Ni comediante ni extrovertido: 3 formas sencillas de hablar para que te escuchen

por | Feb 27, 2023 | Nuevas Miradas

Escuchar una gran charla de un orador enérgico y dinámico puede ser una experiencia apasionante y motivadora… pero el mismo tema explorado en una mala charla puede, por el contrario, absorber la energía de una habitación entera.

Escuchar buenos oradores también puede inspirarte a mejorar tus propias habilidades. Después de todo, probablemente quieras dejar al público con la misma sensación que tienes al dejar una presentación fantástica –una mezcla de motivación, admiración e inspiración. Afortunadamente, ser un orador cautivante es una habilidad: sí, requiere práctica, pero hay mucho que puedes aprender. 

Aquí hay 3 cosas que los oradores atractivos hacen muy bien.

  • MENOS ES MÁS. 

Los oradores atractivos limitan su enfoque a una pequeña cantidad de puntos clave. Idealmente, la charla se centra en 3 temas centrales. Si vas más allá de 3 temas, la charla se vuelve confusa y será difícil para la audiencia recordar todos los puntos clave.

Para mantener el enfoque en los 3 puntos centrales de la charla, también es crucial seguir ese antiguo consejo para cualquier presentación: decirle a la gente lo que les va a decir, luego decirles, luego decirles lo que les dijiste. Es decir, presenta los puntos clave, concéntrate en ellos y luego revísalos.

A medida que presentas cada punto, encuentra una manera de relacionarlo con algo que la audiencia ya sepa. La capacidad de almacenar y recuperar información de la memoria se mejora al formar conexiones entre la información nueva y las cosas que ya han aprendido o experimentado. Dibujar la conexión entre los nuevos temas y la experiencia de las personas hace que sea más fácil para las personas recordar la información más adelante.

  • PRÁCTICA, PRÁCTICA, PRÁCTICA. 

Imagina que te levantas para dar una charla y el proyector no funciona. ¿Te asusta pensar en eso? Pues, no debería. 

Después de preparar una charla, deberías poder darla sin mirar tus notas o las diapositivas que preparaste. Cuando tienes que consultar tus notas con frecuencia o mirar las diapositivas para saber qué sigue, rompes la fluidez de lo que estás hablando. Hace que sea más difícil mirar a la audiencia y rastrear cómo están siguiendo la charla porque, en cambio, estás absorto tratando de recordar qué decir a continuación.

Para conocer tu discurso con la suficiente fluidez para recitarlo bien, debes repasarlo varias veces. Comienza diciéndoselo a la pared de una oficina vacía o sala de conferencias. Es decir, pronuncia la charla a un volumen normal mientras estás parado frente a una audiencia imaginaria. Deseas asegurarte de tener todas las palabras que necesitas para describir las cosas con cuidado. Debes pararte y practicar, para que también tengas una idea de lo que vas a hacer con tus manos, si te pararás detrás de un podio o caminarás a lo largo del escenario.

Después de haber practicado la charla lo suficientemente bien como para ser capaz de hacerla fluidamente, busca uno o 2 colegas expertos que puedan escuchar la presentación y darte feedback o retroalimentación al respecto. El hecho de que la charla tenga todo el sentido para ti no significa que alguien que no sepa lo que vas a decir pueda seguirla adecuadamente.

Mientras das la charla a tu audiencia de práctica, observa cómo reaccionan. Los grandes oradores pueden leer la sala para determinar si la audiencia los sigue y disfruta de la charla. Si no estás seguro de poder leer bien las señales de la audiencia, usa lo que ves en tu audiencia de práctica y compáralo con los comentarios que te den una vez que hayas terminado. 

  • USA AYUDAS VISUALES CON MODERACIÓN. 

Una de las razones por las que deberías poder dar tu charla sin diapositivas de presentación es porque debes tratar de minimizar (o eliminar) las diapositivas de tu charla. Tu audiencia no necesita un esquema continuo de lo que vas a decir. Y si conoces bien tu propia presentación, tampoco necesitas el esquema.

Debes usar diapositivas para presentar datos si es necesario en tu charla. Si tienes un gráfico o un resumen de los datos de la encuesta, puede ser valioso para la audiencia y vale la pena que lo vea. Si estás introduciendo un nuevo vocabulario que esperas que las personas puedan recordar (y deletrear) más tarde, entonces también puedes incluirlo en una diapositiva.

Más allá de eso, no hay mucha necesidad de mostrar diapositivas. Si no usas diapositivas, entonces el enfoque de la audiencia está en ti, el orador. Eso te brinda la oportunidad de mantener a las personas enfocadas en lo que estás diciendo en lugar de buscar en otra parte y perderse.

  • BONUS: OLVÍDATE DE SER GRACIOSO. 

A menudo, cuando pensamos en oradores cautivantes, pensamos en personas que son buenas para contar chistes o rápidas con una broma inventada en el momento. Si resulta que eres divertido, sin duda puedes usarlo a tu favor al dar charlas.

Si no eres tan divertido o ingenioso, no te desesperes: aún puedes dar una gran charla. Solo mantente enfocado en lo que sabes y en lo que sabes hacer. Si sigues las pautas aquí, ten la certeza de que estás dando una gran charla… incluso si no logras que nadie en la audiencia esboce una sonrisa.

Por Equipo Espacio Mutuo

Mutual de Seguridad

Compártelo
Compártelo