El problema no eres tú, sino las trampas de la autodisciplina: consejos para lograr tus metas
Son las doce de la noche en vísperas de Año Nuevo y, mientras los fuegos artificiales explotan sobre tu cabeza, te haces esa promesa fundamental: este sí que será el año. Te inscribes en el gimnasio con la genuina intención de asistir todos los días; armas una lista con todos los libros que leerás cada mes; tiras a la basura la cajetilla de cigarros que antes siempre llevabas en el bolsillo. Pero el impulso apenas dura un par de días. Semanas, si es que tienes suerte.
Al poco tiempo, descubres que ninguno de los hábitos que te habías propuesto adoptar perduraron en tu rutina y ahora en modo Coronavirus, menos!. Aunque no es consuelo, debes saberlo – a la mayoría de las personas les pasa. De todas formas, no puedes evitarlo: una sensación pesimista y culposa te embarga: “Si tuviera la autodisciplina suficiente para continuar, habría logrado tanto el día de hoy…”.
¡Suficiente! La culpa no es la respuesta a tu falta de perseverancia. Y, probablemente, la disciplina tampoco lo sea.
LA DISCIPLINA NO ES PARA TODOS
Cada persona es diferente. Lo que le funcionó a tu amigo o a esa bloguera que sigues redes sociales quizás no surtirá el mismo efecto en ti. Al igual que tú, la disciplina no es perfecta. Estás son 4 aspectos que juegan en contra:
Efectividad:
¿Cuántas veces has intentado practicar la autodisciplina? ¿Y cuántas veces te funcionó? Seguramente no muchas.
Cuando se presentan dos opciones: hacer algo que no quieres hacer o no hacer algo que no quieres hacer, los seres humanos tendemos a elegir la última. La autodisciplina es una decisión propia, por lo que, en el fondo, sabes que si no vas al gimnasio o no haces el aseo en tu casa, el mundo no se va a acabar. Es más, nada va a pasar. Y eso no sirve.
Malos pensamientos:
La disciplina -o la falta de ella- generalmente produce pensamientos críticos. “No hago nada bien, soy un fracaso, nunca voy a lograr nada” y un montón de otras frases dramáticas y pesimistas.
Como podrás adivinar, no hay nada útil en ese patrón de pensamiento. No te convertirá en una mejor persona, no te ayudará a tener éxito en la vida y por supuesto que tampoco te está motivando a intentarlo de nuevo. Hacerte sentir triste y flojo a ti mismo no generará un cambio sostenible en tu conducta.
Excusas:
¡Quién lo diría! La falta de disciplina que no te permite perseverar en tus hábitos saludables se convertirá en tu peor excusa para no cumplir tus hábitos saludables: “Me encantaría ir al gimnasio 4 veces a la semana, pero no tengo la disciplina suficiente para lograrlo”. ¿A quién le ayuda ese razonamiento?
Rendirse:
La mayoría de las veces, la autodisciplina termina en abandono y en rendirse. Ningún hábito se mantendrá en ese camino, y sólo te traerá frustración.
LA ALTERNATIVA: CAMBIA TU FORMA DE PENSAR
Experimenta:
Gran parte de las veces, nos rendimos porque el hábito que estábamos tratando de implementar no funciona con nuestro estilo de vida. Por lo mismo, es importante ver el proceso de adopción de un nuevo hábito como un “período de experimentación”.
Por ejemplo, si has intentado ir al gimnasio todos los días a las 5 am y no está funcionando, prueba otra cosa. Tal vez levantarse antes del amanecer no es lo tuyo, y por eso te resulta tan difícil. En lugar de convencerte a ti mismo de que fracasaste, intenta un nuevo horario – ve al gimnasio después del trabajo o invita a un amigo.
Al cambiar tu rutina e intentar probar cosas nuevas, descubrirás lo que realmente funciona para ti.
Abre tu mente:
El problema es cuando las personas prueban un nuevo hábito con una mente cerrada. Quizás llevas demasiado tiempo escuchando a tu colega hablar de lo bueno que es ir al gimnasio en la madrugada y en cómo beneficia la productividad, y crees que funcionará de la misma manera para ti.
Pero eso no es realista: estar abierto al cambio y a la mejora constante es esencial para el éxito. Si una rutina no está funcionando para ti, el 90% de las veces puede solucionarse con un par de modificaciones. E incluso si un hábito ya te ha funcionado antes, podría llegar un momento en que necesitarás modificarlo de todas maneras… Y eso está muy bien.
Genera el impulso:
Sabemos que crear impulsos es difícil y, por lo mismo, crear un impulso suficiente es crucial durante los primeros días. En lugar de obsesionarte con la idea de ir al gimnasio todos los días, por ejemplo, tan solo preocúpate de ponerte tu ropa deportiva y salir a caminar.
El hábito anterior al hábito real se llama “hábito de instigación”, y al poner tu energía en mejorar y apegarte a ellos, es mucho más probable que completes el hábito real.
Pregúntate esto: ¿qué parece más fácil, ir al gimnasio o ponerse la ropa de gimnasio? Al comenzar con poco, estás engañando a tu mente para que piense que tienes flexibilidad, y el 99% del tiempo, una vez que comienzas a hacer algo, no te detendrás. Si te vistes para ir al gimnasio, lo más probable es que termines yendo al gimnasio porque “más vale que termine lo que empecé”. Al concentrar toda tu energía en crear impulso y en trabajar estos hábitos de instigación, el cambio en el comportamiento será mucho más fácil.
Piensa bien lo que piensas:
La forma de pensar lo es todo, así que controla bien tus pensamientos. Si quieres crear nuevos hábitos, es necesario mantener la mente abierta y deshacerse de cualquier creencia que te limite. Todos pueden generar un cambio en sus vidas – incluso los que creen que “no tienen la disciplina suficiente”- si hacen un esfuerzo por mantener una forma de pensar positiva.
Sin embargo, cuando se forman nuevos hábitos, es importante asegurarse de que la experiencia sea agradable, al menos un aspecto. Sin un beneficio o un resultado que te atraiga, será 10 veces más difícil apegarse a los nuevos modales. Así que prueba cosas nuevas, cambia tu rutina y encuentra pequeñas cosas que te motivan a continuar.
Establecer nuevos hábitos no debería sentirse como una tortura, y ciertamente no debería ser difícil si tienes la actitud correcta. Muchas pruebas y errores pueden ser necesarios, pero una vez que domines esta mentalidad, las posibilidades se vuelven infinitas. Al deshacerse de la disciplina y ver el cambio de hábitos como un período de experimentación, tendrá mucho más poder sobre ti mismo y alcanzarás una mentalidad que te hará sentir invencible.
Por Equipo Espacio Mutuo
Mutual de Seguridad