¿Estás perdiendo la capacidad de atención por el uso de las pantallas? Sigue estos consejos para recuperarla
Es cada vez más difícil no tomar el celular, incluso aunque no haya llegado nada urgente, ni siquiera una notificación. Hay una necesidad incesante de saber qué está pasando afuera. Estás con amigos y aún así le echas un vistazo a Twitter, o bien, necesitas concentrarte en una tarea y caes largo rato en Instagram.
Tus periodos de concentración son cada vez más cortos. Y es que, “la atención sostenida parece estar en caída libre”, como lo plantea Pilar Jericó en su columna en el El País, y esto se explica por el acelerado aumento de contenidos que se generan por segundo, especialmente desde que ese enorme flujo de comunicación se encuentra al alcance del bolsillo.
Según la revista Science, desde 1986 a 2007, la información a la que estábamos expuestos se multiplicó más de cuatro veces, lo que se explica por el uso masivo de redes sociales y teléfonos móviles. Vivir bombardeados de contenidos que se actualizan a cada segundo conduce a las personas a un mundo lleno de distracciones, lo que debilita nuestra capacidad de poner atención y genera consecuencias indeseables en otras habilidades cognitivas.
El salto de un mensaje a otro o pasar videos cortos durante horas, acostumbra a la mente a un consumo superficial, que no comprende ni reflexiona respecto de lo que ve. La lógica de las redes está pensada en exponer a los usuarios a una alta cantidad de información, pero no de calidad. De esta manera, la capacidad reflexiva, de creatividad y pensamiento crítico sufren progresivamente las consecuencias, pues estar expuestos a constantes distracciones daña la habilidad de resolver problemas, y conduce a las personas a dar con soluciones simplistas, por falta de esfuerzo y tiempo para pensar.
Hace unos años, un estudio de Hewlett Packard evidenció que la distracción tecnológica reduce el cociente intelectual en 10 puntos. El estudio confirmó que aquellos estudiantes que reciben mensajes al teléfono durante un examen obtienen notas un 30% peores que aquellos que lo rinden sin interrupciones. Otro estudio de la Universidad de California en Irvine, mostró que un profesional en la oficina es capaz de concentrarse durante tres minutos como máximo, mientras que un estudiante cambia de tarea cada 65 segundos. En definitiva, como es más fácil, existe una tendencia al alegre salto de una actividad a otra.
Este zapping no solo perjudica el desempeño y la capacidad de pensar, sino que también daña las relaciones personales y el bienestar vital propio; compartir con seres queridos es realmente difícil si las redes sociales exigen permanentemente atención. Disfrutar de una buena conversación es imposible si es que las interrupciones llegan a cada instante.
4 CONSEJOS PARA ENTRENAR LA ATENCIÓN
Aún hay esperanzas, sobre todo porque la responsabilidad de cuidar la atención no está solo en los dispositivos, sino que en nuestra propia capacidad de tomar el control. ¿Qué podemos hacer?
- Revisa los factores internos. Según el autor de Indistractable, Nir Eyal, es necesario reconocer y comprender qué es lo que invita a evadir la permanencia en una tarea, qué es ese algo que nos invita a saltar de una actividad a otra sin espacio a la reflexión o sin disfrutarla con profundidad. Por ejemplo, el aburrimiento o un dolor que se quiere evadir. La pregunta es: qué emociones intento aliviar y a qué costo.
- Haz un diagnóstico sincero sobre el uso que das a los dispositivos tecnológicos. ¿Cuántas pantallas son demasiadas? Tenemos que ser capaces de medir, aunque duela, qué tan dañada está nuestra capacidad de focalizarnos en algo. Ver los reportes semanales de uso del teléfono, o de cambio de página web en el computador puede ser útil, o bien cronometrar cuánto duras leyendo un libro sin ver el celular. Solo una vez que enfrentamos la magnitud del problema, podemos avanzar en soluciones adecuadas.
- Toma medidas que apunten al bienestar. Es necesario tomar decisiones para el autocuidado y una de ellas es reducir las distracciones al máximo posible: define horarios para contestar correos y mensajes, apaga los dispositivos a determinada hora, sal a pasear sin teléfono, desconecta internet si no lo requieres para la tarea que estás realizando.
- Busca alternativas satisfactorias. No se trata de eliminar distracciones, sino de sustituirlas por algo más sano. Terminar con un mal hábito es difícil si es que no lo reemplazas por algo que haga sentido. Actividades como leer, hacer deporte, practicar un hobby o compartir con otras personas puede ser un camino.
En definitiva, hay formas claras de tomar el control de las pantallas y cuidar la mente para cultivar con al máximo de las habilidades y talentos que las personas tienen. La creatividad y reflexión son recursos valiosos para el desarrollo de las personas y, aunque requiere un compromiso serio, los beneficios son significativamente más altos.
Por Equipo Espacio Mutuo
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