Una mirada desde la Gratitud
Te invito a retroceder hasta antes de este 2020. A visualizar cómo era tu “vida normal”, tu cotidianidad, tu día a día. Cuando te despertabas cada mañana a tomar un desayuno apurado para llegar a tus labores planeadas de cada día, viendo cómo pasa el tiempo, siempre anhelando el fin de semana o la noche para descansar. Así, sin querer, pasa rápidamente la vida, pensando en los deberes que tenemos y no en lo que queremos.
¿Cuántas veces quisiste tener más tiempo para desayunar con tu familia? ¿Poder almorzar en tu casa? ¿Estar con las personas que amas, despertar más tarde, olvidarte de esos tacos interminables en la calle?
Cada uno de esos deseos, el 2020 te los regaló. La vida tiene diferentes formas de entregarte lo que pides – no siempre de la manera en que queremos, pero siempre con un resultado bueno para nosotros y el bien mayor.
Era el momento de parar. Una “pausa sagrada”, en la que nos detenemos un momento y nos dedicamos a respirar profundo, sentir el aire que entra a nuestros pulmones, contemplar nuestro alrededor, observar lo que tenemos cerca – mirar con los ojos del corazón, agradecer por todo lo que tenemos y también por lo que no. Una pausa así nos obliga a mirar nuestro entorno y más aún, hacia nuestro interior, donde generalmente no nos detenemos por falta de tiempo o temor. Hemos construido un caparazón para sobrevivir en este mundo, inmunizándonos a los estímulos exteriores, callando nuestros deseos que nos hacen vibrar. Vuelve a sentirlos, vuelve a recordar lo que te mueve…
Reconéctate con tu espiritualidad. Sólo así la vida toma sentido y deja de ser una carrera, ya que, si algo aprendimos durante este año, es a valorar a quienes nos rodean, a recordar que el amor es la fuente y el motor de nuestras vidas. Cada uno de nosotros aprendió a valorar cosas tan simples como un abrazo, un beso, reunirse, generar vínculos y recorrer este camino juntos… Porque caminar por el sendero de la vida siempre es más fácil y entretenido cuando lo hacemos en acompañados.
Amarnos tal y como somos; disfrutar el día a día; mirar a nuestra familia como el pilar fundamental de nuestra existencia; ver crecer a nuestros hijos en un año en el que se han tenido que reinventar detrás de una pantalla, y en el que tú has sido una pieza crucial del aprendizaje. Quizás no siempre fue fácil, quizás no es lo tuyo, pero si lo miras ahora, verás lo valioso que fue el haber generado ese vínculo maravilloso con la mirada de amor de tus seres queridos.
Recuerda que la vida no es una carrera para generar cosas y responder a otros para ser mejores, sino que es una invitación a responder a lo que pide nuestra alma, para conectarnos nuevamente con nuestra esencia -pasión, amor y gratitud-, para lo que fuimos creados.
Recuerda que ser feliz es una opción y que cada día tienes la oportunidad de vivirlo desde el agradecimiento o desde la rabia y el miedo. Inténtalo desde el amor y te darás cuenta de que este simple ejercicio ayuda a que todo comience a fluir. Somos arquitectos de nuestros sueños, y nuestra realidad es el reflejo de cómo somos en el interior.
Recuerda y ten claro que cada adversidad la has tomado como una oportunidad, has avanazado y crecido porque no importa si te equivocas: lo importante es la lección que generó en ti. Al planificar y controlar todo, se genera estrés e inseguridad. Suelta y confía que todo es perfecto de por sí, y que de todos tus errores y aciertos aprenderás – lo importante es simplemente hacerlo.
Por eso te pregunto ahora. ¿Qué tal fue tu 2020, si lo miras con los ojos de la gratitud? ¿Ves todo lo que aprendiste y la gran capacidad que tienes de adaptarte a todo lo que te enfrentas? Porque así eres, así somos: seres espirituales viviendo experiencias terrenales.
¿Y cómo crees que será el 2021, si lo miras a través de los ojos del corazón, del amor y el agradecimiento? Sabiendo que cada persona es importante, que todos somos iguales y que el respeto es mutuo cuando yo también respeto a los demás. Porque el mundo se cambia desde el interior, y porque yo soy el agente de cambio de mi propia vida. Sólo debes abrir tu corazón y dejar entrar el amor.
Da las gracias cada día, cada mañana antes de levantarte. Agradece por el sólo hecho de amanecer, de tener un día más lleno de oportunidades para disfrutar tu presente.
Desde la gratitud, hagamos que el 2021 sea un gran año.
Colaboración para Espacio Mutuo de Carolina Andaur, terapeuta de Ananda Bless Ritual