¿Sabes cómo descansar adecuadamente?
La rutina nos está quitando tiempo para tomar un respiro. Incluso hay personas que prefieren evitar descansar para ser más eficientes. Esta práctica puede parecer una buena idea, pero terminará siendo perjudicial para su salud.
En nuestro agitado estilo de vida, a veces no nos damos el tiempo para descansar física y mentalmente. De hecho, algunas personas consideran que trabajar sin respiro y tener las agendas llenas es sinónimo de éxito y que descansar mucho es perder el tiempo. Destacados empresarios como Donald Trump y Richard Branson son conocidos por dedicar pocas horas del día a descansar. ¿Cuán adecuada es esta práctica?
Según el doctor Louis Ptacek, del Departamento de Neurología de la Universidad de California, Estados Unidos, hay personas que están diseñadas genéticamente para dormir pocas horas, pero estos genes son muy poco comunes. De acuerdo con los estudios de este especialista, uno en mil pertenece al grupo que él llama «durmientes de élite». El resto de los mortales necesitamos dormir más horas para restaurar nuestras funciones y levantarnos con energía.
Descansar no es lo mismo que dormir
Para la experta en higiene de sueño, bienestar y descanso y autora del libro “Aprende a descansar”, Jana Fernández, descansar y dormir no son una pérdida de tiempo, sino, “la piedra angular de nuestra salud”.
La especialista establece que dormir y descansar no son sinónimos, pero ambas prácticas son esenciales para que nuestro cuerpo y mente funcionen eficientemente. “Dormir es una función fisiológica esencial para el organismo, igual que respirar, comer o hidratarnos, lo necesitamos para que nuestro cuerpo se limpie y se restaure”.
Descansar, en cambio, va más allá de eso; está relacionado con nuestros hábitos, con la forma en que enfrentamos el día y lo que nos sucede. “Ir corriendo, literal y figuradamente, desde que nos levantamos hasta que nos metemos en la cama, de una cosa a otra, sin parar un minuto, en modo multitarea, no es sano, aunque culturalmente lo aplaudimos y fomentamos”, explica la asesora del sueño.
Para las personas y especialmente para los trabajadores, es esta cultura del poco descanso la que muchas veces “nos lleva a asociar la productividad, con la ausencia de espacios de inactividad”. Así lo señala Rocío Amaya, Psicóloga Clínica de Mutual de Seguridad, quien además advierte sobre la importancia de estos espacios de autocuidado cuando se trata de “la recuperación energética y recursos personales que nos permiten enfrentar el día a día”.
¿Por qué es importante descansar apropiadamente?
Porque trae muchos beneficios para nuestra salud física y mental, entre los que destacan:
Aumenta la agilidad mental. Un descanso reparador permite que nuestro cerebro se reponga y que nuestra capacidad mental aumente de manera que podamos concentrarnos más y tener un rendimiento más eficiente en las actividades que realicemos.
Fortalece el sistema inmunológico. Descansar también favorece el funcionamiento del sistema inmune, ya que aumenta la memoria inmunológica, o sea, la capacidad del organismo de defendernos de posibles infecciones y esto evita el desarrollo de futuras enfermedades.
Estimula la creatividad. El descanso permite que nuestra mente se tome un tiempo para procesar la información que recibe constantemente. Esta pausa es necesaria para procesar nuevos conocimientos e ideas y para estimular nuestra creatividad.
¿Cómo descansar y no estresarse en el intento?
Jana Fernández en “Aprende a descansar” nos enseña su método de las 7Ds que son patrones básicos para cuidar nuestro bienestar físico, mental y emocional.
Primeramente, están las Ds de Decisión y Disciplina, ya que debemos decidir que el descanso es una prioridad que debe ser cuidada de manera disciplinada.
Luego están las Ds de Deporte, Dieta y Dormir que se refieren al cuidado esencial de nuestro cuerpo y cómo el sedentarismo o la falta de sueño y de una dieta adecuada pueden repercutir directamente en nuestra salud física, mental y emocional.
Las últimas tres Ds son Desconectar, Desacelerar y Disfrutar que se relacionan con nuestras rutinas diarias. Tenemos que aprender a desconectarnos de nuestro trabajo, de nuestros problemas y de las redes sociales. Éstas últimas producen cierta adicción que nos hace quedarnos enganchados por horas por eso Jana Fernández nos recomienda controlar el uso de los dispositivos tanto en el tiempo como en los objetivos y estar siempre consciente de las razones por las que los estamos usando.
Desacelerar se refiere a que, a veces, es necesario poner el pie en el freno y bajar un poco las revoluciones para que nuestro organismo no se resienta. Realizar todo apresuradamente o muchas cosas a la vez puede generarnos ansiedad y una sensación de que no estamos haciendo las cosas bien.
Nuestro acelerado ritmo de vida ha hecho que nos olvidemos de Disfrutar (la última D), algo que es tan necesario como beneficioso. Hemos olvidado que “el tiempo que se disfruta es el verdadero tiempo vivido” como dice el escritor y terapeuta gestáltico argentino Jorge Bucay. Y es que parar a observar un paisaje, a escuchar el canto de los pájaros, no es ninguna pérdida de tiempo; es simplemente detenerse a apreciar la vida. Como bien decía Immanuel Kant: “El mayor placer, sin mezcla de fastidio, es el descanso”.
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