Por qué la música nos hace viajar en el tiempo

por | Mar 27, 2023 | Actualidad, Nuevas Miradas

Caminas por una calle concurrida de camino al trabajo, cuando pasas cerca de un músico callejero que toca una canción que no has escuchado en años. 

Ahora, de repente, en lugar de darte cuenta de todo lo que sucede en la ciudad que te rodea, estás reviviendo mentalmente la primera vez que escuchaste la canción. Escuchar esa pieza musical te lleva directamente a donde estabas, con quién estabas y los sentimientos asociados con ese recuerdo.

Esta experiencia, cuando la música trae recuerdos de eventos, personas y lugares de nuestro pasado, se conoce como memoria autobiográfica evocada por la música. Y es una experiencia común. A menudo ocurre como un recuerdo involuntario. Es decir, no hacemos ningún esfuerzo por traer a la memoria esos recuerdos – simplemente vienen a la mente espontáneamente.

LAS SEÑALES DE LA MÚSICA

La investigación ha comenzado recientemente a descubrir por qué la música parece ser un tan buen gatillante para invocar recuerdos. En primer lugar, la música tiende a acompañar muchos eventos distintivos de la vida, como bailes, graduaciones, bodas y funerales, por lo que puede desempeñar un papel importante para reconectarnos con estos momentos auto definitorios.

La música también suele captar nuestra atención, debido a la forma en que afecta nuestra mente, cuerpo y emociones: cuando nos cautiva, aumenta la probabilidad de que se codifique en la memoria junto con los detalles de un evento de la vida. Y esto significa que puede servir como una señal efectiva para recordar este evento años después.

RECUERDOS POSITIVOS

En una investigación reciente, los investigadores descubrieron que la naturaleza emocional de una pieza musical es un factor importante en la forma en que sirve como clave para la memoria.

En el estudio, compararon la música con otros gatillantes de memoria emocional que un gran grupo de participantes había calificado como “transmisoras de la misma expresión emocional” que ciertos extractos musicales. Esto incluía comparar la música con «sonidos emocionales», como los ruidos de la naturaleza y de una fábrica, y «palabras emocionales», como dinero y tornado.

En comparación con estas señales emocionalmente combinadas, la música no provocó más recuerdos que las palabras. Pero lo que sí encontraron fue que la música evocaba recuerdos positivos de manera más consistente que otros sonidos y palabras emocionales. Este fue especialmente el caso de los estímulos emocionales negativos. Específicamente, la música triste y enojada evocaba más recuerdos positivos que los sonidos o palabras tristes y enojadas.

Parece entonces que la música tiene la capacidad de reconectarnos con momentos emocionalmente positivos de nuestro pasado. Esto sugiere que el uso terapéutico de la música puede ser particularmente fructífero.

CUÁNDO Y DÓNDE

La familiaridad de una pieza musical también –como era de esperar– juega un papel importante. En otro estudio reciente, los científicos descubrieron que la música más familiar evoca más recuerdos y los trae a la mente de manera más espontánea.

Entonces, parte de la razón por la cual la música puede ser un gatillante más efectivo para los recuerdos que, por ejemplo, nuestra película favorita o nuestro libro favorito, es que normalmente nos volvemos a conectar con las canciones a lo largo de nuestra vida en comparación con las películas, los libros o los programas de televisión.

Las situaciones en las que escuchamos música también pueden influir. Investigaciones anteriores muestran que es más probable que los recuerdos involuntarios regresen durante las actividades en las que nuestra mente está libre para pensar en nuestro pasado. Estas actividades tienden a no ser exigentes en términos de nuestra atención e incluyen cosas como ir al trabajo, viajar, hacer las tareas del hogar y relajarse.

Este tipo de actividades se alinean casi perfectamente con las registradas en otro estudio en el que se les solicitó a los participantes que llevaran un diario y anotaran cuándo la música evocaba un recuerdo, junto con lo que estaban haciendo en el momento en que sucedió. Descubrimos que las actividades diarias que a menudo van de la mano con escuchar música, como viajar, hacer las tareas del hogar o salir a correr, tienden a generar más recuerdos involuntarios en primer lugar.

Esto contrasta con otros pasatiempos, como mirar televisión, que pueden requerir que nuestra mente esté más enfocada en la actividad en cuestión y, por lo tanto, es menos probable que deambule por escenarios de nuestro pasado.

Parece entonces que la música no solo es buena para evocar recuerdos, sino que los momentos en los que es más probable que escuchemos música, son también los momentos en los que nuestra mente, de manera natural, es más probable que divague. De hecho, el poder de la música para conectarnos con nuestro pasado muestra cómo la música, los recuerdos y las emociones están todos vinculados, y parece que ciertas canciones pueden actuar como una línea directa con nuestro yo más joven.

Por Equipo Espacio Mutuo

Mutual de Seguridad

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