11 consejos para cuidarse ante imágenes perturbadoras de internet
Hoy en día estamos expuestos a imágenes gráficamente violentas o desgarradoras a un ritmo nunca antes visto en la era predigital, desde tiroteos policiales a bombardeos, inundaciones y otros desastres climáticos.
Sin embargo, pese al impacto emocional que esto puede generar en las personas, la mayoría nunca ha sido educado en el cómo interactuar de forma segura con contenidos que pueden resultar profundamente perturbadores. Las fotos y los vídeos que personas comunes suben a las redes sociales pueden ser especialmente problemáticos: La gente publica lo que cree que llamará la atención, aunque sea crudo o incluso violento como en el caso de ciberacoso. Todo para conseguir “likes”. Lo complicado es que esta operación se hace a costa de la salud mental de muchos ya que en cualquier momento pueden aparecer contenidos que nos dañen.
Según relatan Andrea Lampros y Alexandra König en su artículo, empezaron a utilizar estrategias basadas en la ciencia para minimizar los impactos de la visualización de contenidos gráficos cuando pusieron en marcha el Laboratorio de Investigaciones del Centro de Derechos Humanos de la UC Berkeley en 2016. Ahí los estudiantes estuvieron expuestos a cientos de vídeos de la guerra en Siria para analizar y corroborar información para organizaciones de derechos humanos. “Estos vídeos sin editar mostraban a personas asustadas viendo aviones de combate lanzando bombas de racimo, familiares angustiados buscando a sus seres queridos y hogares reducidos a escombros”, cuentan. “Gracias a los colegas de Amnistía Internacional, supimos desde el principio que teníamos que pensar en cómo mantener a nuestros alumnos lo más a salvo posible de traumas secundarios u otros efectos nocivos”, añaden.
Con el tiempo, las investigaciones del laboratorio se han trasladado de Siria a Myanmar, a Sudán, a Estados Unidos y a muchos otros lugares donde persisten los conflictos e injusticias. La exposición a imágenes impactantes o derechamente dolorosas se multiplica, por lo que ha sido fundamental, según relatan las autoras, ayudar a los estudiantes a lidiar con ese contenido: “Nuestro objetivo ha sido encontrar alternativas a la vía de la dureza, habitual en investigadores de derechos humanos y periodistas, y reconocer que las imágenes traumáticas pueden afectarnos a todos a través de nuestra exposición a las noticias y las redes sociales”, dicen las expertas de Berkeley.
Lo cierto es que las estrategias que identificaron pueden ser utilizadas por cualquiera. Las expertas propusieron en su libro Graphic: Trauma and Meaning in Our Online Lives, 11 consejos para protegerse de contenidos nocivos. He aquí algunos consejos que son especialmente eficaces.
- Identifica un buen motivo para ver lo que estás viendo. Empieza por ser consciente de por qué estás viendo un vídeo o una fotografía potencialmente perturbadores en las redes sociales, incluso si tu intención es simplemente informarte. Considera si puedes obtener la información de alguna otra manera, incluso a través de un medio “más aburrido” cuyo contenido no sea el vídeo en bruto, como un artículo de periódico u otra pieza editada profesional y éticamente. Recuerda que detrás de esos registros hay personas que sufren y que muchas veces son revictimizadas con la viralización de esos videos.
- Sé consciente. Si viste algo perturbador, tómate cinco minutos para reflexionar, respirar y calmarte. Las investigaciones demuestran que el personal de primeros auxilios y otras personas que se enfrentan al estrés y al trauma día tras día se benefician de este tipo de práctica llamada “atención plena” y de los ejercicios de respiración.
- Baja el sonido -o apágalo- la primera vez que veas un vídeo potencialmente perturbador. El contenido más perturbador suele ser el audio: un niño que grita por sus padres, una mujer que suplica por su vida, una persona que grita insultos racistas, misóginos u homófobos. Apagar el sonido (o bajarlo mucho) puede ayudar a suavizar el impacto emocional.
