¡Cosas buenas llegan a aquellos que esperan! Paciencia y propósito
“¿Qué voy a hacer con mi vida?”
“¿Qué es lo que realmente me importa?”
“¿Cómo dejaré mi huella?”Preguntas como éstas pueden llenarnos de esperanza, inspiración y dirección… cuando tenemos una idea de cuáles pueden ser las respuestas. Si no, pueden llenarnos de confusión, frustración e irritación.
Llevar una vida con propósito –o asumir un compromiso duradero de contribuir al mundo en general de maneras personalmente significativas– se asocia con una variedad de beneficios, que incluyen una mejor salud física, un mayor bienestar psicológico, un rendimiento académico superior y conexiones sociales enriquecidas. A pesar de estas ventajas, llevar una vida con propósito es poco común, como describe el investigador William Damon en su libro de 2009, The Path to Purpose: 2 de cada 3 adultos jóvenes luchan por articular un propósito claro para sus vidas.
Antes de que los jóvenes puedan identificar un propósito, deben participar en un proceso de autoexploración. La búsqueda de un propósito en la vida no suele estudiarse, pero cuando sí ha sido el caso, los investigadores han descubierto que es una fuente de estrés y ansiedad, especialmente cuando parece que todos los demás lo tienen todo resuelto. (¡Alerta de spoiler: no es así para nada! Ten la seguridad de que otros también lo están resolviendo por su cuenta).
Los miembros del Laboratorio de Desarrollo Moral para Adolescentes se interesaron en cómo podrían ayudar a los adultos jóvenes a navegar el proceso potencialmente angustioso de buscar un propósito en la vida. Para eso, llevaron a cabo un estudio de nada más ni nada menos que 2 años, y sus hallazgos sugieren que practicar la paciencia puede ser un elemento crítico y a menudo pasado por alto en una búsqueda productiva y satisfactoria de un propósito.
PACIENCIA Y PROPÓSITO DE LA MANO
La paciencia es la capacidad de mantenerse activamente involucrado en el trabajo hacia una meta sin frustrarse. Perseguir pacientemente un propósito no significa sentarse y esperar a que llegue la inspiración. En cambio, significa participar en una reflexión personal y conversaciones intencionales que nos ayuden a descubrir cómo queremos contribuir al mundo, sin sentirnos apurados. Aceptar que la búsqueda es un esfuerzo a largo plazo puede ayudarnos a cultivar nuestro propósito de una manera más eficiente y que apoye el crecimiento.
Practicar la paciencia puede facilitar la búsqueda de un propósito, y esto es importante porque la investigación también sugiere que no es algo que se realiza una sola vez: es poco probable que busquemos un propósito una vez y luego pasemos el resto de nuestras vidas persiguiéndolo. En cambio, tendemos a perseguir múltiples propósitos a lo largo de nuestra vida. Los propósitos aumentan y disminuyen con las otras cosas que suceden en nuestras vidas.
Por ejemplo, podemos encontrar un propósito en la crianza de los hijos, pero ese propósito puede transformarse cuando nuestros hijos ya son adultos. Otros pueden encontrar un propósito en el trabajo y, al jubilar, esos propósitos pueden desaparecer a medida que encontramos nuevas formas de contribuir a nuestras comunidades. Para los adultos jóvenes, es probable que los propósitos evolucionen a medida que navegan por las muchas transiciones asociadas con esta etapa de la vida (por ejemplo, pasar del colegio a la universidad y de la universidad al mundo laboral).
EXPERTOS EN PACIENCIA
Dado que la búsqueda de un propósito es una actividad continua que probablemente represente una actividad a largo plazo –quizás incluso de por vida–, vale la pena comprender cómo podemos participar en el proceso de autoexploración de la manera más productiva y gratificante posible. Los hallazgos que surgen del estudio sugieren que la paciencia puede ayudar a optimizar el proceso de búsqueda de al menos 5 maneras:
- Practicar la paciencia nos permite dar un paso atrás y tener una visión completa del objetivo que perseguimos. Nos permite ver el panorama completo de nuestros objetivos, evitando perder la perspectiva al enfocarnos demasiado en ellos. Observar el progreso realizado hasta ahora nos impulsa y nos da la oportunidad de encontrar formas más eficientes de avanzar hacia nuestros propósitos.
- La paciencia fortalece la resiliencia al permitir que las personas enfrenten los contratiempos con calma y sigan avanzando. En vez de dejarse desanimar por los desafíos en la búsqueda de un propósito, las personas pacientes los ven como obstáculos superables. Practicar la paciencia es clave para desarrollar la resiliencia necesaria para perseguir nuestros propósitos en la vida.
- La práctica de la paciencia promueve un enfoque más reflexivo en la búsqueda de metas significativas. Las personas pacientes avanzan con deliberación, lo que favorece un progreso más consistente en la consecución de un propósito. Son más propensas a establecer relaciones significativas con mentores y personas afines, lo que facilita su camino hacia sus objetivos. Tomarse el tiempo para conectarse con otros en el camino hacia el propósito nos ayuda a descubrir nuestra contribución deseada, mientras que estas relaciones también respaldan nuestra búsqueda una vez que tenemos claro nuestro propósito.
- La paciencia en la búsqueda de objetivos más amplios puede fomentar el crecimiento personal. Desarrolla habilidades de autorregulación, autodisciplina y gratificación diferida. Es probable que el desarrollo de estas fortalezas de carácter beneficie a las personas en muchos ámbitos de la vida, incluso en períodos futuros de autoconocimiento.
- Las personas pacientes pueden tener más probabilidades de disfrutar la búsqueda que las personas impacientes. La paciencia nos permite saborear el proceso de descubrir qué es lo más importante y cómo queremos contribuir significativamente al mundo en general. Nos da tiempo para celebrar los pequeños éxitos y estar presentes en el proceso de cultivo del propósito.
Ya sea que busquemos nuestro propio propósito en la vida o apoyemos a alguien en su búsqueda, recuerda practicar la paciencia. Anímate al saber que el proceso requiere tiempo. Antes de que te des cuenta, es posible que hayas descubierto cómo quieres utilizar tus habilidades y talentos para contribuir de manera significativa al mundo, más allá de ti.
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