Cómo prepararse para un buen desconfinamiento

por | Ago 10, 2020 | Nuevas Miradas

DE LAS REGLAS DE LA CUARENTENA A LAS DEL DESCONFINAMIENTO

Es cierto que la cuarentena obligatoria nos ha llevado a un estado de locura, pero al menos las reglas eran claras: sólo los trabajadores esenciales debían salir al mundo exterior, mientras los demás permanecíamos refugiados en nuestros hogares; las únicas salidas permitidas eran a supermercados, farmacias y centros médicos, y requerían un permiso oficial. Así ha sido en todos los países que han ido implementando medidas de desconfinamiento.

En comparación al proceso de desconfinamiento, implementar el encierro podría llegar a verse como algo sencillo; “básicamente, apagamos el interruptor”, dice Preeti Malani, médica experta en enfermedades infecciosas y directora de salud en la Universidad de Míchigan, Estados Unidos. “Reiniciar es mucho más complicado. No hay una plantilla, no hay un manual. No podemos simplemente decir: ‘Sigan estas diez reglas y estarán bien’”.

Hoy, las indicaciones pueden resultar confusas. Después de tanto tiempo aislados y protegidos, salir a pasear por placer o incluso reunirnos con alguien parece sorpresivo, e incluso peligroso. Sin embargo, existe consenso científico sobre un enfoque general que puede reducir la propagación del virus, a medida que el mundo a nuestro alrededor reinicia sus actividades.

1. CONTACTO

En primer lugar, un importante recordatorio: la pandemia continúa y el virus sigue siendo una amenaza real. Por lo mismo, cualquiera que sean las restricciones que se vean reducidas por las autoridades, es necesario seguir respetando las reglas de prevención: distanciamiento social (ojalá de al menos 1,5 metros de las demás personas), uso de mascarilla, lavado constantemente de las manos, etc. Lo sentimos: ni los abrazos ni los apretones de mano están recomendados.

Cualquier conversación cara a cara, aunque sea de apenas 15 minutos, entre personas que están a menos de 2 metros de distancia constituye un contacto cercano. Entre más tiempo dure la conversación y más cercana sea la proximidad física entre los participantes, mayor será el riesgo de que el virus se propague si una persona está infectada.

Eso explica por qué la transmisión es desenfrenada dentro de los hogares y por qué las reuniones familiares, en las que las personas abrazan y pasan algunas horas juntas durante una comida, han originado nuevos brotes de COVID.

A su vez, intenta asegurarte de que los espacios públicos que frecuentas mantengan las medidas de mitigación: separación de las mesas, restricción de acceso o distanciamiento de los clientes en tiendas y parques, así como frecuentes labores de limpieza y desinfección.

El virus se propaga de manera más activa de persona a persona, pero los expertos recomiendan la limpieza frecuente de los objetos de alto contacto y las superficies: mesas, manillas, interruptores de luz, barras de cocina, teléfonos, teclados, inodoros y grifos, pantallas táctiles, cajeros automáticos y las mangueras de las bombas de bencina.

Ahora que las reuniones sociales y recreativas entre 5 personas están permitidas, es primordial tener consciencia de la facilidad con que el virus se propaga.

En Estados Unidos, una persona con síntomas respiratorios leves asistió a un funeral en Chicago, en febrero. El individuo era un amigo de la familia que abrazó a los deudos en la ceremonia, pasó unas horas compartiendo una comida informal, y fue a una fiesta familiar de cumpleaños. Cuando varios familiares se enfermaron, los miembros del hogar que los cuidaron también se infectaron; los invitados a la fiesta de cumpleaños que contrajeron el virus fueron a la iglesia, infectando a los feligreses que estaban sentados en la fila siguiente. Así, ese primer individuo infectado inició una cadena de transmisión que llevó a enfermarse a más de una decena de personas y resultó, finalmente, en 3 muertes.

