Lazarillo, la app para personas ciegas, que entrega indicaciones a través de un asistente de voz
Contenido de El Mercurio en colaboración con Espacio Mutuo
Podría haber estado en una minera o una empresa de telecomunicaciones, espacios de trabajo más comunes para los ingenieros civiles electrónicos, sin embargo, en 2014 el entonces estudiante universitario René Espinoza, apostó por un centro médico para personas con trastornos de movimiento, como una de sus primera incursiones laborales. “El centro trabajaba con el Servicio Nacional de la Discapacidad (Senadis) y me tocó estar en una iniciativa para personas ciegas, en la cual aprendí a desarrollar una app. Interactué con más de 30 personas con discapacidades visuales, desde baja visión hasta ceguera total, empatice con sus problemas, muchos dependían de familiares y extraños para saber cuándo bajarse de la micro”, cuenta Espinoza.
Sin presagiarlo, esa experiencia siguió al ingeniero hasta el día de hoy. En su último año de universidad apostó por continuar con el desarrollo de la app como su proyecto de tesis y luego en 2016 convirtió la idea en un emprendimiento: Lazarillo, startup con la que dio el vamos a la creación oficial de la plataforma móvil, que finalmente vio la luz en septiembre de ese año y que hoy, debido a la pandemia, se ha expandido a nuevas problemáticas.
La innovación está conectada a mapas del mundo y tiene un asistente de voz que le va entregando indicaciones a las personas a medida que se van desplazando por la ciudad, por ejemplo, el nombre de las calles, qué instituciones están cerca o las paradas de bus. Además, contempla un menú principal en que un lector de pantalla (software) va leyendo e identificando lo que se visualiza, para que el usuario seleccione lo que necesita. “Buscamos que las personas puedan ser más independientes, que no tengan que depender de otros”, afirma el emprendedor, quien cuenta que la piedra angular de todo lo que hacen está en el constante contacto con la comunidad de personas ciegas. Hoy la app tiene 180 mil usuarios de 45 países, como Estados Unidos, México, España, Chile e India.
Siguiendo ese norte y en línea con el desplazamiento, en 2017 Espinoza decidió expandir el campo de llegada de la app ya no solo para que entregara indicaciones en espacio públicos, sino que también en lugares cerrados, en donde no funciona el GPS. Para eso, la startup desarrolló un sistema que usa señales del celular, como el Bluetooth, el que ofrecen como un servicio a empresas e instituciones que quieran volver más accesibles sus dependencias, lo que se convirtió en el modelo de negocio de Lazarrillo. Hoy están con 14 instituciones, como universidades, museos y bancos.
“Pueden dar una atención más inclusiva, se hace un mapeo de los puntos de interés de la institución”, dice. De cara a robustecer la accesibilidad de los espacios, el emprendedor plantea que las organizaciones deben estar en contacto directo con personas con capacidades diferentes en la creación de nuevos productos, para que estos sean pensados inclusivamente. “La mayoría de las personas no saben lo que es la accesibilidad digital y son profesionales de tecnología, que son los que desarrollan los servicios digitales. Hay una falencia, un desconocimiento gigante y para eso se tiene que trabajar con los usuarios. Lazarillo hace esta conexión y da herramientas para atenderlos, nuestro rol es ser un canal. También el tener equipos de trabajo diversos aporta mucho, hay gente ciega que es programadora”, dice Espinoza, que el año pasado fue seleccionado por el MIT Technology Review como uno de los innovadores menores de 35 años más prometedores del mundo.
E-commerce inclusivo
La incorporación de nuevas funciones vivió un hito este año, ya que la pandemia dejó entrever nuevos espacios digitales que no estaban siendo concebidos como inclusivos y en donde Lazarillo decidió actuar. Uno de estos fue el aumento de información de utilidad pública que comenzó a surgir, relacionada, por ejemplo, a los nuevos protocolos de las tiendas. Así, en mayo Lazarillo pasó a convertirse en un canal de comunicación para las personas ciegas, que las empresas —vía un pago— pueden usar para dar a conocer información a través de audio.
“La forma en que llegamos a estos servicios fue a través de los usuarios, les preguntamos cuáles eran las nuevas necesidades. El coronavirus hizo que la gente se quedara en sus casas, las instituciones empezaron a mandar datos en formato no accesible, o las instituciones públicas subían solo imágenes, por ejemplo, de dónde estaban poniendo vacunas contra la influenza o dónde estaban entregando cajas de alimento“, indica el emprendedor. Este nuevo producto ya está siendo usado por siete organizaciones como Senadis y empresas locales como Banco de Chile y Red Salud UC Christus.
Además, están debutando con un nuevo servicio que apunta a volver más inclusivo otro aspecto que la pandemia masificó: el e-commerce. Para ello, lanzaron una función donde conectan a las empresas con la comunidad de Lazarillo, para que puedan comprar más fácilmente. Esto lo logran incorporando un botón en la app, que al presionarlo conecta al usuario con un vendedor de la tienda a través de una videollamada. “El usuario no usa el e-commerce, sino que está en la app y el vendedor le va armando el carrito de compra en la página web. Luego le da opciones de pago”, cuenta Espinoza, quien señala que este servicio actualmente está siendo usado por Sodimac y están en conversaciones con empresas de Estados Unidos.
Para fortalecer estas nuevas líneas de negocios, Espinoza cuenta que están en proceso de levantar capital por US$ 1 millón a través de una ronda con inversionistas locales y extranjeros. La operación está prevista para fines de este mes, y espera que se concrete en los primeros meses de 2021.
El emprendedor agrega que esta es la primera ronda con inversionistas privados. A la fecha han apalancado $220 millones a través de Corfo.