Cuando nada sale bien… 4 formas de dar vuelta un mal día
Hay días en los que apenas son las 8 de la mañana y ya sabes que será una mala jornada. Tu alarma no sonó en la mañana, te atrasaste, olvidaste algo importante en casa, obstáculos inesperados surgen de imprevisto… Sea lo que sea, por más optimismo que imprimas, puede ser muy difícil afrontar ciertos eventos con una buena disposición.
Retomar el control de días así puede ser un desafío. De hecho, muchos conflictos en el lugar de trabajo se producen debido a que los empleados no pueden volver a encarrilar su día después de los contratiempos de la mañana.
El fundamento neurológico de un día que salió mal es nuestro viejo amigo: el estrés. Esa serie de procesos biológicos y psicológicos que comienzan automáticamente cuando nos encontramos con algo estresante. La respuesta al estrés es útil cuando nos ayuda a enfrentar una amenaza inmediata, pero a menudo disminuye nuestra capacidad de razonar, concentrarnos y elaborar estrategias. Irónicamente, esas son las mismas funciones que necesitamos para abordar los tipos de situaciones complejas que enfrentamos en el hogar y el trabajo.
¿Cómo podemos evitar que algunos errores iniciales se apoderen de nuestros objetivos? Te ofrecemos un plan de 4 partes para dar vuelta tu día después de que se haya “arruinado”.
PASO 1: Activa tu sistema parasimpático.
Para reiniciar tu día debes interrumpir la respuesta al estrés activando tu sistema nervioso parasimpático, que opera principalmente a través del nervio que va desde nuestro cerebro hasta nuestro intestino, formando una conexión cerebro-intestino. Gracias a eso, la mayoría de las herramientas para activar el sistema nervioso parasimpático tienen sus raíces en algún tipo de trabajo corporal. Aquí hay algunas sugerencias.
- Respiración: Utiliza la técnica de respiración 4-7-8, en la que inhalas mientras cuentas hasta 4, aguantas la respiración mientras cuentas hasta 7 y exhalas mientras cuentas hasta 8. Es una estrategia terapéutica que se ofrece con frecuencia a las personas que sufren de ansiedad.
- Salir a la naturaleza: Sumergirnos en la naturaleza puede activar el sistema nervioso parasimpático de varias maneras. ¿Alguna vez has probado la conexión a tierra? Eso es simplemente poner los pies descalzos directamente en el suelo afuera. Los estudios sugieren que puede tener un profundo efecto calmante, relajando los músculos y concentrándote en tu entorno en lugar del factor estresante.
PASO 2: Llena tu cuerpo con hormonas que te hagan sentir bien.
Una vez que hemos detenido la respuesta al estrés, el siguiente paso es inundar nuestro cuerpo con algunas hormonas que contrarresten sus efectos. Las endorfinas nos ayudan a reducir el estrés; la serotonina nos ayuda a equilibrar nuestro estado de ánimo y sentir una mayor sensación de bienestar; la oxitocina puede reducir el estrés y nos hace sentir más conectados con los demás.
- Ejercicio: La investigación ha encontrado que el ejercicio cardiovascular de intensidad moderada durante al menos 30 minutos es lo que funciona mejor para generar la liberación de endorfinas y serotonina. Las mejores formas de ejercicio que cumplen con este criterio son el ciclismo de interior o al aire libre, el baile o una caminata rápida.
- Abraza a alguien que amas: abrazar a alguien que te importa libera una gran cantidad de hormonas que te hacen sentir bien, como la serotonina y la oxitocina, y reduce el cortisol y la adrenalina en el cuerpo, dos hormonas comunes que se liberan durante una respuesta al estrés. Encontrar a un ser querido humano o peludo y acurrucarse durante unos minutos puede hacer el truco y aumentar tu sentido de conexión con alguien que quieres.
- Ten relaciones sexuales: Puede que no sea la salida más conveniente o accesible, pero si puedes tener relaciones sexuales, entonces es una excelente manera de aumentar las endorfinas (¡ejercicio!) y la oxitocina (¡intimidad!).
PASO 3: Soltar.
Hemos detenido la respuesta al estrés y ahora nos sentimos un poco mejor. Ahora, tenemos que abordar la fuente de nuestro estrés. Con nuestro cerebro completamente en línea de nuevo, y nuestra capacidad para concentrarse, pensar y elaborar estrategias mejoradas, es probable que estemos en una mejor posición para manejar la fuente del estrés.
La sensación de que nuestro día se ha ido a la “cresta”, con frecuencia proviene de sentir que hemos perdido el control de nuestro día, o que nuestro día exige más de nosotros de lo que podemos dar. En estas situaciones, es importante recordarnos qué recursos tenemos a mano y qué podemos controlar.
Parte de recordar aquello sobre lo que sí tenemos control implica soltar algunas cosas. ¿Te sientes sobresaturado? ¿Qué puedes soltar? ¿Puedes delegar, traer a alguien más para que te ayude o pagar por este apoyo puntual? ¡Hazlo! El objetivo es volver a ocupar el asiento del conductor de tu vida, en lugar de dejar que una respuesta al estrés controle tu día.
PASO 4: Prepárate para tener éxito al día siguiente.
¿Alguna vez has tenido la experiencia de tener no uno, sino varios días arruinados seguidos, o simplemente uno cerca del otro? La razón es que después de sufrir una respuesta de estrés, nuestra amígdala se excita y busca más activamente otras amenazas potenciales. Si bien es posible que hayamos detenido la respuesta al estrés, ese estado de alerta todavía está allí y es probable que sea incluso más sensible que antes.
Una de las mejores formas de calmar verdaderamente la amígdala es descansar. Pero no cualquier tipo de descanso. Saundra Dalton-Smith, médica y autora de Sacred Rest: Recover Your Life, Renew Your Energy, Restore Your Sanity, sugiere que hay 7 tipos de descanso: físico, mental, espiritual, emocional, sensorial, social y creativo. La pregunta que debes hacerte al final de tu día es: ¿En cuál de estas áreas experimenté un déficit?
“Cuando pienso en la palabra descanso, lo veo en la forma de actividades restaurativas [no solo abstención de cosas]”, dice Dalton-Smith. “¿Cuáles son las cosas que podemos hacer para regenerar las áreas donde nos sentimos agotados?”. Atender tu descanso te permite no empezar el día siguiente con déficit.
Por Equipo Espacio Mutuo
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