“Necesitamos hacer algo, y necesita ser algo grande”: la visión de Microsoft hacia un mundo con emisiones negativas de carbono

por | Feb 1, 2021 | Espacios de Reflexión

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Hace un año, Microsoft lanzó el mayor compromiso en la historia de la compañía para enfocarse en la crisis climática. Fue en enero pasado cuando se anunció el objetivo de convertirse en una empresa con emisiones negativas de carbono para 2030, lo que significa que para esa fecha, se eliminará del medio ambiente más carbono del que se emite. Para 2050, la meta es eliminar del medio ambiente todo el carbono que ha emitido de manera directa o mediante el uso de electricidad desde que se fundó en 1975.

A medida que nos acercamos al primer aniversario de este compromiso, conocido como el “viaje a la Luna”, Brad Smith, presidente de Microsoft, comparte el progreso inicial conseguido y algunas lecciones aprendidas. El ejecutivo comenta que, si bien gran parte del primer año ha estado dedicado a la construcción de las bases para la próxima década, también se ha comenzado a lograr un progreso real y medible en la reducción de las emisiones de carbono. Durante este primer año, la firma redujo las emisiones en un 6%, de 11.6 millones de toneladas métricas a 10.9 toneladas métricas. Para 2030, el objetivo es reducir sus emisiones a más de la mitad. Esto significa que si se mantienen y mejoran estas reducciones por 10 años consecutivos, alcanzará y, con suerte, superarán esta meta.

Una pequeña parte de la reducción del año pasado se debió al tipo de disminución de actividades que experimentó el mundo debido a COVID-19. Es evidente que ese aspecto es insostenible, lo que hace a otras y más significativas fuentes de progreso aún más importantes. En la parte superior de las prioridades, se encuentra la necesidad de acelerar el cambio de combustibles fósiles a energía renovable en nuestras instalaciones y la reducción de emisiones por parte de los proveedores.

En su reflexión, Smith dice que se debe elevar el nivel de los estándares y ser realistas con las matemáticas del carbono, ya que los métodos actuales utilizados para la contabilidad son ambiguos y demasiado discrecionales. Al respecto, comenta que necesitamos protocolos claros para garantizar que el progreso reportado en una declaración contable sea el reflejo de un progreso en el mundo real.

Otro punto también es indispensable: mientras se descarbonizan las cadenas de suministro, el papel de los contratos con los proveedores actualmente no incluye un precio sobre el carbono. “La compra pasiva no es suficiente”, precisa Smith, quien agrega que la experiencia este año les ha dado una mayor convicción de que la base para casi todo el progreso es la combinación de estándares precisos, incentivos económicos reales, y mediciones efectivas basadas en tecnología. “Creemos que es una poderosa mezcla que puede acelerar el progreso en todo el mundo”, sentencia.

Agrega que es imperativo que dejemos de pagar por evitar el carbono y enfocarnos en pagar por su eliminación. ¿Cuál es la diferencia? Pensémoslo de esta manera: Evitar el carbono puede implicar pagar a alguien para que no emita carbono en su nombre, mientras que la eliminación del carbono involucra pagarle a alguien para que elimine el carbono en su nombre. Pagarle a alguien para que no emita carbono es, de manera literal, pagarle a alguien para que no haga nada. Y sabemos que no resolveremos la crisis climática sin hacer nada. Necesitamos hacer algo, y necesita ser algo grande.

Otro tema que ha comenzado a crecer en todo el mundo es la necesidad de que las instituciones establezcan la transparencia y la responsabilidad que mantendrán a prueba a todos. El integral Acuerdo Verde de la Unión Europea es un buen ejemplo de esta tendencia. Y ahora, Microsoft da dos pasos en esa dirección. En este sentido, Smith comenta que publicará sus datos de carbono, agua, desechos y ecosistemas en su reporte de sustentabilidad, revisado por un tercero independiente. También se compromete a que los reportes futuros sean revisados por Deloitte.

Al mismo tiempo, comenta que una lección del trabajo el año pasado es que cuando se trata de la crisis del carbono, el conocimiento es el poder supremo. Todos tenemos mucho por aprender. Durante las siguientes tres décadas necesitaremos de avances tecnológicos que estén a la par de los que impulsaron a la humanidad a la Luna hace medio siglo. Esto requerirá de nuevas inversiones y colaboración.

Finalmente, Brad Smith agrega que el camino hacia el progreso también requiere de profundas conversaciones. Gran parte del aprendizaje ha unido a personas de diferentes disciplinas y lugares. Estamos a tiempo de tener el mundo que queremos, pero hay que darse el tiempo para hablar, una conversación que el mundo necesita tener.

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