Hay una responsabilidad de las grandes empresas de dar tribuna a este tipo de productos sustentables

por | Dic 21, 2020 | Nuevas Miradas

Contenido de El Mercurio en colaboración con Espacio Mutuo

En 2017 el quincho adjunto a la casa de la publicista Magdalena Echeverría en Puerto Varas, pasó de albergar los almuerzos familiares a convertirse en la fábrica de un nuevo emprendimiento que la santiaguina tenía en mente. Meses antes de llenar con cera de abeja y tela ese lugar, se encontró con un video en internet, en el que a partir de estos dos insumos, una australiana creaba un reemplazo del tradicional film plástico que se usa para cubrir alimentos. Echeverría decidió replicar la innovación y sin pensarlo, un día en el jardín infantil al que asistía su hijo, se encontró con el mismo envoltorio hecho por otra apoderada, la que luego se transformó en su socia.

«Vi el video y me fascino la idea y dije ‘probemos’. Al poco tiempo me encontré con Trinidad Lira, que también estaba tratando de desarrollar el envoltorio e inmediatamente hicimos clic y nos juntamos, era demasiada coincidencia para dejarlo pasar». Así, las dos decidieron unir fuerzas y hacer de la idea un emprendimiento al que bautizaron como Envuelbee. «Partimos en la cocina de la casa, muy experimental, probando para evitar comprar plástico. Las dos habíamos llegado a vivir al sur y ahí uno ve mucho más patente la responsabilidad climática, yo veo que el volcán va año a año quedando con menos nieve», afirma Echeverría.

La emprendedora explica que para crear el envoltorio unen una lámina de tela de algodón, en la que estampan diseños propios, con una mezcla que contiene tres ingredientes: cera de abejas, resina de pino y aceite de coco. Este proceso lo hacían a mano y en 2018 comenzaron a realizarlo con una máquina que ellas mismas crearon: «impregna la tela de forma más industrial, al principio era a mano, paño por paño, con una plancha caliente», cuenta Echeverría.

«Esto debería ir reemplazando al alusa plástico en la canasta familiar de un hogar, queremos que sea un producto de consumo masivo, para que haya un impacto real en el medioambiente (…) El beneficio principal de Envuelbee es que es un producto natural que reemplaza los plásticos en un aspecto práctico, de tapar comida, y además entrega una barrera antimicrobiana y antimicótica, que aporta la cera de abeja y que hace que los alimentos duren mucho más», indica.

Hoy la fabricación de los envoltorios, que son reutilizables, lavables y compostables, se trasladó a una planta ubicada en plena ciudad de Puerto Varas, en donde Envuelbee emplea a ocho personas directamente y a 25 indirectamente. Todas son mujeres, las que crean cerca de tres mil packs mensuales, de los 25 tipos de productos que tienen en su catálogo y que se dividen en dos grandes artículos: los tradicionales envoltorios y las bolsas, que buscan reemplazar las típicas herméticas, y que desarrollaron en 2018. Estos ítems son comercializados principalmente a través de su propio canal online -que representa un 30% del total de su venta-, junto con el e-commerce de Falabella, espacio al que llegaron en 2018, y en Jumbo, supermercado donde están presentes desde diciembre de 2019 cuando aterrizaron en cuatro salas de ventas, número que hoy llega a 12 locales de Viña del Mar y Santiago. «Hay una responsabilidad de las grandes empresas de dar tribuna a este tipo de productos sustentables, todos van encaminados para allá«, indica la publicista, quien agrega que el número de usuarios también ha ido al alza: «Vemos un interés transversal por ir incorporando este tipo de productos, cuando partimos era un nicho pequeño, hoy es más masivo, en todas las clases sociales», explica la emprendedora y cuenta que si antes vendían cerca de 30 packs mensuales, hoy son aproximadamente 4 mil y que, en comparación a 2019, año en que facturaron $100 millones, han crecido un 35%.

En ese contexto y con el fin de masificar el consumo de productos sustentables, Echeverría cuenta que un camino es el trabajar codo a codo con los grandes retailers, fórmula que Envuelbee siguió con Jumbo, ya que previo a su llegada a las góndolas, codiseñaron con la cadena supermercadista productos más específicos que pudieran competir con la oferta tradicional en términos de precio. «Para que quedara un producto atractivo y que la gente se atreviera a dar un primer paso, diseñamos a medida de lo que ellos sabían que iba a ser aceptado. Ellos tienen una inteligencia de negocio que nosotros como emprendimiento no tenemos. El emprendedor tiene que tener flexibilidad para generar una propuesta especial para ese canal«, afirma Echeverría y dice que este canal representa 30% de sus ventas.

Sumado a lo anterior, en octubre último debutaron con cinco productos en el mercado estadounidense a través de Amazon, expansión que venían trabajando desde abril de este año. En ese marketplace global proyectan lograr ventas por US$ 170 mil en el plazo de un año.

Del hogar a la exportación

Echeverría cuenta que actualmente están trabajando en dar un nuevo paso: entrar al sector industrial para empresas exportadoras de frutas, de cara a que estas utilicen los envoltorios para el traslado de sus productos. Para llevar a cabo esto, cuenta que están en conversaciones con una empresa de arándanos para detectar sus necesidades y que hace una semana dieron el vamos a las pruebas en un laboratorio, donde están comparando la duración de la fruta en el packaging tradicional versus con Envuelbee. Esto lo están realizando gracias a un fondo Corfo de $ 50 millones que se adjudicaron este año.

«Es para hacer la exploración para una nueva línea de Envuelbee, la idea es ocupar las cualidades de conservación para dar soluciones al mercado industrial. Estamos probando qué es lo que podemos hacer mejor, estamos viendo cinco prototipos de varias fórmulas del envoltorio, como cajas y bolsas. Queremos certificar lo que vemos en nuestras casas, si envuelvo arándanos en Envuelbee duran un mes y medio«, cuenta Echeverría, quien adelanta que esto ya se está viendo reflejado en el laboratorio: «Llevamos 31 días con la fruta en perfecto estado», dice.

Para fines de febrero de 2021 proyectan terminar la fase de laboratorio, resultados con los que buscan presentar propuestas a las exportadoras para así pilotear en terreno durante el primer semestre del próximo año.

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