La fórmula perfecta del bienestar no existe. Diferentes culturas definen la felicidad de maneras diferentes
A esta altura todo el mundo sabe dónde viven las personas más felices – las Naciones Unidas (UN) se encargan de decirnos todos los años quiénes ocupan los primeros lugares en ese ranking. En las últimas entregas del Reporte Mundial de Felicidad, Finlandia ha sido coronada una y otra vez como el número uno, superando al resto de los países nórdicos -también considerados muy, muy felices.
Y como ellos lograron descifrar la fórmula de la felicidad, muchos de nosotros -compatriotas de otros países más “infelices”- nos sentimos tentados a imitar los hábitos nórdicos. ¡Vive como un finlandés! Ya sabes, ve a pasear por el bosque, nada por aguas glaciares… y todo estará bien, ¿no?
LA FELICIDAD MÁS ALLÁ DE LAS FRONTERAS
Pues, no tan rápido. Para que los índices internacionales como el Reporte Mundial de Felicidad puedan comparar sus informes de autopercepción de felicidad, deben asumir que todas las personas alrededor del mundo definen el sentimiento -y responden a este tipo de encuestas- de la misma manera.
Si esta suposición no se cumple, entonces los índices de felicidad serían tan confiables como una clasificación de la calidad de la música basada en cuánto dicen los residentes de cada país que les gustan sus canciones locales. Esto indicaría algo sobre el entusiasmo de cada país por sus estilos musicales, pero proporcionaría poca información sobre qué música es objetivamente “mejor”, dadas las diferencias en las tradiciones y gustos de la gente.
La investigación respecto a cómo las personas alrededor del mundo conciben el bienestar, de hecho, revela grandes diferencias entre naciones. Al comprender estas diferencias, obtenemos una imagen panorámica muchísimo más rica y profunda que cualquier índice o ranking. Pero, más importante aún: nos ofrece un conjunto de modelos de felicidad que cada uno de nosotros puede seguir.
LA FELICIDAD EN COMÚN
A primera vista, pareciera que la manera en que las personas de todo el planeta dicen experimentar la felicidad tiene algunos puntos en común. Un estudio de 2016 entre 2.799 adultos en 12 países encontró que, en todas las naciones estudiadas, las definiciones psicológicas de felicidad -entendidas como “un estado, sentimiento o actitud interior”- dominaban a todas las demás. En particular, personas de todo el mundo dijeron que encontraron la felicidad al lograr la “armonía interior”.
¿Pero qué es eso exactamente? Claro, el concepto de “armonía interior” suena universal, pero puede significar cosas muy diferentes en diferentes lugares. Por ejemplo, en Dinamarca, los daneses a menudo describen la armonía interior en términos de hygge, que es algo así como comodidad y convivencia confortable. Mientras tanto, los estadounidenses tienden a definirlo en términos de sus habilidades para satisfacer sus pasiones, generalmente en el contexto del trabajo.
Así que las definiciones emocionales no son infalibles al momento de explicar la felicidad. Y a partir de ahí, las diferencias entre cada país sólo aumentan: ese mismo estudio de 2016 encontró, por ejemplo, que el 49% de los estadounidenses se refirió explícitamente a las relaciones familiares en su definición de felicidad, mientras que los europeos del sur y los latinoamericanos generalmente la concibieron en términos de uno mismo: solo el 22% de los portugueses, el 18% de los mexicanos y el 10% de los argentinos hablaron de sus familias en sus definiciones de felicidad.
LA FELICIDAD, PARA TI Y PARA EL RESTO
Al escribir en el International Journal of Wellbeing en 2012, dos académicos japoneses destacaron una importante diferencia cultural en la definición de felicidad entre las culturas occidental y asiática. En Occidente, encontraron que la felicidad se define como “un estado de alta excitación, como la emoción y un sentido de logro personal”. Mientras tanto, en Asia, “la felicidad se define en términos de experimentar un estado de baja excitación como la calma”.
En países grandes, incluso comparar personas dentro de las mismas fronteras puede ser difícil de lograr con precisión. La felicidad se define de manera muy diferente en el norte de la India versus el sur, por ejemplo. Y la investigación muestra que Estados Unidos alberga importantes diferencias regionales en las características de personalidad. Por ejemplo, las personas en las regiones del Atlántico medio y noreste tienden a mostrar más ansiedad por el apego (“¿Cuándo me llamarás?”), mientras que los estados del oeste lo evitan (“Nos vemos cuando te vea”).
