“Que la fuerza te acompañe”… 4 simples pasos para sostener tu energía por más tiempo
Cualquiera puede reunir la energía suficiente para soportar un breve período de alto rendimiento. Sí, cualquiera: ya sea para causar una buena primera impresión durante las primeras semanas de tu nuevo trabajo; o para ir decididamente al gimnasio todos los días durante los primeros días de enero; o cuando, en un fin de semana, decides que es hora de embarcarte en ese proyecto de reparación que tu hogar necesita.
Pero lo difícil es ir más allá de ese impulso inicial: después de unos meses o de un año, ¿sigues sintiendo lo mismo en tu nuevo trabajo, meta o proyecto? ¿Has abandonado tus ambiciones? ¿Sigues presionándote mientras luchas con el agotamiento y la fatiga? ¿O vas de un extremo a otro, entre la híperproductividad y no hacer nada?
La clave para el éxito no es empezar con fuerza – sino mantenerse con fuerza. Y si quieres evitar descarrilarte porque perdiste el interés o, al contrario, porque exageraste y te encuentras demasiado exhausto para continuar, existen 4 pasos que puedes seguir.
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TÚ ELIGES TUS LÍMITES
La idea de establecer metas es popular, especialmente después de Año Nuevo o de los cumpleaños. Pero no muchas personas se toman el tiempo de escribir los pasos que tomarán para lograr sus objetivos, ni mucho menos para definir sus límites superiores e inferiores para cada día.
En el libro Effortless de Greg McKeown, el autor sugiere la idea de establecer límites concretos para lo poco y lo mucho que harás en un día determinado para tus metas importantes. Si, por ejemplo, tu objetivo es alcanzar la cifra de ventas, puedes decidir nunca hacer menos de 5 llamadas a clientes al día, pero nunca más de 10 en la misma jornada. Para hacer ejercicio, puedes decidir hacer una rutina al menos 3 veces por semana, pero jamás más de 5, de modo que obtengas un entrenamiento suficiente, pero sin agotarte y dejando también espacio para tus otras prioridades, como pasar tiempo en familia o realizar tareas personales.
Estos límites te dan un margen para maniobrar, pero también te mantienen en el camino al largo plazo. Cuando establezcas tus límites inferiores, considera qué es lo mínimo que podrías hacer para sentir que estás manteniendo tu impulso, sin sentir que te “detuviste” y que debes empezar de nuevo. Y cuando estés definiendo tus límites superiores, piensa hasta dónde puedes llegar antes de que tu inversión de tiempo en ese objetivo comience a afectar las otras áreas de tu vida.
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CONÓCETE
¿Cuál de estas frases representa mejor el modo en que te enfrentas a una nueva meta?:
– Te pones en marcha de inmediato e intentas permanecer allí 24/7.
– Operas a un nivel de energía más bajo la mayor parte del tiempo, a menudo debiendo correr al último minuto para lograr tu objetivo.
– Te encuentras vacilando entre extremos, cuando un día trabajas compulsivamente hasta altas horas de la noche, pero al día siguiente te agotas y no haces casi nada.
Una vez que hayas encontrado la tendencia que más te representa, puedes proceder de distintas maneras:
ALTO IMPULSO (a): aquellas personas en la primera categoría necesitarán darse permiso para ser humanos, descansar y tener tiempo de verdadero descanso. Deben estar atentos por si están superando su límite superior de actividad y se dirigen directo al agotamiento.
BAJO IMPULSO (b): para aquellas personas en la segunda categoría, vigilen de cerca si se están quedando por encima de su límite inferior o no. Asegúrense de estar haciendo al menos lo mínimo antes de relajarse (por más tentador que parezca).
ENERGÍA FLUCTUANTE (c): finalmente, aquellas personas en la tercera categoría deberán vigilar ambos límites – evitar pasar por encima del límite superior debería evitar que, al día siguiente, caigas por debajo del límite inferior. McKeown escribe en su libro: «No hagas más hoy de lo que puedas recuperarte por completo mañana».
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PLANIFICA TU DESCANSO Y RECUPERACIÓN
Como seres humanos, estamos diseñados para ciclos de actividad y descanso. Es por eso que dormimos por la noche, que los fines de semana son una parte esencial de una semana laboral productiva y que incluso los atletas de élite no pueden hacer ejercicio a cada hora del día.
Si eres un individuo de alto impulso (según las categorías que definimos arriba), necesitarás estar especialmente consciente de darte tiempos planificados de descanso y recuperación. Eso significa usar tu tiempo no-laboral no sólo para completar tareas personales, sino también como tiempo para relajarse – pero de verdad. En lugar de ejercitarse todos los días, por ejemplo, quizás es buena idea darse ese espacio de vez en cuando para otras actividades de descanso, como leer, ver una serie o simplemente dormir hasta tarde. Las noches y los fines de semana deben ser instancias sagradas de desconexión y ocio.
Si operas a un nivel de impulso bajo, asegúrate de haber alcanzado al menos tu límite inferior de actividad antes de tomar un descanso. Por supuesto, puedes tomar descansos tan amplios como prefieras, pero siempre después de haber progresado en una meta.
Y si tu impulso de energía fluctúa de un lado a otro, recuerda descansar y recuperarte aquellos días en que te sientas en la cima del mundo -como si pudieras trabajar las 24 horas del día, 7 días a la semana, imparable-, para así no encontrarte exhausto al día siguiente. Cosas tan básicas como tomarse un tiempo para comer, moverte de tu asiento para estírate o caminar y no quedarte despierto hasta tan tarde (sin importar cuánta energía sientas en el momento) son esenciales para evitar “quemarte”.
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DATE ESPACIO PARA LO QUE QUIERAS
Para mantenerte con fuerza, es necesario mantener tu trabajo dentro de límites sostenibles – y debes poder trabajar a un ritmo sostenible. Claro, hay días en que las reuniones consecutivas son necesarias, o cuando debes pasar rápidamente de una tarea a otra… pero para la mayoría de las personas, esta estrategia no es viable al largo plazo.
Si es posible, permítete tener algunas horas al día o a la semana en las que no debas estar en reuniones. Y, aún mejor, si puedes reservar grandes cantidades de tiempo para realizar otros proyectos importantes, date permiso para estar realmente inmerso en tu trabajo, sin interrupciones ni la presión de una ventana de tiempo ajustada.
La vida no es una carrera, es un viaje continuo. Suena cliché, pero a veces pareciéramos olvidarlo. Recuerda: para lograr tus metas, debes estar lo suficientemente saludable y feliz como para mantenerte fuerte y motivado. Observa de cerca cómo estás trabajando – ¿Estás siendo eficaz y productivo dentro de tus propios límites?
Por Equipo Espacio Mutuo
Mutual de Seguridad