Meditación: un método milenario que puede ayudarnos a sobrellevar los problemas de la vida moderna
Antes que el estrés de la rutina y las preocupaciones del trabajo afecten tu bienestar físico y mental, te invitamos a descubrir los beneficios de tomarse un respiro y meditar. De seguro, te servirá.
En nuestra vida cotidiana nos enfrentamos a situaciones estresantes como problemas económicos, exceso de trabajo, enfermedades, problemas familiares o con compañeros de labores, entre muchas otras. Todas estas circunstancias no sólo nos demandan un gran esfuerzo de adaptación, sino que generan desgaste físico y emocional.
Habiendo sobrepasado el Covid-19, la depresión, los trastornos del ánimo, angustia, estrés, entre otras patologías, nos azotan como una nueva pandemia a la que hay que hacer frente como sociedad. Frente a esto, el déficit de médicos y especialistas en Salud Mental es evidente, por lo que es necesario identificar otras herramientas que nos ayuden sobrellevar y reducir los efectos de las situaciones estresantes.
Recurrir a métodos milenarios como la Meditación puede ser una buena alternativa. Esta terapia complementaria muestra ser exitosa para lograr la ansiada estabilidad mental, mejorar la salud y aumentar la sensación de bienestar en quienes la practican.
¿Por qué es recomendable practicar meditación?
Lograr un mayor autoconocimiento, nos puede ayudar a superar la ansiedad y a desarrollar nuestra capacidad de empatía, lo que también beneficia a nuestro entorno más cercano.
“La meditación es una técnica de entrenamiento mental que nos ayuda a desarrollar la atención en el aquí y ahora, lo que nos permite vivir más conectados con el momento presente. Distintos estudios manifiestan los beneficios que tiene la práctica habitual de la meditación. Por ejemplo, sobre la respuesta al estrés del cerebro, ya que permite mejorar la capacidad de regular las emociones asociadas como la ansiedad, la rabia y el desánimo” señala Carolina Villas, experta del Departamento de Psicología S.S.T. de Mutual de Seguridad.
La especialista también resalta que este método permite aumentar la concentración facilitando las labores diarias, “ya que cuando meditamos con regularidad, disminuye la dispersión mental y logramos analizar las cosas con una mayor claridad. Además está comprobado que mejora el funcionamiento del sistema inmunológico, ya que regular la respuesta emocional ante el estrés”, complementa Villas.
Meditar para Mejorar la Calidad de Vida
Aumenta la productividad laboral
Al mejorar la memoria, la meditación incrementa la capacidad de atención, estimula la creatividad y permite tomar la perspectiva necesaria para afrontar distintas situaciones en el trabajo, y en la vida en general. Si estás libre de estrés y de pensamientos negativos, tu mente funcionará sin agobios ni presiones, permitiéndote trabajar de manera concentrada y efectiva.
Restaura la neuroplasticidad del cerebro
En su libro “Zen in the Age of Anxiety: Wisdom for our Modern Lives” Tim Burkett, profesor guía en el Centro de Meditación Zen de Minnesota en Estados Unidos, nos explica cómo esta técnica puede ayudar a nuestro cerebro a recobrar la neuroplasticidad que es la capacidad de este órgano para recuperarse, reestructurarse y adaptarse a nuevas situaciones y que va perdiendo con el paso de los años. Una mayor neuroplasticidad mejora nuestra capacidad de aprender cosas nuevas y de memorizarlas, ya que produce un aumento de la materia gris en la zona prefrontal, área cerebral que se relaciona con la memoria funcional.
Mejora el sueño
Las personas que meditan se duermen más rápidamente y descansan por más horas. Al practicar meditación de forma regular, reducimos la secreción de adrenalina y cortisol, hormonas relacionadas con el estrés y, a consecuencia de esto, la calidad de nuestro sueño mejora considerablemente.
¿Cómo empezar a meditar?
Ahora que conoces los beneficios de la meditación, te invitamos a empezar a practicarla siguiendo estos pasos:
Busca un lugar tranquilo, con luz tenue, y encuentra una postura cómoda. Lo ideal es ponerse en posición de loto, o sea, sentado(a) con las piernas cruzadas y con cada pie encima del muslo opuesto. En caso que resulte muy incómoda, puedes poner unos cojines debajo de los glúteos o buscar otra postura que te permita mantener la espina dorsal erguida.
Enfócate en la respiración. Esta es nuestra fuente de vida, el nexo entre nuestro cuerpo y nuestra mente. Para empezar, cierra los ojos. Luego inhala y exhala, sintiendo cómo la respiración recorre tus pulmones y cómo tu pecho sube y baja mientras respiras. Repite esta práctica las veces que consideres necesario.
Elige un mantra. Se trata de una palabra o frase que usarás para desconectarte de tu lado lógico y permitir que afloren las ideas desde tu inconsciente. Este mantra tienes que repetirlo durante el proceso de meditación, al ritmo de tu respiración.
Haz esta rutina durante 10 o 15 minutos. Puedes empezar haciéndola tres veces a la semana y luego repetirla diariamente. Algunos sugieren realizar esta práctica por la mañana, cuando la mente está fresca o al final del día, para dormir mejor y descansar más efectivamente.
Como ves, se trata de una actividad simple y económica, que no requiere ningún equipo especial, sólo las ganas de practicarla. Si no te animas a empezar a practicarla en solitario, busca un centro de meditación donde te puedan guiar.
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