Los 10 mejores descubrimientos científicos publicados en 2022 para llevar una vida con significado, parte II
Pandemia, polarización política, guerras y cambio climático… La salud mental de todas las personas se ve afectada por estos problemas, y eso se refleja en la selección de los principales conocimientos científicos de Greater Good 2022, donde cerca de 400 expertos presentan las ideas más provocadoras e influyentes del año.
Pero esta recapitulación de estudios no solo sugiere cómo podemos hacer frente a las malas situaciones – también nos muestran el poder de conectarnos, trabajar juntos y estar abiertos a otras perspectivas, y la esperanza de un futuro menos sombrío.
Estas reflexiones, además, nos brindan ideas prácticas sobre formas de crecer, ser amables y encontrar sentido en nuestra vida cotidiana. Aquí te presentamos la segunda parte del top 10 del listado (¿Te perdiste los primeros 5 hallazgos? Revísalos acá).
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El asombro nos permite sentirnos más conectados con la comunidad global.
Todos sabemos que, para superar problemas de escala mundial como la pobreza o el cambio climático, es necesario priorizar la cooperación global y centrar nuestra atención en la Humanidad completa. Pero para las personas -e incluso las naciones- es difícil pensar más allá de sus propios problemas.
Sin embargo, 2 estudios de 2022 apuntan hacia una posible solución: sentir asombro. Cuando experimentamos una sensación de asombro ante la presencia de cosas más grandes que nosotros mismos, ampliamos nuestro círculo de atención y es más probable que actuemos como ciudadanos del mundo.
En un estudio publicado en Emotion, se indujo a los participantes estadounidenses a sentir asombro, a través de ejercicios de escritura o viendo imágenes y videos de naturaleza. Luego informaron cuánto se identificaban con toda la humanidad y sentían un destino compartido con ellos. En algunos casos, también fueron invitados a donar dinero a un par de organizaciones benéficas: una enfocada globalmente y otra que beneficiaba sólo a su país, Estados Unidos.
En comparación con otras personas que realizaban actividades diferentes, las personas que se sentían asombradas tenían un enfoque más global y estaban más dispuestas a donar a organizaciones benéficas mundiales.
“El asombro te ayuda a darte cuenta de que eres una pequeña parte de un universo más grande. Eso naturalmente lleva a darse cuenta de que las personas en otros lugares son relevantes y dignas de preocupación”, dice el investigador Sean Laurent.
En otro estudio publicado en Psychological Science, los investigadores encontraron beneficios similares al experimentar asombro después de que las personas presenciaran el eclipse solar de 2017. Los investigadores analizaron los tweets de casi 3 millones de usuarios de Twitter durante el eclipse y descubrieron que las personas que residían en la vía del eclipse expresaron más asombro y usaron un lenguaje menos centrado en sí mismos que quienes vivían fuera de ella. Y cuanto más asombro expresaron en sus tweets, más afiliativo, humilde y colectivo fue el lenguaje usaron en comparación con sus tweets anteriores al eclipse.
En conjunto, los estudios sugieren que el asombro puede ampliar nuestro círculo moral de cuidado al aumentar nuestro sentido de humanidad común y colectivismo.
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No, los jóvenes no se están volviendo más egoístas.
Las generaciones más jóvenes han tenido mala fama durante los últimos años: los medios de comunicación llevan bastante tiempo sugiriendo que son más egocéntricas y egoístas que las anteriores, incluso haciendo eco de estudios que aseguran que los millennials son más narcisistas que sus predecesores.
Pero un estudio de 2022 cuestiona esa narrativa. Los investigadores analizaron los resultados de cientos de experimentos realizados entre 1956 y 2017 con jóvenes de 18 a 28 años que habían jugado los mismos juegos de economía. Estos juegos se utilizan con frecuencia en la investigación para medir cuánto cooperarán las personas con extraños (para beneficio mutuo) o actuarán de manera egoísta (maximizando su propio beneficio individual a expensas de los demás), lo que permite a los investigadores comparar el egoísmo de generaciones de jugadores a lo largo del tiempo.
En última instancia, los investigadores descubrieron que las generaciones más jóvenes eran menos egoístas y más cooperativas que las generaciones anteriores. El estudio sugiere que debemos dejar de encasillar a las generaciones más jóvenes como egoístas y poco cooperativas. De lo contrario, les hacemos daño psicológico y desviamos la atención de otras barreras a la cooperación, como la inseguridad económica o la falta de confianza.
¿Un mensaje esperanzador de estos hallazgos? Si las generaciones más jóvenes son verdaderamente las más desinteresadas que han sido en décadas, tal vez lideren la tarea de trabajar en colaboración con otros para resolver problemas sociales.
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La ansiedad climática deprime a los jóvenes… pero la acción colectiva podría ayudar a protegerlos.
Pocos problemas son más abrumadores que el cambio climático. Y por más que nos informemos y eduquemos sobre el tema, como individuos es fácil desanimarse y sentir que tenemos poco control sobre las decisiones de las corporaciones y los gobiernos. ¿Cómo hacemos frente a nuestras preocupaciones climáticas?
Un estudio publicado por Current Psychology analizó específicamente la ansiedad, la depresión, la preocupación por el cambio climático y la voluntad de actuar entre 300 adultos jóvenes de 18 a 35 años. Los investigadores descubrieron que, como era de esperar, la peor fórmula para la salud mental era ser consciente del cambio climático, pero no hacer mucho para combatirlo.
