Tu estado de ánimo influye en tu salud. ¿Cómo te sientes hoy?
Emociones, sentimientos, estados de ánimo. Parecen sinónimos, y aunque muchas veces son erróneamente así utilizados, la verdad es que cada concepto esconde un mundo de características y especificaciones distintas que la psicología se ha dedicado a estudiar desde hace años.
Quizás seas una persona muy auto reflexiva y tengas muy claro tus estados de ánimo cotidianos y las emociones que surgen en tu rutina. ¿Pero te has detenido a pensar cuál es la diferencia entre ambos términos? Y, probablemente, la duda más importante: ¿Cómo afectan a tu salud?
La profesora de psicología María del Carmen Neipp López, de la Universidad Miguel Hernández, en España, define el ánimo como el estado emocional que, en un momento dado, prevalece en un individuo. La emoción, en cambio, es una reacción intensa del organismo ante ciertos estímulos externos, y que genera algunos cambios fisiológicos y psicológicos – expresiones faciales, por ejemplo, o la atención. Las diferencias parecen sutiles, pero el estado de ánimo dura más tiempo, es más específico pero menos intenso, y no necesariamente surge a partir de un estímulo.
¿Todavía se te confunden? Pues piensa en lo siguiente: los estados de ánimo no tienen expresiones faciales propias, mientras que las emociones básicas sí, siendo un patrón universal en todos los seres humanos. De esta forma, podemos inferir que una persona se encuentra en un estado de ánimo alegre porque así lo demuestra su rostro (sonrisa, arrugas alrededor de los ojos) pero no existe una expresión facial definitiva de la alegría.
Buen ánimo y mal ánimo
Los estados de ánimo se encuentran en un espectro. A un lado tenemos un buen estado de ánimo llamado activado, mientras que al otro polo se le conoce como deprimido, el mal estado de ánimo. Cuando un estado anímico perdura demasiado tiempo, genera un malestar significativo o interfiere en áreas de la vida del individuo, en Psicología se le denomina “trastorno afectivo”.
Ya lo ves, no tienes por qué asustarse. Sentirse triste, enojado o irritable de vez en cuando no significa que tengas un trastorno del estado de ánimo, solo cuando perdura en el tiempo y comienza a dificultarte el día a día. Probablemente lo notarías: según la OMS, los trastornos afectivos, como la bipolaridad y la depresión, perjudican la salud en todos sus ámbitos – mental, físico y social. Estas personas tienen problemas para concentrarse y para tomar decisiones, están irritables y siempre cansadas, y no se sienten capaces de manejar situaciones estresantes.
A más optimismo, mayor bienestar
Sin embargo, si bien es importante aprender sobre los estados anímicos negativos, también es necesario destacar los estudios acerca de los buenos estados de ánimo y las emociones positivas (la felicidad, la risa, el buen humor, la alegría y la tranquilidad, entre otras). Diversa literatura científica de esta corriente de “Psicología Positiva” señala que estos estados de ánimo potencian la salud y el bienestar y favorecen sentimientos de satisfacción con la propia vida, lo cual a su vez disminuye las probabilidades de sufrir dolor crónico o discapacidades. La felicidad, la risa, el humor y la tranquilidad puede, literalmente, salvarte la vida. Y tú, ¿cómo te sientes hoy?
Por Equipo Espacio Mutuo
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