Estamos cansados de las alergias… literalmente
Para el 26% de las personas que padecen alergias, todo momento del año es temporada de sus molestos síntomas: secreción nasal, estornudos, ojos llorosos… y fatiga, según señala Jyothi Tirumalasetty, profesora de medicina en la Universidad de Stanford, Estados Unidos, especializada en alergias e inmunología.
No es extraño entonces que, al final del día, sintamos que no tenemos energía para nada… ¿pero son las alergias las culpables definitivas? Descifrar si el cansancio es consecuencia de ellas o de otra cosa —como un resfriado, el COVID-19 o incluso el simple cambio de horario— puede resultar complicado porque muchos de los síntomas pueden ser los mismos. A continuación, te ofrecemos sencillas maneras de distinguirlos.
ESCUCHA TUS SÍNTOMAS
Según Tirumalasetty, las alergias pueden causar fatiga de manera indirecta, porque dificultan la capacidad de conciliar el sueño. Es posible que una congestión nasal impida que te quedes dormido, o quizá te despiertes sobresaltado con ataques de tos en mitad de la noche. La congestión también puede crear mucha presión en las vías respiratorias superiores, lo cual puede provocar cansancio, según Joyce Yu, médica alergóloga e inmunóloga del Centro Médico Irving de la Universidad de Columbia, Estados Unidos. “Envía una señal al cerebro que dice: ‘Oye, estoy agotado’”, explicó Yu.
Una señal clave de que la fatiga puede deberse a las alergias, afirma Tirumalasetty, es tener otros síntomas de alergia al mismo tiempo, tales como: comezón en los ojos, oídos, nariz y garganta, estornudos, tos, secreción nasal, ojos llorosos, un ligero silbido al respirar, goteo posnasal y erupciones cutáneas o urticaria.
Pero “si no eres una persona que tiene tos, sibilancias, escurrimiento nasal y mocos, entonces quizá en realidad no tengas alergias y tu fatiga se deba a otra cosa”, dice Yu. Entre los problemas de salud más comunes que pueden causar fatiga están la depresión, la falta de hierro, los problemas de tiroides y la apnea del sueño.
Tirumalasetty señala que la duración de los síntomas puede ser otro indicador de lo que padeces. “Un resfriado normal desaparece en dos semanas”, dijo, así que, si te sientes mal durante semanas o meses, lo más probable es que tus síntomas se deban a una alergia.
MEDICAMENTOS, LO BUENO Y LO MALO
Debido a que la fatiga es un síntoma y no una afección médica en sí, no existe un tratamiento específico para ella. Así que, para tratarla, casi siempre hay que atender el problema subyacente.
Si la presión de los senos paranasales provocada por la congestión te provoca cansancio u otros síntomas como dolor de cabeza, puedes tratarte con medicamentos antialérgicos de venta libre, como los antihistamínicos orales, explicó Yu, pero tienen sus pros y sus contras.
Los antialérgicos orales son eficaces para aliviar síntomas como la congestión, la comezón y los estornudos, pero tienen una gran desventaja, y es que muchos provocan somnolencia, señaló Tirumalasetty. Los antihistamínicos orales de primera generación, como la difenhidramina o lahidroxizina, son más propensos a causar somnolencia que los de segunda generación, como la loratadina o la cetirizina, según Yu.
Dicho esto, Yu añadió que “sin duda es mucho más beneficioso tratar las alergias que evitar los medicamentos por miedo al efecto de sedación”, al menos según su propia experiencia en el tratamiento de pacientes. Si tus síntomas te causan fatiga porque te mantienen despierto por la noche, la somnolencia que provocan los medicamentos podría jugar a tu favor.
IDENTIFICA TUS DETONANTES
Identificar los patrones de tus síntomas podría ayudar a prepararte para la temporada de alergias. Por ejemplo, si sabes que la fatiga y otros síntomas de la alergia suelen aparecer durante la primavera, puedes empezar a reunir tus medicamentos con unas semanas o meses de antelación.
“Creo que llevar un diario es muy útil”, dijo Tirumalasetty, ya sea que registres los síntomas en el calendario de tu teléfono, en una aplicación de notas o en un cuaderno físico. Un ejemplo de esto podría ser algo como: “Estuve en casa de mi hermano, donde hay seis gatos, y ahora siento comezón y cansancio”, explicó.
Otra estrategia clave para minimizar los síntomas de la alergia es “hacer tu casa a prueba de alergias”, dijo Tirumalasetty. Si tienes alergia a los ácaros del polvo, puedes usar ropa de cama hipoalergénica o colchones, almohadas y fundas de edredón que eviten que los ácaros del polvo entren en tu ropa de cama y ayudan a disminuir los síntomas. Para evitar que se acumule polvo y otros posibles irritantes, dijo Tirumalasetty, asegúrate de “lavar las sábanas una vez a la semana”. Trata de evitar cualquier animal al que puedas ser alérgico, y si tienes alergias estacionales, puedes ducharte después de haber estado afuera y limpiar la ropa usada te ayudará a evitar que entre mucho polen u otros alérgenos en tu hogar.
Cuando se trata de fatiga por cualquier causa, es importante priorizar los hábitos que promueven un descanso de calidad, como acostarse y despertarse a la misma hora todos los días, “mantener las habitaciones libres de distracciones” y limitar el uso del celular antes de ir a la cama. El descanso es crucial para tratar los problemas de salud, agregó, ya sea por estrés, un resfriado o alergias.
Por Equipo Espacio Mutuo
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