Para las personas que sí estaban tomando medidas para luchar contra él, el tipo de participación importaba: tomar medidas a nivel individual (por ejemplo, reduciendo la conducción de automóviles) no pareció reducir la depresión, pero tomar medidas colectivas sí.
¿Por qué? Porque “participar en la acción colectiva puede combatir los sentimientos de desesperación e impotencia y fomentar sentimientos de esperanza”, escriben los investigadores. “La acción colectiva también trae consigo la conexión comunitaria y el apoyo social, lo que favorece la salud y el bienestar”.
Entonces, ¿qué puedes hacer para manejar la ansiedad que sientes sobre el cambio climático? Vota, boicotea marcas y organizaciones que hacen daño al planeta, escribe cartas a los políticos y marcha con otros para exigir las soluciones que sabemos que están disponibles. En el fondo, encuentra una comunidad de personas con ideas afines que compartan tus preocupaciones.
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Podemos detener la desinformación.
La compra de Twitter por parte de Elon Musk fue un triste desarrollo del debate de la desinformación, dado que significó la desmantelación de las normas de la red social sobre la información errónea sobre el COVID-19 (a pesar de los ya demostrados vínculos entre la desinformación y las muertes en pandemia).
Pero 2022 también trajo consigo una ola de estudios que exploran las formas en que podemos contrarrestar de manera efectiva la información errónea (errores de hecho o de interpretación) y la desinformación (falsedades deliberadas).
Como descubrió un artículo de la Universidad de Berkeley en Estados Unidos, las personas son muy propensas a difundir información que parece popular. Entonces, si existe en una red social un tanto cerrada, online u offline, es más probable que adoptes las creencias del grupo, sin importar cuán inexactas sean. Es por eso que tantos expertos en redes sociales recomiendan salir de nuestras burbujas de información.
Otros 2 nuevos documentos probaron los pasos que tú, como individuo, puedes tomar para evitar adoptar y difundir información errónea.
En uno, un equipo con sede en la Universidad de Pittsburgh, Estados Unidos, examinó «comportamientos de investigación, acciones destinadas a determinar la veracidad de la información encontrada en línea» entre casi 900 adultos. Eso básicamente significa buscar en Google más allá del título, para tratar de verificar la información a través de múltiples fuentes. ¿Qué condujo a más comportamientos de investigación? Un rasgo llamado humildad intelectual, que es el conocimiento de que tus opiniones son falibles.
Otro estudio publicado por Nature Communications probó la efectividad de una técnica muy simple: ver un breve anuncio de servicio público sobre la precisión antes de consumir noticias, alentando a las personas a asegurarse de que la información que están a punto de encontrar sea precisa, corroborada y correcta.
En general, los investigadores encontraron que las indicaciones de precisión redujeron el intercambio de titulares falsos en un 10%. Si eso no parece mucho, es porque «ningún enfoque único resolverá el problema de la desinformación», como escriben los autores. Requerirá muchos enfoques diferentes, tanto a nivel organizacional como individual y, como revelan estos estudios, ese esfuerzo comienza contigo.
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La redistribución de la riqueza podría traer felicidad a todo el espectro económico.
Recientemente, ha habido algunos experimentos sociales interesantes, en los que las ciudades han dado dinero a personas necesitadas con la esperanza de mejorar el bienestar de los ciudadanos. Pero ¿realmente funciona esta estrategia y genera un impacto duradero en la satisfacción con la vida de las personas?
Un nuevo estudio publicado en PNAS sugiere que sí. En el estudio, personas de 3 países de bajos ingresos (Indonesia, Kenia y Brasil) y 4 países de altos ingresos (Estados Unidos, Reino Unido, Canadá y Australia) recibieron al azar un regalo de $10,000 de un donante rico y les dijeron que lo gastaran como quisieran durante 3 meses. Durante los 6 meses posteriores al obsequio, los destinatarios informaron cuán satisfechos estaban con sus vidas y cuántas emociones positivas y negativas estaban experimentando.
Puede que no sorprenda que aquellos que recibieron $10,000 para gastar fueran significativamente más felices que aquellos que no lo recibieron. Lo que es más revelador es que sus ganancias en felicidad duraron al menos tres meses después de que terminaron los gastos, e incluso las personas con ingresos más altos estaban más felices al recibir el dinero (aunque no tan dramáticamente más felices que las personas menos ricas). Y, dentro de los países más pobres, el efecto de felicidad de recibir dinero fue incluso mayor – 3 veces mayor, de hecho, que en los países ricos.
Como escriben los autores, su estudio ofrece «evidencia de que las transferencias de efectivo aumentan sustancialmente la felicidad entre personas económicamente diversas en todo el mundo». Sugiere que la redistribución del dinero podría ser un plan viable para mejorar el bienestar mundial.
Pero ¿no sufrirían las personas más ricas bajo ese plan? No mucho, probablemente. Una vez que las personas han alcanzado un cierto nivel de riqueza, es probable que tener más genere bajas en su felicidad. Por otro lado, se ha descubierto que la desigualdad de la riqueza reduce la felicidad de todos, lo que sugiere que la redistribución de la riqueza podría tener beneficios a gran escala, tanto entre pobres como entre ricos.
Dado que el 10% más rico de las personas posee el 52% de la riqueza mundial y la mitad más pobre posee solo el 8,5%, tal vez sea hora de expandir ese experimento social y compartir el dinero… y la felicidad.
Por Equipo Espacio Mutuo
Mutual de Seguridad