Las personas ya no son indiferentes de lo que hay detrás de tu producto
por Espacio Mutuo | Jul 20, 2020 | Nuevas Miradas
Contenido de El Mercurio en colaboración con Espacio Mutuo
Como una respuesta integral a la necesidad de buscar una nueva forma de reinsertar a personas privadas de libertad en el mundo laboral nació Sin Barrotes. Un emprendimiento fundado hace casi dos años por los ingenieros comerciales Nicolás Salas y Diego Fernández.
Ambos ya llevaban un tiempo trabajando en lo suyo, cuando Nicolás Salas por temas laborales se hizo muy cercano al capellán evangélico de la Sexta Región y conoció el trabajo que hacían con los internos en la cárcel. “Me metí en el trabajo que realizaban y si bien hacían una labor espectacular, tenían un tema con el trabajo y la forma de enfrentar la reinserción que encontré que no estaba bien resuelta. Había mucha capacitación, pero en el fondo lo que más faltaba era una estructura de disciplina”, dice.
Buscando una solución a esto, cuenta que conversó con Diego Fernández, su socio actual y amigo en esos tiempos, y juntos decidieron emprender dentro del penal de Rengo. Fue así como nació Sin Barrotes. “Queríamos crear una empresa donde efectivamente fuéramos capacitando a los internos sobre todo en estructura, pero en la medida de estar trabajando y no estando en un curso particular. Partimos con una muy buena relación con Gendarmería y tuvimos una grata sorpresa porque nos facilitaron las operaciones dentro de la cárcel. Hoy, trabajo normalmente cuatro de los cinco días en la cárcel y hasta hemos metido camiones grandes con insumos para producir”.
Nicolás Salas agrega que en un principio, más que trabajar en la cárcel, les costó el lado para afuera: lo comercial, ya que tenían que encontrar un punto medio, donde la ventaja competitiva no estuviera en el costo, sino que en la calidad. “Queríamos crear productos de primera calidad pero adentro”, dice Salas y añade que en ese proceso fueron desarrollando distintos artículos de madera como muebles para niños y caballos de madera hasta llegar a lo que fabrican hoy: tablas para la cocina y asado de primera calidad.
POTENCIANDO LA REINSERCIÓN
El cofundador de Sin Barrotes afirma que al pensar en el modelo de negocio que buscaban desarrollar tenían claro que querían un modelo escalable, con proyección y que les permitiera capacitar. “Nosotros tenemos una fábrica adentro, con nuestros empleados que son los internos. Ellos tienen categorías de sueldos, que son fijos y, además, cuando la demanda lo permite y el que quiere, tiene horas extras. Eso, desde el punto de vista del compromiso con la empresa ha sido extraordinario, porque están súper comprometidos y, desde el punto de vista de la reinserción de ellos también, porque les ha permitido mejorar su vínculo con el mundo externo, familias incluidas”, dice Salas y agrega que algunos de los internos que han estado con ellos hoy han creado sus propios negocios, o bien los han ayudado con referencias de trabajo.
Respecto al valor de generar impacto social, afirma que esto ha sido beneficioso de dos formas: “Por un lado, ni a mi socio ni a mi nos acomoda trabajar por el solo hecho de ganar plata y producir. Sentimos que con esto aportamos a la sociedad general y a un segmento que está particularmente muy dejado. Por otro lado, comercialmente hablando el mundo va girando a que efectivamente el consumidor y las personas, sobre todo al que apuntamos con nuestros productos de alta calidad, ya no son indiferentes de lo que hay detrás de tu producto y de lo que compra o usa. Por lo tanto, si se le da la vuelta comercial, esto es más atinado que poner una buena fábrica, con las mejores máquinas y personas para contratar”.
Al hablar de los planes, el cofundador de Sin Barrotes dice que hoy buscan salir de este escenario de pandemia y tener un segundo semestre mejor que el primero, ya que vienen fechas importantes para ellos en ventas, como Navidad y los eventos de fin de año. “Esperamos también que se recupere el sistema corporativo, que era el gran potencial de nuestro negocio y, además, esperamos desarrollar a mediano y largo plazo varias cosas nuevas, como una línea paralela de packaging con cajas de vino de manera, por ejemplo, y exportar. En Europa y EE.UU. esta es una industria importante, pues el boom de la cocina trajo consigo que los accesorios fueran súper importantes y hoy pareciera ser que estamos produciendo cosas sofisticadas para el mercado local pero afuera son normales”, dice.
Publicado en segmento de Innovación de El Mercurio
Por Equipo Espacio Mutuo
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