Sabemos lo que está deprimiendo a tus hijos (y cómo ayudarlos)
“La adolescencia es la psicosis propia de la naturaleza. La mayoría crece y la supera. Otros no”. Una idea escalofriante, de seguro. Pero su propósito no es asustar a los padres, sino que simpatizar con ellos.
Si bien compleja, tanto si se trata de hombres como de mujeres, la adolescencia es una etapa de autodescubrimiento y juventud, en la cual se comienza a vislumbrar el tipo de adulto que serán nuestros hijos e hijas. Por lo mismo, es importante tener claro que es una época determinante, y que necesitan apoyo y empatía incondicionales.
Informarse acerca de lo que están viviendo y sintiendo los adolescentes hoy en día es esencial para su comprensión. Con ese objetivo, muchos investigadores y psicólogos se han dedicado al estudio de la adultez joven, descubriendo cifras alarmantes: un 71% de aumento en aflicciones mentales graves en aquellas generaciones nacidas a comienzos de los 80 (millenials) y de los 90 (iGeneration) desde el 2008 al 2017, y un aumento de 52% específicamente en el rango de adolescentes de 12 a 17 años.
La psicóloga investigadora Jean Twenge ha planteado dos tendencias culturales que explicarían esta alarmante progresión de desórdenes mentales y depresión. En primer lugar, el alza de comunicación electrónica y de los medios digitales, la cual ha generado que los adolescentes se reúnan con sus amistades en persona cada vez menos, disminuyendo la socialización cara a cara drásticamente. A su vez, este tipo de interacción trae consigo el peligro de exposición a contenidos de tendencias suicidas.
La segunda respuesta encontrada por Twenge y su equipo es, curiosamente, el sueño; más bien la falta de este. “Un ciclo de sueño deficiente o inestable es un gran factor de riesgo en la caída, recurrencia y severidad de los desórdenes anímicos”, lo cual exige un mayor gasto de energía para tareas intelectuales. Como bien sabrán los padres, los adolescentes pasan cada vez más tiempo frente a pantallas y celulares, lo que de todas maneras también influye y perjudica el buen dormir.
¿Qué hacer? Aunque no hay una receta específica para tener una buena relación con tus hijos e hijas adolescentes, es recomendable mantenerse cercano, confiable y empático con ellos, mostrándote abierto a conversar sobre sus problemas y dudas.
Al mismo tiempo, la seguridad online es cosa seria. Revisa el contenido que reciben en sus redes sociales y aplicaciones móviles, ya sea monitoreándolas por tu parte o pidiéndoles que te muestren ellos mismos. Chequea regularmente sus perfiles, no con el propósito de espiarlos, sino para buscar señales de ciberbullying o mensajes depresivos.
Limitar el tiempo en pantalla puede resultar más difícil – apagar el WIFI de la casa a ciertas horas o incluso quitarles los aparatos no siempre resultan medidas efectivas. De todas formas, transmíteles la importancia de descansar la vista (y la mente) de las redes sociales, e intenta establecer horarios nocturnos estables, para que duerman las 7 u 8 horas requeridas
Por Equipo Espacio Mutuo
Mutual de Seguridad