Lo que hemos aprendido durante estos meses de trabajo remoto
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Contenido de expertos en colaboración con Espacio Mutuo
Uno de los principales desafíos que varias organizaciones han enfrentado desde marzo ha sido el trabajo remoto, modalidad que muchos se vieron obligados a implementar en tiempo récord para poder darle continuidad a sus negocios mientras sus colabores se mantenían seguros en sus hogares.
Entender cuánto y cómo ha afectado el trabajo remoto obligatorio en nuestros colaboradores fue el motivo de un análisis encabezado por Natalie Singer-Velush, Kevin Sherman y Erik Anderson de Microsoft Corp. Los resultados fueron publicados en un extenso artículo de Harvard Business Review, del cual destacó las siguientes conclusiones que nos ayudan a entender este complejo proceso que hemos vivido:
1. Las reuniones se han acortado, pero tenemos más.
Uno de los elementos del trabajo diario que más ha cambiado durante estos meses, son las videollamadas. Probablemente para muchos era normal tener unas cuantas reuniones al día, incluso antes de marzo, pero el análisis realizado por los investigadores reveló que las llamadas que duran menos de 30% incrementaron en un 22%, mientras que las que duran más de una hora disminuyeron en un 11%.
Sin embargo, a pesar de que la duración de las llamadas a disminuido, la cantidad de reuniones virtuales que tenemos al día aumentó. Esto se entiende porque ahora todas las reuniones de trabajo son virtuales y no solo algunas, como solía ser.
2. La barrera entre el trabajo y la vida privada se ha vuelto ambigua.
El análisis reveló que antes de marzo los horarios de envío de mensajes privados en los chats internos tenían alto flujo durante la mañana y en la tarde, con una clara pausa durante la hora de almuerzo. Desde marzo, la cantidad de mensajes enviados se niveló durante todo el día, sin pausas claras y, de hecho, aumentó el flujo después de las seis de la tarde en un 52%. Además, también se han registrado aumentos en el trabajo durante los fines de semana, un cambio en la cultura laboral que no fue intencionado ni mucho menos, deseado.
Esto demuestra lo complejo que se ha vuelto durante estos meses el terminar de trabajar a la hora que estábamos acostumbrados, darnos el tiempo necesario para comer y en general, respetar nuestros horarios para poder diferenciar claramente cuando estamos trabajando y cuando es tiempo libre.
3. La conexión entre colaboradores no se ha roto.
A pesar de que el trabajo remoto reduce considerablemente las interacciones entre colaboradores, los investigadores llegaron a la conclusión de que este nuevo escenario no rompió las relaciones que había entre ellos. De hecho, en algunos casos, las fortaleció.
En este contexto se han vuelto más importantes que nunca los momentos para compartir, lo que ha motivado a muchos a ponerse de acuerdo para almorzar a la misma hora o generar momentos especiales, como mostrar a las mascotas. El análisis reveló que estas instancias más coloquiales que fomentan la relación entre compañeros aumentaron en un 10% cada mes.
Este análisis y la información que obtenemos de nuestras propias experiencias diarias nos ayuda un poco a entender cuánto ha cambiado la vida laboral cotidiana para todos. Y aún así, con toda esta data, todavía es complejo determinar si el trabajo como lo conocíamos cambió para siempre.
Personalmente, estoy convencido de dos cosas. Uno, debemos aprender y reflexionar sobre cómo trabajamos, hay que tomar esta experiencia como un gran ensayo y error que nos permita obtener buenas prácticas del trabajo a distancia. Segundo, confío en que un espacio híbrido que mezcle lo presencial con lo virtual es la tendencia que marcará el futuro del trabajo. Al final del día siento que lo más importante es mantener el contacto con otras personas; eso siempre nos diferenciará y será un plus que tendremos frente a las máquinas.
Por Sergio Rademacher, Gerente General de Microsoft Chile.