Cómo ser optimista en el trabajo y qué beneficios trae para la empresa

por | Nov 22, 2022 | Ex-Ante

Probablemente has escuchado que para tener un buen día y lograr buenos resultados hay que tener buena actitud y pensar positivo. ¿Qué tan cierto es eso? Pues bueno, una de las grandes ventajas de tener una actitud optimista en el trabajo es que esto nos permite afrontar las dificultades con una más perseverancia y hacer frente a distintas adversidades del mundo laboral con una mayor resiliencia. El optimismo proviene del latín “optimus” que tiene como significado “muy bueno”. Una persona optimista, es alguien que ve siempre “el vaso medio lleno”; es una persona que como dijo Winston Churchil “Ve la oportunidad en cada dificultad”. Es alguien que impulsa a mirar todo lo que sucede, por muy negativo que sea, desde una perspectiva positiva y que a pesar de los tropiezos se levanta con una sonrisa al otro día.

Según un equipo de investigadores de la Universidad de Valencia, el optimismo también está asociado a numerosos beneficios, entre ellos, “un mejor estado de ánimo, una mayor perseverancia ante las dificultades y mayor consecución de logros”. De hecho, mencionan que estos beneficios van más allá de lo psicológico, sino que también influye en la salud física de las personas.

Haz del optimismo uno de los criterios de contratación

Al igual que la negatividad, el optimismo es contagioso. Por esta razón es clave contar en tu empresa con personas que tengan una perspectiva optimista, que sean entusiastas y tengan conciencia de por qué quieren trabajar en tu empresa. Recuerda que la mayoría de los nuevos empleados provienen de otro trabajo y traen consigo prácticas y mentalidades interesantes y la idea es que lleguen a tu compañía para ser un aporte.

¿Quieres personas que sean multiplicadoras? ¿Personas que trabajan para encontrar soluciones en lugar de decir: «No podemos hacer eso porque nadie lo ha hecho antes»? “Los multiplicadores invocan la inteligencia única de cada persona y crean una atmósfera de genialidad: innovación, esfuerzo productivo e inteligencia colectiva”, escribe Liz Wiseman, autora de Multipliers: How the Best Leaders Make Everyone Smarter. Como multiplicadores, sus empleados deben ir constantemente más allá de lo que requiere su título de trabajo, lo que, según la escritora, corresponde al factor fundamental que contribuirá a la creación de un ecosistema optimista y positivo.

¿Cómo crear un ambiente optimista y positivo en el trabajo?

Shawn Murphy, Ceo y Fundador de Switch & Shift sostiene en su libro The Optimistic Workplace: Creating an Environment That Energizes Everyone, que “un ambiente optimista consiste en un entorno laboral en donde existe esperanza. Esperanza de que el arduo trabajo que se está llevando a cabo va a generar cosas buenas, tendrá un resultado significativo para el empleado”.

Ante esta situación, el autor entrega 5 consejos que permitirán concientizar a los líderes de nuestras empresas, sobre la importancia de crear un ambiente optimista, aportando una experiencia satisfactoria para ellos y para los colaboradores. No hay que dejar de lado que cuando los trabajadores están felices y motivados, se comprometen más con su trabajo y son más productivos.

El optimismo está fuertemente ligado con la existencia de un propósito. Por ello, se recomienda a los directivos que impulsen en los trabajadores esta búsqueda de propósito, dado que esto contribuye a que los profesionales tengan una guía en tiempos difíciles y les resulte más fácil tomar decisiones. “El propósito ilumina a las personas. Hay vitalidad en las personas que tienen un propósito, que trabajan con un propósito, que se alinean con un propósito”, afirma.  En esa misma línea, un ambiente laboral optimista necesita que exista concordancia entre los valores personales de los trabajadores y los de la organización. Según comenta el experto, “Identificarse con los valores ayuda a desarrollar relaciones más sólidas y aporta claridad sobre lo que es importante”. 

La colaboración es clave para el ambiente optimista. Bajo ese punto de vista, es necesario fomentar y potenciar la comunicación entre los trabajadores, como también reclutar a profesionales que sean capaces de colaborar o celebrar actividades conjuntas. El papel del liderazgo es fundamental en esta tarea. Murphy destaca que el estilo que se ejerza “permitirá la consolidación de un ambiente optimista en la empresa”. Es preciso generar un ambiente de confianza que permita facilitar el feedback transparente en el equipo de trabajo.

En ese afán de los directivos por crear un ambiente optimista, es importante no incurrir en los excesos. Es posible tener demasiado optimismo en el lugar de trabajo”, apunta Murphy. Esto pasa cuando el líder por temor a dañar el clima de trabajo, evita dar feedback negativo a sus empleados. “Lo que hace que el optimismo sea una influencia poderosa en las personas y el rendimiento es que emerge a través de la honestidad y el respeto”, recuerda el autor.

Para Carolina Villas, Psicóloga de Mutual de Seguridad menciona que “Ser alguien optimista o por qué no decirlo feliz, tiene que ver con factores externos e internos. Alcanzar un equilibrio entre la vida laboral y vida privada, que nos conduzca a vivir un estado de bienestar en general, es por una parte producto de una construcción individual. Pero también tiene un componente laboral, entendiendo que los ambientes laborales como lo indica Organización Mundial de la Salud << representan oportunidades para el desarrollo de diversas áreas de la vida de las personas >>. Por lo tanto, son parte fundamental del bienestar de las personas”.  Es por ello que los lugares de trabajo deben ser ambientes seguros y saludables, para que los trabajadores puedan desarrollar al máximo sus potencialidades y para lograr esto, es importante gestionar los factores psicosociales en los lugares de trabajo, como; contar con un ambiente laboral armonioso, una carga de trabajo equilibrada, un estilo de liderazgo la motivador, apoyo social de empresa, reconocimiento e instancias de relacionamiento entre compañeros, entre otros.

Más que nunca, con las secuelas que dejo en el ánimo de personas la emergencia sanitaria. Como sociedad estamos llamados a propiciar y fomentar acciones que nos lleven a desarrollar conductas positivas, desde una mirada optimista de la vida.

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