Amnesia digital: ¿te olvidaste de algo que ya sabías?

por | Ago 19, 2025 | Vivir Mejor

En una época donde la información está a un clic de distancia, recordar parece innecesario. Guardamos artículos, teorías y listas de ideas en aplicaciones y plataformas digitales, confiando en que estarán ahí cuando los necesitemos. Pero, ¿y si esa facilidad nos estuviera quitando algo mucho más valioso que tiempo? ¿Y si estuviera erosionando nuestra claridad, nuestra capacidad de síntesis y, en última instancia, nuestra ventaja como líderes o profesionales?

La autora y consultora Debbie Jenkins, fundadora del medio Postnoted: The Antidote to Digital Amnesia, lo llama la Gran Amnesia: una dependencia de herramientas digitales que, lejos de potenciar nuestra mente, la adormece.

EL PROBLEMA NO ES LA TECNOLOGÍA, SINO CÓMO LA USAMOS

Digitalizar nuestra vida intelectual puede parecer eficiente. Pero según Jenkins, almacenar no es lo mismo que comprender. Cuando externalizamos nuestras ideas en plataformas como Notion, Miro o Google Drive, corremos el riesgo de volvernos acumuladores digitales: tenemos todo, pero no retenemos nada.

Esta dinámica no solo implica perder tiempo buscando lo que ya hicimos o dijimos, sino algo más profundo: se debilita la estructura cognitiva que nos permite detectar patrones, tomar buenas decisiones y pensar estratégicamente. “No se trata de si tienes la respuesta guardada”, sugiere Jenkins, “sino de si puedes acceder a ella cuando importa”.

TU CEREBRO NECESITA FRICCIÓN

La memoria, nos recuerda Jenkins, no se construye en la comodidad. Se fortalece cuando hay esfuerzo. 

Una investigación de Frontiers in Psychology demostró que escribir a mano activa muchas más vías neuronales que tipear, lo que genera una mayor consolidación de la memoria. Al escribir a mano, te ves obligado a sintetizar y priorizar: tu cerebro no puede seguir la velocidad de la escritura, por lo que tiene que elegir lo que importa.  

A su vez, la lectura física crea memoria espacial: recuerdas no solo la idea, sino también dónde apareció en la página, cómo se sentía el papel, qué pensabas cuando hiciste esa anotación en el margen. Esto no es nostalgia, es cómo evolucionó la memoria humana. La tecnología ha hecho casi todo instantáneo, pero el aprendizaje real sigue requiriendo lentitud, atención y cuerpo. 

¡TE CONVIENE! RECORDAR ES UNA VENTAJA COMPARATIVA

En un mundo sobresaturado de datos, quienes recuerdan lo importante pueden construir sobre su propio conocimiento. En cambio, quienes dependen del “buscar después” viven repitiendo errores, redescubriendo ideas ya exploradas y tomando decisiones desde el olvido.

Por eso Jenkins advierte: el verdadero liderazgo no se mide por lo que puedes almacenar, sino por lo que puedes recordar con claridad cuando la presión aprieta.

CÓMO FORTALECER LA TUYA

  • Crea artefactos físicos: imprime tus ideas más importantes, márcalas, subráyalas.

  • Diseña rituales de memoria: una sesión mensual para repasar aprendizajes o detectar patrones en equipo puede ser más valiosa que mil carpetas en la nube.

  • Curar, no acumular: si sabes que nunca vas a leer ese artículo que guardaste “para después”, bórralo o resúmelo a mano. Tu atención es un recurso limitado.

La meta no es volverse tecnófobo, sino maximizar tu capacidad cognitiva en un entorno digital. Porque en un mundo diseñado para olvidar, recordar se vuelve un acto casi heroico.

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