La pandemia nos cambió… ¡PARA MEJOR!
Tras duros y extensos meses de estricta cuarentena, el país finalmente comienza a experimentar una transición: un desconfinamiento gradual que nos pone en la perspectiva de imaginar el futuro con una nueva cotideaneidad.
Y lo que nos debe quedar muy claro es que no podemos pensar que volveremos a un escenario “pre Covid”. Eso no existe y creer que es así, solo suma mayor riesgo para todos, porque las personas están tendiendo a relajar las medidas de cuidado aprendidas, pensando que el desconfinamiento pone fin a la pandemia. Todo lo contario: tenemos que seguir cuidándonos para evitar un rebrote, como ya lo está experimentando España.
EL CAMBIO ES RELATIVO
Por supuesto, existen personas para quienes la realidad de antes ya no es una opción. Si experimentaste la pérdida de trabajo o la de un ser querido a causa del virus, definitivamente la mirada no será hacia atrás. Y, para quienes continuaron trabajando durante la pandemia, la experiencia del cambio será también diferente.
Pero para aquel grupo privilegiado que pudo adaptarse, teletrabajar y sortear la cuarentena desde su hogar, estos tiempos han sido una oportunidad sin precedentes para reflexionar sobre la vida –y sobre cómo mejorarla. Al fin y al cabo, aunque no ha sido una experiencia fácil, el aislamiento ha permitido a las personas descubrir qué aspectos de su estilo de vida vale la pena mantener.
Dejar de medir el valor propio a partir del éxito laboral o de la productividad, encontrar nuevas formas remotas para desarrollar nuestros trabajo y nuestra conexión con el mundo; aprender a vivir con menos, a descansar más, retomar relaciones olvidadas o descubrir nuevos hobbies, son sólo algunos de los cambios que la pandemia ha ejercido sobre nosotros, y sería razonable mantener esos aprendizajes en el tiempo, mientras nos cuidamos hasta tener acceso a una vacuna que permita que todos estemos inmunizados frente al Covid-19.
HÁBITOS NUEVOS PARA UN FUTURO RENOVADO
Reducir el consumismo
Por lejos, este ha sido uno de los descubrimientos pandémicos más populares. Tras tanto tiempo encerradas, muchas personas se han dado cuenta del ahorro que significa dejar de comprar compulsivamente, ya sea la ropa o los aparatos tecnológicos que son tendencia. Si bien hay compras necesarias y hasta merecidas, la gran mayoría conlleva una simple gratificación instantánea -fugaz y pasajera- en lugar de felicidad duradera.
Otras personas se han visto en la obligación de dejar los restaurantes de lado, descubriendo así un verdadero gusto por la cocina casera (y el ahorro que significa cocinar en vez de comprar comida preparada).
Finalmente, muchas personas han dirigido su consumo a emprendimientos pequeños y negocios locales, como una manera de apoyarlos en estos tiempos financieros complejos. A diferencia de las grandes corporaciones, son ellos quienes tienen menos probabilidades de sobrevivir a la crisis.
Bajar la velocidad
Para muchos, el aislamiento les ha permitido darse cuenta del tiempo perdido –todos esos años viviendo aceleradamente, presionándose para conseguir el trabajo “correcto” y asistiendo a los eventos “necesarios”, sólo para satisfacer una necesidad de estatus social que, al final del día, no te brinda mayor bienestar.
Entre jóvenes y adultos mayores, la pausa de la pandemia ha sido bienvenida por igual. Los empleados más jóvenes se han propuesto ejercer menos presión profesional en sí mismos, ya que por fin se han dado cuenta que el trabajo no es, en realidad, lo más importante en la vida. Y entre los mayores que habían estado considerando retirarse antes de que COVID-19 apareciera, se atrevieron a tomar la decisión gracias a la pandemia. Incluso para algunas personas que ya se encontraban jubiladas, el ritmo de vida más lento creado por el virus ha significado un gran alivio.
Por supuesto, es importante recordar que la cuarentena no es sinónimo de vacaciones, y que tomarse el tiempo de reflexionar es un privilegio que sólo algunos poseen. Millones de personas alrededor del mundo han perdido su única fuente de ingresos y desearían poder estar trabajando más, mientras que ciertos trabajadores y trabajadoras han debido mantener sus funciones durante la pandemia.
Priorizar a la familia y amigos
Es en los momentos difíciles cuando se ve claramente quién está ahí para ti. Muchas personas han llegado a apreciar a los amigos y familiares que han demostrado apoyo y preocupación durante la pandemia, y que esperan mantener esa cercanía una vez que el virus desaparezca.
En tiempos donde el distanciamiento social es norma, es más fácil que nunca sentirse solo y aislado en el mundo. Por lo mismo, la cuarentena ha reforzado la necesidad de hacerle saber a los demás cómo te sientes y lo que sientes por ellos, a través de la comunicación constante y sincera.
