¿Puede el estrés realmente sacarte canas?
“¡Estoy tan estresado que me van a salir canas!”, solemos decir en momentos de crisis. Y es natural suponer que la presión contribuye a la aparición de esos pelos blancos: es cosa de ver a los distintos presidentes que dejaron el cargo con muchos más mechones plateados que cuando entraron…
Pero si investigamos, descubriremos que, en realidad, existen pocos estudios sobre el tema. Y aunque algunos han encontrado asociaciones entre la aparición prematura de canas y el estrés, ninguna investigación ha demostrado la relación.
LA CIENCIA DE LAS CANAS
En estudios anteriores, los investigadores pedían a los participantes que rellenaran cuestionarios sobre su color de pelo y sus niveles de estrés, para que luego los científicos vieran si podían relacionarlos. En un estudio publicado en 2016, por ejemplo, se encuestaron a más de 1.100 adultos jóvenes turcos y descubrieron que los 315 que informaron de encanecimiento prematuro del cabello tenían niveles de estrés más altos que los que no lo hicieron. (Aquellos con crecimiento de canas a temprana edad también tenían antecedentes de consumo de alcohol y enfermedades crónicas, y tenían padres que encanecieron precozmente).
Pero un estudio con ratones publicado en 2020 llevó la investigación un paso más allá. En él, los investigadores estresaron a los ratones de varias formas, entre ellas inyectándoles una sustancia química parecida al ají que inducía una respuesta de “lucha o huida”. Esto les hizo liberar la hormona del estrés norepinefrina, que, a su vez, agotó las células madre de los folículos pilosos encargadas de pigmentar el pelo de los ratones. El pelo se volvió gris.
Los investigadores demostraron efectos similares de niveles elevados de norepinefrina en células madre humanas, lo que respalda la idea de que la hormona del estrés está relacionada con el encanecimiento en los seres humanos, dice Ya-Chieh Hsu, catedrática de células madre y biología regenerativa de la Universidad de Harvard, en Estados Unidos, y una de las autoras de esta investigación. Pero, por motivos evidentes, los estudios sobre este tema son difíciles de llevar a cabo en personas: los investigadores no pueden inducir éticamente respuestas de estrés elevadas de forma artificial en los seres humanos, como sí lo hacen en animales o células.
Eso sí, un pequeño estudio en humanos publicado en 2021 siguió avanzando la narrativa: los investigadores arrancaron varios mechones de pelo de 14 voluntarios que tenían al menos algunas canas; algunos totalmente grises, otros parcialmente, y otros en absoluto. A continuación, crearon imágenes digitales de alta resolución de los cabellos y calcularon cuándo había encanecido cada mechón utilizando estimaciones de la velocidad de crecimiento del cabello.
Le pidieron a los participantes que trazaran en una línea de tiempo las experiencias estresantes del año anterior y las clasificaran de menos a más angustiantes. Los investigadores descubrieron que el momento en que una hebra se volvía gris correspondía con frecuencia al momento más estresante del año anterior de ese voluntario. Según Victoria Barbosa, profesora asociada de dermatología de la Universidad de Chicago en Estados Unidos, se trata de “nuestra primera prueba real de que el estrés puede influir, en efecto, en algunas personas”.
CULPA A LA GENÉTICA
Para la mayoría de las personas, la genética es la principal causa del encanecimiento del cabello, dijo Barbosa. Si uno de tus padres desarrolló canas a temprana edad, es probable que tú también lo hagas.
Según Barbosa, algunas enfermedades pueden hacer que el cabello pierda pigmentación prematuramente. Entre ellas están el vitíligo, que hace que las manchas de la piel pierdan color, y la alopecia areata, un tipo de caída del cabello. Una tiroides hiperactiva o hipoactiva y los tratamientos de quimioterapia también pueden contribuir al encanecimiento prematuro. Las deficiencias de hierro, calcio y vitaminas B12 y D también están relacionadas con la aparición prematura de canas, al igual que la obesidad y el tabaquismo.
Más allá de cualquier factor heredado o circunstancial, es importante recordar que las canas son un aspecto inevitable de la vida. Barbosa dijo que le gusta aprovechar las canas para hablar con sus pacientes sobre la aceptación de estos cabellos grises como parte natural del envejecimiento. Esto puede ser especialmente liberador para las mujeres, dijo, ya que “encanecer siempre ha sido socialmente más aceptable para los hombres”.
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