lo harías con un amigo. No lo postergues, no des excusas. Haz espacio en tu vida y dedícate el tiempo para aprender a estar solo y disfrutar de tu propia compañía.
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Por Equipo Espacio Mutuo
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