8 formas de infundir alegría a todas tus tareas… incluso aquellas que odias

por | Feb 8, 2021 | Actualidad, Nuevas Miradas

A veces, gracias a la pandemia, pareciera ser que nos pasamos todo el día realizando tareas domésticas. Para algunos, cocinar ya no resulta relajante, sino que una carga; los platos sucios se acumulan sin que nadie se anime a lavarlos; y el aseo de la casa ni hablar… todo parece estar ensuciándose más rápido que antes.

Si te encuentras estancado en esta situación, no te sientas mal – no eres la única persona. De hecho, Ingrid Fetell Lee, fundadora del blog “La estética de la alegría”, tuvo la misma preocupación. Al igual que sus amigos y conocidos por redes sociales, la ex directora de diseño de la empresa de innovación global IDEO se encontró teniendo que pasar más tiempo haciendo cosas que no disfruta.

Determinada a reunir la inspiración suficiente para brindar placer incluso a las tareas más aburridas del día a día, Fetell recurrió a la comunidad online Joyspotters Society y elaboró una lista con los mejores consejos y estrategias que, de seguro, te ayudarán a ti también.

1. PON UN CRONÓMETRO

Una usuaria de Joyspotter le escribió: “Odiaba vaciar el lavaplatos (lo sé, un privilegio) hasta que puse un cronómetro y vi cuánto me tardaba en hacerlo. Fueron 4 minutos. Sabiendo eso, ya no es gran cosa”. Crear ese tipo de conciencia es una excelente estrategia: lo que parece una tarea grande y abrumadora, resulta insignificante cuando se le mira de esa forma.

Además, colocar un temporizador puede hacer que la tarea en sí se sienta como una carrera, lo cual la convierte en un juego. Si, por ejemplo, colocas una alarma de 17 minutos para limpiar los baños cada lunes por la mañana, siempre intentás vencerlo. Comenzar la semana con esa labor lista te dará el empujón de energía y satisfacción que necesitas.

2. ¡HAZLO BAILANDO!

Muchas personas confían en una lista de reproducción de sus canciones favoritas para mantener la motivación durante las tareas menos placenteras. Los géneros más populares parecen ser los principales éxitos de los 80, 90 y 2000, pero cualquier melodía alegre con un ritmo rápido funcionará. ¿Quién sabe? Quizás descubras que esa canción que tanto odias cuando suena en la radio es el tono perfecto para pasar la aspiradora o lavar la ropa.

Y si te pronto te ataca la urgencia de hacer un movimiento en mitad de las tareas del hogar, no te contengas: la mayoría de los usuarios de Joyspotters están de acuerdo en que vale la pena darse el gusto de bailar. Una usuaria escribió: “Tengo audífonos inalámbricos y una lista llamada “Alegría” con todas las canciones que me hacen feliz. La dejo en aleatorio, limpio y bailo simultáneamente – todo se termina muchísimo más rápido”. E incluso si el tiempo que pasas bailando hace que las tareas tarden un poco más, sentirás que pasa menos tiempo.

La música y el baile también pueden calmar los nervios agitados por ciertas tareas: algunas son desagradables no sólo porque son tediosas o aburridas, sino porque desencadenan sensibilidades (como ruidos u olores fuertes) o emociones negativas (como asco). Agregar sensaciones placenteras puede ser una forma importante de aliviar el impacto negativo de estos desencadenantes.

3. TODO VALE: AGREGA UN PLACER CULPABLE

Antes que nada, definamos una cosa: no existen los “placeres culpables”. A menos que un placer te lastime a ti o a otra persona, la culpa que le atribuimos generalmente proviene de juicios externos sobre el valor de ese disfrute. ¿Y para qué sabotear nuestra alegría etiquetándola de una manera negativa?

Dicho esto, la asociación puede ser difícil de romper – y cuando se trata de placeres que nos generan culpa, la televisión suele estar en los primeros puestos de esa lista. Décadas de críticas nos han enseñado a creer que la televisión es equivalente a “mascar chicle para el cerebro”, por lo que incluso cuando la disfrutamos, a menudo sentimos que deberíamos estar haciendo algo más “productivo”.

Pero agregar el llamado “placer culpable” a una tarea temida puede redimir ambas actividades. Al permitirnos ver nuestro reality o teleserie favorita mientras planchamos o doblamos la ropa, ponemos un límite al juicio sobre la calidad de mirar televisión, y hacemos que el trabajo duro sea más placentero.

4. APROVECHA DE TENER UNA SESIÓN DE AROMATERAPIA

Muchos usuarios del blog Joyspotter se declaran fanáticos de incorporar aromas placenteros en las tareas del hogar. Fetell, por ejemplo, descubrió su afinidad a un potente limpiador natural elaborado con el aceite que se encuentra en la piel de naranja – corta la grasa como nadie y su aroma cítrico “siempre logra animarme”, dice.

Quizás es rociar aceite de lavanda en las sábanas después de hacer la cama, encender una vela antes o después de limpiar, agregar aceites esenciales a tus productos de limpieza para darles un aroma fresco y natural o simplemente elegir aquellos que posean olores alegres.

