COVID-19 y tabaco: Riesgos y consejos para fumadores (y no fumadores)

por | Jun 15, 2020 | Vivir Mejor

Una pandemia mundial quizás no es el mejor momento para intentar dejar de fumar. Quizás hasta todo lo contrario: el estrés, la incertidumbre y la ansiedad del panorama actual pueden estar incluso fomentando este hábito en personas que nunca antes habían sentido atracción al tabaco. 

Y si bien sabemos que es una costumbre dañina y en extremo perjudicial para la salud, lo mínimo que podemos hacer es advertirte sobre los riesgos adicionales que fumar (y vapear) representan en esta crisis –tanto para ti como para quienes conviven contigo– y ayúdate a tomar las precauciones necesarias. 

MÁS PELIGROSO QUE DE COSTUMBRE

Fumar siempre ha supuesto un riesgo para quienes lo hacen y, en cierta medida, para quienes se ven expuestos a la actividad. En esta pandemia, sin embargo, el peligro aumenta: El acto de fumar y de vapear facilita la posible transmisión del virus de la mano a la boca. 

Si además se consumen de manera compartida, como ocurre con las pipas de agua o los vapeadores, se incrementa el riesgo de transmisión entre las personas que participan de ese consumo. ​De hecho, algunos científicos y expertos alertan de la posibilidad de que al exhalar el humo o el vapor —ya sea de tabaco o dispositivos electrónicos— se expulsen pequeñas gotas respiratorias, potencialmente contagiosas. 

Además, las personas fumadoras son más vulnerables al virus que las no fumadoras. De hecho, fumar se considera un factor de riesgo para esta nueva enfermedad, al igual que para otras infecciones respiratorias como el resfriado común, la gripe, la neumonía o la tuberculosis.​ Un dato a considerar si esta población te incluye: para los fumadores, el riesgo de necesitar ventilación mecánica o una cama de UCI debido al COVID es 2 veces mayor que en los no fumadores.​

PRECAUCIONES ESPECIALES: 

Por supuesto, la primera y más efectiva recomendación para proteger tu salud es indicarte que dejes de fumar. Si no, al menos ten en cuenta lo siguiente: 

1. Presta atención especial a la higiene de tus manos antes y después de fumar.

2. No fumes con guantes ni con mascarilla puesta (se impregnan de las sustancias toxicas del humo y aumenta la exposición a ellas). 

3. No compartas con nadie (ni pidas que compartan contigo) cigarrillos, vapeadores, pipas, etc. 

4. Cuando estés en la calle, evita fumar cerca de otras personas

PROTEGE TU ESPACIO

Se conoce como “humo ambiental del tabaco” (y bueno, todos los derivados de la nicotina) a la mezcla resultante del humo que exhala la persona que lo está consumiendo y el humo que se desprende de la combustión del cigarro o vapeador.

Aunque no se vea, el humo queda en el ambiente – impregna muebles, paredes, ropa y cortinas. Se mantiene ahí durante bastante tiempo, sobre todo si el lugar es cerrado y no al aire libre; o si se han fumado muchos cigarros en el mismo lugar; o si se consumen cigarros en ese espacio con alta frecuencia. 

Este humo ambiental afecta al fumador y a todas las personas que habitan en ese lugar. Para reducir la exposición a él, es importante seguir estas indicaciones: 

1. Si es posible, fuma sólo cuando salgas de tu casa o de tu lugar de trabajo. Además, intenta hacerlo en lugares que no sean de mucho tránsito o zonas muy concurridas. 

2. ¡No botes la colilla al suelo!

3. Si fumas en casa, busca algún lugar al aire libre como un jardín, balcón, terraza o simplemente por una ventana. Si nada de esto está disponible, fumar debajo del extractor de la cocina evitará que los residuos del humo se peguen a las superficies. 

4. Evita fumar en espacios pequeños y con mala ventilación, especialmente si los compartes con otras personas (y especialmente si son menores). 

5. Si estarás en contacto con bebés o recién nacidos tras consumir tabaco, procura cambiarte de ropa y lavarte muy bien las manos antes de tomarlos en brazos. 

RECUERDA: EL TABACO NO ES LA SOLUCIÓN

El impacto que el virus está teniendo en nuestras vidas, y los efectos psicológicos de la coyuntura, pueden hacernos creer que fumar es una gran alternativa para combatir la ansiedad y calmar nuestros nervios. 

Si no te imaginas dejando de fumar, de todas formas puedes intentar reducir tu consumo. ¿Pero cómo?

1. Conoce tu hábito: antes de cada cigarro, reflexiona un poco. ¿Para qué voy a consumir? ¿Podría pasar sin él? Si consideras que puedes, hazlo.​

2. Si aún no has terminado el cigarro y sientes que ya no quieres más, no te lo termines. 

3. Retrasa el primer cigarrillo de la mañana unos minutos. Poco a poco, le puedes ir ganando minutos y terminar fumando menos al final del día.​

4. Reflexiona acerca de por qué te gustaría dejar de fumar o por qué tienes interés en fumar menos. Ten presentes tus motivos y hazlos más visibles – escribirlos en una lista puede ayudarte. 

5. Comparte tu decisión con las personas con las que convives y tus seres queridos. Pueden suponer una importante fuente de apoyo y ayuda en tu decisión

Por Equipo Espacio Mutuo

Mutual de Seguridad

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