 

2. MÁS VENTILACIÓN

Aprovecha esta oportunidad para salir a disfrutar del aire libre y conectar con la naturaleza. Y es que las actividades que se desarrollan en interiores, incluso en espacios grandes, propagan más el virus que los eventos exteriores, especialmente si el aire de la habitación es recirculado o si las ventanas se mantienen cerradas.

Cuando hay aire que no circula, las gotículas permanecen más tiempo del que uno esperaría, y habrá mucha contaminación en las superficies”, dice Muge Cevik, experta en enfermedades infecciosas y virología en la Escuela de Medicina de la Universidad de Saint Andrews, en Escocia. Un flujo de aire fresco diluye el virus, y agrega: “Cuando estás cerca de una buena fuente de flujo de aire o junto a una ventana, tu tracto respiratorio superior ya no estará expuesto a tanto virus”.

Muchas infecciones se han vinculado al transporte público —como autobuses y furgonetas—. En China, por ejemplo, hubo un brote del virus en enero, a través de una ceremonia en un templo budista en Ningbo, en la provincia de Zhejiang. Unas 300 personas estuvieron en la ceremonia, que duró 2 horas y media e incluyó el almuerzo. Se llevó a cabo al aire libre, y la mayoría de los fieles no estaban infectados.

Por último, de las 30 personas infectadas, la mayoría había viajado en un autobús al templo, ida y vuelta, con la primera persona que se enfermó, aproximadamente una hora de viaje en cada sentido. En ese autobús, sin embargo, nadie que se sentó junto a una ventana abierta se enfermó, con la única excepción de un individuo que se sentó directamente al lado de la mujer infectada.

De esta forma, las últimas indicaciones para los negocios que reabren señalan que los empleadores deben asegurarse de que los sistemas de ventilación estén funcionando de manera apropiada, y deben tomar las medidas necesarias para maximizar la circulación del aire exterior al abrir puertas y ventanas, así como mediante el uso de ventiladores.

LA PREVENCIÓN COMO DECISIÓN PERSONAL

Al final, cada individuo debe estar consciente del nivel de riesgo de sus acciones y cómo sus decisiones exponen a otros al contagio, considerando su propia edad y estado de salud, circunstancias de vida, nivel general de aversión o tolerancia al riesgo y su entorno.

Las personas más vulnerables desearán haber tomado las mayores precauciones en caso de una posible infección del virus. Personas mayores de 65 años; residentes de asilos y centros de cuidados prolongados; personas inmunodeprimidas; con enfermedades crónicas de pulmón o riñón o afecciones cardiacas; o aquellos con obesidad mórbida están incluidas en este grupo de mayor riesgo.

No obstante, los adultos jóvenes y saludables, así como los niños, también deben considerar proteger a las personas a su alrededor, incluyendo a familiares, colegas o amigos que son vulnerables debido a enfermedades crónicas u otras circunstancias.

“Somos los guardianes de nuestros hermanos”, explica Barbara Taylor, especialista en enfermedades infecciosas en el Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Texas, Estados Unidos. “Aunque no estoy en un grupo de riesgo, estoy regularmente en contacto con personas que sí lo están, por lo que se trata, no sólo de pensar en nosotros, sino en todas nuestras comunidades, y en cómo nos debemos proteger los unos a los otros”.

De esta forma, el cuidado de cada uno de nosotros depende de cada uno de nosotros. Infórmate y usa tu criterio: si, por ejemplo, las reuniones de no más de 5 personas están permitidas en tu comuna, pero vives con una persona que pertenece al grupo de riesgo, quizás una fiesta en tu casa no sea la mejor idea.

Pero si extrañas salir a caminar y vives cerca de una plaza o parque, por supuesto podrás aprovechar tu renovada (aunque limitada) libertad para pasear y ejercitarte al aire libre. Aunque, por supuesto, no olvides tu mascarilla y respeta el distanciamiento social.

La pandemia continúa, y acabar con el virus está en nuestras manos. Cada decisión que tomamos implica un superpoder personal… Pero recuerda: ¡Un gran poder conlleva una gran responsabilidad!

Por Equipo Espacio Mutuo

Mutual de Seguridad

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