Algunos han aprovechado la naturaleza impredecible y bizarra de la pandemia para hacer cosas que no harían normalmente, como contactar a viejos conocidos o familiares más lejanos. Así, muchas personas se han visto reunidas -mediante videollamadas- con ex compañeros de la universidad o primos lejanos que ahora viven en otras partes del mundo.
Ética y activismo
El aspecto social de la pandemia es quizás el más complejo, pero al mismo tiempo, el más esperanzador: la crisis sanitaria ha demostrado cuán interconectados estamos todos, y muchas personas están determinadas a continuar con causas benéficas y donaciones incluso después de la pandemia.
Apoyar financieramente a organizaciones sin fines de lucro, donar alimentos, participar de las ollas comunes y comprar de cajas de alimentos para aquellos hogares más vulnerables son sólo algunas de las medidas que se están adoptando, junto con una mayor consciencia social, política y hasta ecológica.
La pandemia ha permitido visibilizar ciertas realidades que no estamos acostumbrados a ver, y más personas se han sentido llamadas a aportar con su propio granito de arena. Gente que nunca se había interesado en las noticias recientes ni en la actualidad nacional, hoy se ha involucrado personalmente en la comunidad y pretende continuar trabajando una vez que la amenaza del virus cese.
Hacer ejercicio
¡Se necesitó de una crisis sanitaria global para lograrlo! Pero muchas personas, gracias a la cuarentena obligatoria y al distanciamiento social, finalmente se decidieron a incorporar una rutina de ejercicio físico a su día a día.
La ansiedad y el sedentarismo del aislamiento han impulsado a las personas a buscar formas de mantener el cuerpo activo y la mente despejada. ¿La solución? Yoga, estiramientos, rutinas aeróbicas de YouTube y cualquier forma de “deporte” que los hogares permitan. Quién sabe, quizás una vez que se levante la cuarentena obligatoria, el ejercicio al aire libre adquiera un nuevo significado de libertad y se vea aún más potenciado.
Alimentación consciente
Si sientes que todo el mundo se ha dedicado a hornear pan esta cuarentena, pues sí: la obsesión de la masa madre es real. Si bien partió como una necesidad frente al desabastecimiento de ciertos productos vitales al comienzo de la pandemia, hornear en casa ya se ha vuelto una costumbre que muchas personas han decidido mantener.
De hecho, cocinar en casa ahora posee un objetivo más noble: la salud. Ya sea en un intento por disminuir la cantidad de alimentos procesados o por reducir el consumo de carne, mucha gente alrededor del mundo ha comenzado a pensar mejor lo que lleva a su plato. La pandemia ha representado un auge por la alimentación vegetariana, probablemente debido al temor de que un nuevo virus vuelva a aparecer en el futuro: el COVID-19, al parecer, surgió de un mercado animal en China, y las grandes fábricas que suministran productos animales al resto del mundo son, en sí, otro riesgo pandémico.
No es sorpresa que la crisis del coronavirus haya provocado, a su vez, el surgimiento de una moda por los huertos caseros, en patios o balcones. Algo parecido sucedió en las pasadas Guerras Mundiales, cuando muchas personas cultivaban sus propias frutas y verduras en los jardines de sus casas, como símbolo de victoria. El impulso de volver a la naturaleza ofrece cierta tranquilidad psicológica en un momento de gran incertidumbre, así como una protección práctica contra los problemas en la cadena de suministro: si las tiendas se quedan sin alimentos, ¡al menos tendremos nuestras verduras!
Pasar más tiempo en la naturaleza
Hablando del impulso de “volver a la naturaleza”, el aire libre se ha transformado en la clave para mantener cierta sanidad mental durante el aislamiento. Ya sea tomar aire fresco en el balcón, disfrutar del pedazo de libertad que ofrece el jardín o simplemente caminar a través de una plaza a vuelta del supermercado, representa una gran oportunidad para calmar la ansiedad y despejar las voces del estrés de la mente. Madre Naturaleza, aprendimos la lección – ¡nunca más te daremos por sentada!
Como cualquiera que haya intentado cumplir con su resolución de Año Nuevo sabe, mantener nuevos hábitos es difícil. Pero expertos que se especializan en el cambio de comportamiento dicen que hay cosas que se pueden hacer ahora para tener más probabilidades de éxito en el futuro.
Es importante tener en cuenta que, si no sales de esta pandemia con nuevos y espectaculares hábitos, está absolutamente bien. A veces, sobrevivir es un logro en sí mismo: da igual si no ordenaste tu clóset o si no aprendiste a hornear pan con tus propias manos. Llegaste al final de una pandemia, te cuidaste y cuidaste de otros, y eso en sí merece todo tipo de reconocimiento.
Por Equipo Espacio Mutuo
Mutual de Seguridad