Hasta las palabras que utilizamos al hablar de la felicidad tienen connotaciones diferentes en cada idioma. En las lenguas germánicas, “felicidad” proviene de palabras relacionadas a la fortuna y la buena suerte. De hecho, “felicidad” en inglés –happiness– viene de hap, que significa “suerte” en el Inglés Antiguo. Mientras tanto, en idiomas basados del latín -como el español-, el término viene de felicitas –término que, en la antigua Roma, no sólo significaba buena suerte, sino también crecimiento, fertilidad y prosperidad.
CLASIFICAR, NO COMPARAR
Como ves, las definiciones de felicidad varían mucho entre cada cultura. Por lo tanto, es imposible afirmar que un país es más feliz que otro en un sentido absoluto – y esas listas de “los países más felices del mundo”, en realidad, no son informativas ni útiles.
La felicidad puede ser definida y medida de formas distintas – quizás Finlandia es el país más feliz bajo una definición determinada… pero definitivamente no lo es bajo otra distinta. Las naciones debieran ser clasificadas, no comparadas.
Una forma práctica de comenzar con esa tarea es distinguir entre 2 formas de enfocarse en la felicidad. El primero es un enfoque “interno” o “externo” en la felicidad; es decir, en la introspección versus la interacción con los demás. El segundo es un enfoque de “relación” o “tarea”: orientado a las personas versus orientado a la acción. Esto nos brinda 4 modelos principales de bienestar, basados en investigación y encuestas de todo el mundo.
1. La felicidad viene de mantener buenas relaciones con las personas que amas. Ésta es una combinación de los focos «externo» y de «relación«. En este modelo, los amigos y la familia son quienes brindan la mayor felicidad. Un buen ejemplo de un país que se ajusta a este modelo en función de cómo la población tiende a definir la felicidad es Estados Unidos.
2. La felicidad viene de una conciencia superior. Ésta es una combinación de los focos “interno” y de “relación”, y es el modelo ideal para personas altamente espirituales, filosóficas o religiosas, especialmente aquellas que dan especial importancia a la unión en comunidad. Se ha descubierto que el sur de la India es el hogar de muchas personas que siguen este modelo.
3. La felicidad viene de hacer lo que amas, generalmente con otros. Se trata de una combinación de los focos «exterior» y «tarea«; es decir, una dedicación al trabajo o actividades de ocio que son profundamente satisfactorias. Este es tu modelo si tiendes a decir «mi trabajo es mi vida» o «me encanta jugar al golf con mis amigos». Encuéntralo en los países nórdicos y Europa Central.
4. La felicidad viene de simplemente sentirse bien. Ésta es una combinación de los focos «interno» y «tarea«. Es el modelo para las personas que priorizan experiencias que les aportan sentimientos positivos, ya sea a solas o con otras personas. Es una buena forma de evaluar su bienestar si, cuando te imaginas siendo feliz, piensas en ver Netflix o beber vino. Este modelo es más común en América Latina, el Mediterráneo y Sudáfrica.
ENCUENTRA TU “LUGAR FELIZ”
Por supuesto, esta clasificación no es exhaustiva: muchas personas y países no pueden ubicarse ordenadamente a lo largo de estas 4 categorías. De hecho, tu propia concepción de la felicidad podría ser una mezcla de estos modelos.
Sin embargo, brindan un punto de partida para comprender los numerosos conceptos de bienestar en todo el mundo y los que están dentro de tu propia cabeza y corazón. Así como diferentes lugares tienen diferentes definiciones de felicidad, también varía entre diferentes personas.
La diversidad puede ayudar a entenderse a sí mismo – ver si te encuentras inadaptado en tu hogar y por qué, y qué puedes hacer al respecto, ya sea mudarse, unirse a una nueva comunidad o simplemente hacer las paces con tu entorno. Más temprano que tarde, encontrarás tu propia fórmula de la felicidad – hecha a la medida… y del que ningún índice de las Naciones Unidas te hará dudar.
Por Equipo Espacio Mutuo
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