Cualquiera de estos hábitos puede convertir la limpieza en una forma de aromaterapia. La lavanda es una buena opción porque se ha demostrado en investigaciones que reduce la ansiedad. Los aromas cítricos incluso podrían ayudarte a mantener un espacio más limpio por más tiempo: un estudio encontró que las personas eran menos propensas a tirar basura o ensuciar los espacios donde hay un aroma cítrico.

5. DOCUMENTA TU PROGRESO

Nicole, asidua participante de Joyspotters, comentó: “A veces no estoy de humor para cocinar. Pero recientemente comencé a grabarme en cámara rápida mientras preparo comidas y eso lo hace súper divertido”.

Para ella, la diversión ocurre en 2 niveles: durante el proceso, sabe que un video divertido la espera al terminar (esto estimula nuestro sentido de anticipación, que puede ser un potente potenciador de la alegría). Y después, obtiene la recompensa de ver el video. Grabar videos de tu progreso tiene otro beneficio: mantiene tu teléfono ocupado para que no te distraigas durante la limpieza.

Si sientes que estos montajes no son lo tuyo, puedes usar tu celular para agregar alegría de otras maneras – haciendo videos divertidos de karaoke mientras haces el aseo, por ejemplo. ¡Puedes compartirlos con tus amigos para reírse juntos!

Y si aún no te acomodan estas estrategias, simplifícalas: toma fotos del antes y el después de tu trabajo – sentirás la satisfacción y el orgullo de una labor bien hecha. 

6. CREA UN RITUAL DE CELEBRACIÓN

Según Casper ter Kuile, autor de The Power of Ritual, un ritual se define por 3 cosas: intención, atención y repetición. Una rutina puede ser algo que repites con frecuencia, pero agrega una intención y centra tu atención en ella, y puedes crear un ritual.

En Joyspotter, una usuaria relató su ritual previo a la limpieza – antes de comenzar, dice una pequeña bendición para su hogar y enciende una vela. Esto la ayuda a concentrarse en cómo está creando energía positiva al limpiar, haciéndolo menos una tarea y más un alegre acto de transformación. La vela por sí misma puede ser suficiente, como un toque final o una celebración por haber terminado.

Muchas personas incorporan elementos de meditación y gratitud en sus tareas, reflexionando sobre lo agradecidos que están por tener una casa que cuidar o ropa que doblar. Hacer esto quita el foco de la tarea y la devuelve a los placeres más amplios que esos objetos traen consigo.

7. RODÉATE DE COSAS QUE AMAS

¿Otra forma de hacer que las tareas del hogar sean más divertidas? Deja de preocuparte por los artículos que realmente no quieres o no amas.

¿Pero cómo? El primer paso es asegurarte de tener sólo cosas que te gustan en tu casa, tus alacenas y tu armario. Cosas bonitas y colores brillantes harán que te resulte más gratificante mantenerlas ordenadas. Así, no sentirás que estás perdiendo el tiempo en cosas que de todos modos te irritan.

Cuando compramos cosas, tendemos a pensar en ellas simplemente como objetos físicos. Pero cada artículo que adquirimos es también un compromiso con una futura inversión de tiempo: el tiempo dedicado a lavar, reparar, mantener o incluso simplemente ver ese artículo.

Cuando tienes cosas que no te gustan en tu espacio, este tiempo y esfuerzo pueden ser una pérdida. Cuando realmente amas lo que te rodea, el esfuerzo de las tareas del hogar se siente más significativo y valioso.

Tener elementos que realmente amas también puede darte algo en lo que concentrarte mientras realizas tareas desagradables. Mantener plantas cerca del fregadero para verlas mientras laves los platos puede ser una distracción agradable, en lugar de tener una simple pared en blanco para mirar. Rodea los espacios de trabajo con las cosas que te brindan alegría.

8. ACÉPTALO: “OK” ES MÁS QUE SUFICIENTE

Dicen por ahí que la perfección es enemiga de la felicidad. A veces, es importante bajar los estándares – lo mejor que puedes es suficientemente bueno.

La idea de bajar los estándares a veces puede parecer que nos estamos rindiendo para algunas personas. En cambio, piénsalo como una forma de priorización: puedes tener suelos perfectamente limpios todo el tiempo, pero ¿es eso algo que te va a importar cuando tengas 80 años?

Si es así, por supuesto, continúa limpiándolos como de costumbre. Pero para la mayoría de nosotros, sacrificar un poco de perfección en nuestras tareas puede ser un conducto para pasar más tiempo disfrutando de una deliciosa comida, de una puesta de sol o trabajando en un proyecto gratificante.

Al final del día, las tareas del hogar nos mantienen a nosotros -y a nuestros hogares- seguros, limpios y saludables para que podamos hacer las cosas que nos brindan alegría. Entonces, si tener más tiempo para la alegría significa a veces hacer lo mínimo, parece ser una compensación que vale la pena.

Por Equipo Espacio Mutuo

Mutual de Seguridad

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