- Limita dónde miras. No todos tenemos la opción de elegir dónde vemos los contenidos de internet. Sin embargo, para los que sí la tienen, puede ser útil crear un espacio dedicado a las redes sociales, especialmente para aquellas que suelen mostrar contenido sin filtro como Twitter o Tiktok. Esto puede ayudar a evitar que los recuerdos negativos contaminen lugares que sientes como seguros. Resulta especialmente beneficioso mantener los dispositivos digitales y la visualización de contenido angustioso fuera del dormitorio, por ejemplo, o si vives en una habitación individual, incluso puede ser útil dedicar un rincón a navegar por las redes sociales (lejos de la cama).
- Si es posible, trata de previsualizar el vídeo en miniatura para prepararte para lo que vas a ver. Después, decide si realmente quieres verlo, ahora o nunca. ¿Es «ahora» realmente el momento adecuado para verlo? ¿Estás a punto de irte a dormir? ¿Es mejor esperar a mañana para que las imágenes y los sonidos no se repitan mientras intentas descansar?
- Hazlo más pequeño. Si sabes que vas a ver algo perturbador, reducir el tamaño del vídeo puede disminuir el impacto. ¿Necesitas realmente ver a alguien asesinado en una pantalla grande o puedes obtener suficiente información viendo algo más pequeño? (o derechamente no viéndolo).
- Habla con otras personas sobre lo que has visto. No podemos «quitarnos de la cabeza» los vídeos o fotos perturbadores, pero podemos hablar de ellos. Los investigadores afirman que liberar los sentimientos negativos después de ver algo intenso puede ayudar a disipar los posibles efectos a largo plazo. Cuando no se tiene acceso a expertos en salud mental, el apoyo entre iguales puede marcar la diferencia.
- Muévete. Después de ver material perturbador puede ser útil mover el cuerpo para procesar lo vivido. Pasear al perro, salir a correr, ir a una clase de yoga, incluso estirarte un rato o bailar a solas pueden ser formas de «metabolizar» físicamente el material estresante que viste. Las investigaciones sugieren que jugar a juegos como el Tetris, que requieren manipular objetos, puede tener un efecto protector similar.
- Busca formas de crear comunidad online y offline. Aunque técnicamente las videoconferencias siguen siendo virtuales, son más interactivas que publicar y esperar a que nos den “me gusta” o comenten. Si no tienes a alguien real cerca, las videoconferencias pueden ayudarte a que converses de lo que viste con una comunidad y que conectes con gente que empatice contigo. Escribir también es una salida. Pero recuerda que conectarse con amigos, familiares y personas de la vida real es una forma esencial para “resetearse”.
- Compartir una buena carcajada. El humor, incluso el negro, siempre ha sido un medio para sobrellevar experiencias intensas. Los investigadores afirman que la risa puede ser una liberación psicológica e incluso fisiológica tras la exposición a un trauma. Ya sea con una serie liviana, una comida romántica, una noche de spa con las amigas o viendo los TikToks de la vida de los gatos; el humor puede reforzar nuestra resiliencia actuando como válvula de escape.
- Sé consciente de tus identidades. Nuestras identidades -desde la raza, el género y sexualidad, como también nuestras experiencias vitales como la maternidad o paternidad, pueden hacernos más susceptibles a ciertos contenidos violentos. Mientras, por un lado pueden hacernos más interesados en saber lo que les ocurre a determinadas personas, también pueden hacernos sentir abrumados frente a mensajes emocionalmente duros. Ser conscientes de cómo nos afectan los contenidos de las redes sociales, puede incitarnos a cuidarnos más.
Es importante aprender a lidiar con contenido perturbador, y también recordar, aunque todos estamos expuestos a encontrarlos y también somos responsables al reproducirlos y, sobre todo, distribuirlos. Esto, no solo porque pueden impactar a otros usuarios, sino porque la mayoría de estos contenidos esconden historias de dolor de personas reales y su viralización puede hacer de su duelo algo más difícil. Cuidarnos es también cuidar al resto.
Por Equipo Espacio Mutuo
Mutual de Seguridad